El día que fui a conocer el hielo

Un parte aguas en mi vida fue sin duda conocer las magníficas historias, obras y vida del autor colombiano Gabriel García Márquez, a tal grado que me dispuse a soñar en seguir sus pasos y un día estar a su par. Pero sin aparente motivo parecía que el destino tenía otro camino asignado para mí. Así que tras humillaciones y burlas dejé de anhelar cumplir ese sueño.

Sin embargo, tras ese drástico juramento, las personas, la vida, el tiempo… siguieron inmutables. Tal es el caso que varios otros que soñaron lo mismo lo cumplieron, como Ingrid Briggiles argentina y estudiante de medicina de 25 años, que con tan solo tres mil dólares en el bolsillo y tras un viaje de poco más de 67 días e incontables vicisitudes pasó todo el medio día y tarde con el nobel un febrero del año 2011 del cual hizo una novela.

Para marzo del 2012, tras culminar de leer el artículo, volvería a poner en marcha los engranajes; estudiaría con ahínco y cumpliría mi carrera en mercadotecnia, no tendría un peso en el bolsillo, pero a manos llenas de: metas, sueños y anhelos, éxitos, a la par de cariño y apoyo por parte de mi familia. Incontables veces perdería el rumbo para tomar y explorar otros.

Sinsabores adornados de colores y otros tantos inmerecidos.

Aún no vislumbro el final. Y aunque para entonces ya no encontrara en vida al afamado escritor, ya estaré encaminada a un nuevo Macondo en busca de Gabo.

Ese fue el día que conocí el hielo.