El tiempo no aleja el recuerdo

El frío entra en mi cuerpo, el humo invade mi tristeza ya los sentimientos no lo siento, la boca se me seca, el sueño golpea la puerta. La mente está caminado por suelos de espinas y hace que mi alma sangre, es un túnel que no tiene aroma a jazmin sino a agua estancada.

Ya no creo en falsas verdades, me ponen de rodillas ante la incertidumbre, pone en vuelo al tiempo que no vuelve no mira para atrás y se nubla cuando mira para delante. El pasado es el ancla que me hunde en el arrepentimiento de oír tu melodía engañosa que no podía dejar de escuchar era el dulce que necesitaba mi oído, la droga que era tu ser, me acabe hundiendo porque era un barco a la deriva, no era amor sino suicidio en mi piel todavía quedan las cicatrices del fuego que recorrio mi piel quedando en cenizas mi espíritu.