He escuchado frases que me han impresionado y en mis lecturas he encontrado valiosa información, tesoros de sabiduría que no encuentras en una tienda a cambio de monedas. Pero no es sino hasta que afronto una situación igual o parecida a lo que he leído que comprendo no solo la profundidad sino el alcance que tienen.
No se puede aprender a vivir en un libro, la única manera de aprender a vivir es viviendo, afrontando lecciones propias que nos permitan sentir. Los seres humanos somos criaturas muy singulares, nuestro espíritu necesita vivir nuevas experiencias para no morir de aburrimiento. Sin embargo he notado que en lugar de vivir nuevas experiencias estamos buscando entretenimiento que nos salve del aburrimiento, mismo entretenimiento, que nos arrebata la oportunidad de ser protagonista de nuestra vida.
Es algo que está en el sistema de esta era. Un mundo consumista y domado por los medios, que ha adormecido a todos de alguna manera. Parecemos zombies en busca de tecnología para no morir de inanición. La cosa es que esa sed que hay, ese hambre que se presenta no es un hambre por las cosas que pueden cambiar o despertar el mundo. sino por aquellas que más tétrico vuelven la vida.
Incluso sin intentar hacer un cambio demasiado grande en el mundo, ese tipo de entretenimiento nos impide crecer o hacer algo mejor con nosotros mismos. Parece que la vida se nos escapa entre el trabajo, el móvil y los programas de tv que tanto nos ayudan a pasar el rato pero que poco contribuyen en nuestros vínculos afectivos con otras personas.
Tomar la decisión de disfrutar el momento presente para construir el futuro de una mejor manera, se ha vuelto una de las decisiones más postergadas por todos. Pienso que si no vivimos no podemos practicar o sentir nada de lo que esas mentes fabulosas hablan a nuestra mente mientras leemos. No podremos saber de qué están hablando esos motivadores que brillan de esperanza y logros al motivar a otros. Porque no podemos entender apropiadamente lo que no estamos viviendo.
Particularmente me gustaría que mi timón gire en dirección a lo que realmente es necesario y propone crecimiento a mi vida. No podemos desechar la globalización y todo lo que ella ha traído consigo, porque ciertamente ha sido bueno. Lo que no debemos seguir permitiendo es que este avance tecnológico y en los medios se robe tu vida y te deje sólo con la opción de ver a través de una pantalla.
Mi preciado amigo , Aristóteles decía: El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos. Lo que llevamos en el alma es nuestra motivación, nuestro motor para movernos. Pero ¿qué es lo que llevamos en nuestra alma hoy en día? Si hemos dejado tantas cosas importantes por ocupaciones y actividades que a menudo no son necesarias y que nos alejan de las personas a nuestro lado. ¿Qué es lo que llena nuestra alma , además de las ocupaciones del día a día y los medios?
Vivir siempre será la respuesta correcta, aunque lo que hagamos no sea aplaudido o reconocido. Será suficiente con que lo que vives haga florecer el corazón.
Creo que la misión de todo lector se cumple cuando puede vivir y practicar e incluso enseñar todo lo bueno y maravilloso que los libros dejaron en él.
OPINIONES Y COMENTARIOS