Llovía, llovía sobre una ciudad mojada, ni siquiera era un torrencial ,era solo algo más que una llovizna incapaz de barrer la mugre de las esquinas. Sombras como personas caminaban por las aceras, sombras como personas se guarecían bajo la cálida luz de los restaurantes .En toda aquella ciudad vetusta, arruinada solo quedaban algunos borrachines , los tres o cuatro tontos que no encontrábamos la forma de huir de allí y los que estaban demasiado viejos como para intentarlo siquiera .Para cuando salí de la discoteca a las once y algo la lluvia seguía manchando de óxido ocre el metal de los bancos y tres o cuatro gatos se diputaban un lecho de hojas muertas en las raíces de un árbol. .Aquella noche no quería pensar en nada solo deseaba sentarme en el contén de la calle y entretenerme mirando los reflejos de las luces en los charcos ,esa noche era consciente de haber entrado en mis treinta, cuando entras en tus treinta sin moverte del mismo lugar hiendo y virando por los mismos caminos algo te empieza a joder adentro y hay ocasiones acumulas tanta mierda que poco importa si la lluvia te moja la ropa o te diluye el café .—Hola ese es mi lugar –Dijo una voz que se sentía tal y como se veía su dueña .Mulata con lo mejor de las dos razas incrustado en ella ,Un cuerpo menudo pero curvado ,un olor a hembra bajo la lluvia ,labios gruesos de negra con una sonrisa torcida de blanca .Llevaba un vestidito azul desteñido con girasoles amarillos que dibujaba perfectamente la curvatura de su espalda y la prominencia de sus nalgas .Debió darse cuenta el tiempo que dedique a que mis ojos saborearan sus piernas porque alzo su pie derecho hasta que su desgastado zapato de tacón amarillo estuvo frente a mis narices y dijo—Besa a tu reina plebeyo—Por supuesto majestad —y le estampe un lambisco desde el dedo gordo hasta la pantorrillaLos dos nos echamos a reír .Pasó una mano delgada, dulce y tibia por detrás de mi espalda .Se apretó a mí con su cabeza en mi hombro .Pude sentir su vestido húmedo y allí gracias a la humedad de su ropa hacer algo más que imaginar sus senos —Es una noche fría y húmeda —dijo a modo de explicación, yo no la necesitaba, esa noche tenía más de lo que me tocaba .Yo había salido a tomarme un poco de café aguado y estaba con ella que pegaba sus senos a mi espalda y olía a lo que debe de oler la gloria . Trataba de imaginar porque ella hacia lo que hacia pero todo intento de raciocinio allí era vulgar, anacrónico y guiaba mi mente a un lugar lejos de aquella magia así que decidí era feliz con que lo hiciera —Te molesta si me quedo u rato por aquí contigo —No hay hombre en el mundo que se moleste por ello muñeca —Es que parece que estabas disfrutando tú aquí solito —Nah , solo flotaba muñeca —le dije —Ahora mismo solo soy un gran corcho flotando por la cuneta .No sé qué le dio pero agarro mis greñas empezó a besarme hasta que pasaron unos tipos montados como sardinas en un camión gritándonos “suéltala que es asmática “.Aun así poso su mano en mi entrepierna que ya era como el asta de una bandera, la acaricio un poco luego me miró con unos ojos cansados y en ellos y en sus ojeras pude adivinar que a ella también le afectaban las noches como esa .Le afectaban la lluvia, los gatos mojados y el óxido de los bancos —Aquí todos somos corchos pero no es bueno solo flotar —Aquí todos flotamooos —dije imitando la voz del payaso de la película Y volvimos a reír ,Me dijo que era bailarina y actriz ,ahora estaba en un teatrillo pero que pronto, muy pronto iría para la capital que le faltaba un pelín para volverse alguien grande del espectáculo .Yo le seguí el juego y le explique que era escritor y pintor que mis cuadros poco a poco iban cobrando valor y por las noches escribía una novela que iba a ser algo fresco y quizás un día la llevaran a la pantalla ,entonces la llamaría a ella para hacer de la protagonista .Nos reímos de nuevo ,esa noche era mejor soñar, no le iba a decir que a la mañana siguiente me pondría una bata blanca y desfilarían delante de mí una torta de cuerpos muertos, a la espera de algún inútil y burocrático diagnóstico final .No esa noche era un artista y ella una bailarina .Dimos una vuelta por la ciudad ,ella miraba todo como si quisiera dejar cada detalle tallado en su mente .Respiraba profundo y cerraba los ojos .La lluvia se había convertido en un manto de gotas finísimas de esas que ni siquiera sientes cuando te caen pero te hielan el alma .Ella daba volteretas , me pedía que bailara , chocaba el tacón contra el asfalto de la calle para que el eco resonara y llegado el momento empezó a gritar como loca para despertar los vecinos .Me conto sus planes de como llegaría al estrellato ;solo necesitaba— decía ella— ser descubierta porque talento no le faltaba .Y bailaba y gritaba ,se trepaba en los bancos y aullaba .Cuando se cansó de bailar me miró con sus ojos gastados y solo pude ver niebla en ellos —Sabes… me iré de aquí, en este pueblo nunca pasa nada .Este pueblo no deja que nada te pase —¿Por qué yo? –Le dije —Porque hoy es una noche muy especial sonríe te has ganado un premio ,esta noche quiero que me hagas el amor Me guio hasta su casa que estaba en barrio de esos que huelen a letrina y los periódicos de ayer se mezclan con la basura de la semana en las esquinas .Lo que llamaba casa era un cuartico de paredes desconchadas con cocina ,baño y cama en una misma habitación que luchando como podía contra el mundo de afuera olía a incienso , a jazmín y un poco a rosas marchitas .Guardaba vestidos y pequeños trofeos o diplomas en una vidriera con forma de altar .Una única ventana en forma de ojo de buey dejaba que la luces de la nocturnas y la pálida luz de la luna siluetearan los objetos de la habitación, de vez en cuando pasaba en carro y entonces nos veíamos demasiado expuestos a un brillo indeseado .Le quite la ropa entre en su sexo cálido como no he probado otro igual ,ella me guio y le hice el amor .A esas alturas ya ni me importaba porque me había elegido ni si en alguna de sus gavetas tenía escondidos los papeles que dejaran bien claro el diagnóstico de una extraña enfermedad mental .Solo quería perderme en ella quería hacerle el amor y oír sus gemidos mientras mis manos rodeaban su cintura Amaneció ya no era el artista de la noche anterior, amaneció y la molesta luz raptaba la magia como cuando se acaba la función en el teatro y quedas expuesto, tú el escenario, las sillas rotas y te preguntas adonde se fue el encanto .Solo ella quedaba como prueba de lo sucedido la noche anterior .Me pidió que me quedara tan solo un rato y fueron la últimas palabras que le escuché .Tengo que trabajar fueron las ultimas que le dije .La mañana transcurrió como de costumbre ,algún que otro muerto en accidente de tránsito ,otro de problemas respiratorios ,un señor de 79 años de un infarto ,me la pasaba abriendo y cerrando cadáveres ,llevando muestras al microscopio y repartiendo certificados de defunción .Así hasta el mediodía ,estaba listo para almorzar cuando trajeron aquel cuerpo envuelto en una mortaja gris y manchas de sangre .Mentiría si digo que un escalofrió corrió por mi espalda o algo parecido ,más bien tuve que controlarme para no cagarme en la madre de aquella cosa que me estaba interrumpiendo mi sagrada hora del break . .Ella se había cortado las venas, dos cortes por cada brazo como para hacerlo más rápido ,para largarse a la mierda de una vez y que nadie tuviera oportunidad de salvarla allí en su pequeño apartamento .Al final había logrado escapar del lugar donde sus sueños estaban vedados, su cuerpo aun con la rigidez de la muerte se mantenía siendo hermoso ,sus labios dibujaban una sonrisa suave y las ojeras de ayer ya no existían más en su cara, solo la paz que produce la nada. Durante el resto del día no pude quitarme de la boca un amargo sabor a ceniza ,pedí permiso para ausentarme alegando gripe ,migraña u otro invento .No sé si alguien aún se acuerde de mí en aquella sala de la morgue en ese hospital ,yo solo me largué lo más lejos que pude de aquel pueblo cualquier destino era mejor que aquella muerte diaria .Tuve que cruzar algunos mares y montañas supongo que tenía algo roto adentro pero por fin hoy pude sentarme y escribir la historia de un pueblo y de una mujer que no pudo vivir sin sueños
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