Un silencio cotidiano en el fondo del cuarto, un temblor de incertidumbre, una vida de continuos ¿por qué?. Ser mujer en el abismo vacío de la sociedad, forjada en pensamientos  de una desacertada realidad. Sentirse libres es saber hoy, que ser mujer es un camino difícil pero no dudoso, es un reconocimiento entre la esencia, la memoria, los aprendizajes y retos, de caminos largos pero siempre posibles, no somos complemento, ni delicadeza, ni fragilidad, somos fuerza y sonido de implacables gritos de existencia. Somos lo que la historia nos robo pero que se ha edificado en palabras y acciones, somos parte de todo, somos diversidad. No hay peleas contra nadie, solo una voz de fondo que pide justicia ante una falsa estructura que mata, que duele y que condena.

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