Detrás estaba el mar.
Un mar antiguo.
Antiguas playas.
Antiguas construcciones llenas de murmullos de otro tiempo.
Indescifrables.
Una cruz que todo lo abarcaba, cielo y tierra,
espacios y vacíos.
Una luz como recién nacida.
Y la playa bordada de nenitos, en sus juegos y en sus risas.
OPINIONES Y COMENTARIOS