La Mente, La Piel y Los Viejos Hábitos

La Mente, La Piel y Los Viejos Hábitos

Retomo viejos hábitos…

El escribir para soltar lo que a mi garganta le cuesta y pide a gritos.

La mente.

Vuelvo a escribir sobre las estrellas si es que alguna vez les he escrito.

Sobre el mar, sobre el cielo; sobre lo corto y lo infinito.

Retomo viejos hábitos sintiendo que el mundo es mío.

¿Si mejoré? No lo sé. Y si empeoré me desquito.

Si es que he sido mejor persona o me dejé caer al vacío

por palabras que se esfumaron como la espuma en el río,

como las hojas que lleva el viento antes de que toquen el piso.

No lo sé… yo solo escribo.

Pienso en la vida y la muerte y vuelvo a tomar del vino.

Pienso en el momento precioso donde la costura de un hilo

remiende cada parte de mi cuerpo descosido.

Y la piel.

Y retomo viejos hábitos.

Le escribo a la luna y mientras la miro fijo, pienso: “Incandescente como ninguna pero el sol le esta dando el brillo”

y mientras yo espero el mío (si así lo quiere el destino),

la tenue luz de mi cuerpo se va apagando de a poquito

y busca yacer en “paz”: lugar sereno y tranquilo.

Mientras tanto…

Mientras tanto yo retomo viejos hábitos sintiendo que el mundo es mío.

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