Los hombres caen, pero se levantan más de cien veces. El amor les coce los dedos, su hambre se llena de pasos, juego de voces, amargo silencio. El alma les dice que no ven con sus ojos, que están ciegos sin el amor. Sueñan, las nubes, el sol, la mujer vestida de viento. Se desnudan de huesos, de ilusión. Ven la luna y se vuelven locos, con sed como si estuvieran en el desierto. No se dan cuenta que el amor lo salva todo.
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