Renacimiento, el recuerdo del amor.

Capítulo 1

Una noche tan gélida que podía sentir mis huesos congelándose con cada ventisca fría que el ambiente me proporcionaba, sentía cómo mi cuerpo perdía la calidez completamente, como mis sentidos iban apagándose uno a uno, mi cuerpo perdió la fuerza que tenía debido al cansancio físico y mental que había soportado por largos meses, colapsé completamente, sentí la nieve en mi mejilla y en mis desnudas manos, además de mi cuerpo casi desnudo por la poca ropa que llevo y que con suerte logré recolectar, el ruido de la multitud que se acerca a mí al caer al suelo me hace pensar que si a las personas no les pasa algo malo nadie notará la existencia de ellas.

– ¡Ayuden a ese hombre!-

Exclamó una muy alterada jovencita de no más de veinte años de edad, se arrodilló a mi lado a pesar de ser una dama de alta clase por la ropa que logre distinguir, seda y otro material que no reconozco, intenté sonar lo más tranquilo y calmado posible pero no podía.

– Estaré bien, una bella dama como usted no debe estar triste por alguien de mi clase.-

Comenté y sintiendo como mis parpados se fueron cerrando lentamente,lo único que pude percibir antes de perder el conocimiento fue la delicada y cálida mano de aquella hermosa mujer de larga cabellera azabache y ojos como el cielo, como nadie se dignó a ayudarmela damisela llamó a su médico personal que para su buena suerte estaba a cinco minutos de donde estábamos todos, el médico hizo su trabajo en mi cuerpo pero notó la terrible desnutrición que tenía además de heridas y golpes que resistí solo por poca comida y fuerza de voluntad, el doctor sorprendido por el color verde de mis ojos y mi rubia cabellera comentó en un susurro hacia la señorita.

-Este joven… Me parece haberlo visto antes, aunque aún no recuerdo en qué lugar.-

El tiempo avanza tan rápido como los síntomas que mi inconsciente cuerpo siente, el calor recorre cada centímetro de mi ser y mis mejillas arden como el carbón recién encendido en una estufa, la señorita a pesar de los comentarios de la gente que la acompaña decidió con ayuda de sus sirvientes cargarme en los brazos de un hombre cuya complexión física es bastante fuerte en los brazos y robusta generalmente, de proporcionada espalda, anchos hombros y una expresión cálida a pesar de todo, ella decidió acostarme en la parte trasera de su lujoso automóvil, un mercedes de color negro, al cabo de una media hora, sentí como la luz acariciaba mis ojos los cuales con una lentitud digna de mi condición se comenzaron a abrir, pude centrarme en el techo de aquel auto que poco a poco se hacía más claro ante mi borrosa visión, sentí una almohada tan suave en mi cabeza que pensé que estaría en alguna cama de hospital o algo por estilo, aunque mi sorpresa fue bastante grande al sentir la misma calidez que pude percibir antes de perder mis sentidos completamente y caer en un estado de inconsciencia absoluta, aquella blanca y suave mano acariciando mis cabellos como si yo fuera alguien importante para ella, lo que me pregunto es.. ¿Por qué siento esta familiaridad con esa señorita si nunca la había visto en mi vida? decidí darme el valor de abrir la boca e intentar moverme un poco pero fue completamente inútil debido al dolor de los golpes y heridas que tenía en este instante, solo hablé para que ella no se preocupará y que ése tono azul en vez de tener ese tono apagado como si no hubiera un alma tenga uno mucho más brillante y hermoso como la damisela.

– Señorita… Usted… Le agradezco por haberme recogido de la calle, disculpe mi condición actual, quisiera darle una reverencia pero mi cuerpo me lo impide, no sé cómo pagar por su amabilidad.-

Ella con unos ojos tan grandes como si literalmente fueran platos demostró su gran sorpresa al que yo la tratará de ese modo, sus labios demostraron una sonrisa de alivio pero sus ojos…Sus ojos dejaron ver un líquido que para mí fue como una puñalada directamente al corazón ¿por qué ella lloraba tan amargamente por alguien como yo? ¿Acaso… me conocía? ¿Quién era ella? miles de preguntas pasaron por mi mente en ése instante y la voz de la señorita me sacó de mis pensamientos como una bofetada directo al rostro.

– No se preocupe joven, su estado me sorprende, pero su amabilidad y educación me sorprenden aún más, usted no se preocupe por darme ninguna reverencia, al estar aquí hablando conmigo es suficiente.-

Sentí un calor diferente al de la misma fiebre ¿acaso es vergüenza? ¿Por qué me siento así? mis preguntas cada vez son más y las respuestas son completamente nulas, el sonido de la música clásica de Beethoven con la canción Para Elisa sonando en el toca cd’s me agradó al punto de cerrar los ojos y decir sin darme cuenta en voz alta y al punto de demostrarla relajación que en ese instante poseía.

– Que música más hermosa, este pianista tiene mucho talento, esta es una de mis canciones favoritas a pesar de solo escucharla en las cajas musicales de las tiendas comerciales.-

Al sentir un líquido en mis mejillas abrílos ojos y vicomo la señorita de profunda mirada me observa hacia abajo y comenta en un tono tan angelical y delicado que hizo que mi corazón comenzara a latir tan rápido, tan fuerte, como queriendo salir de mi pecho con cada latido y que el dolor que sentía pareciera desaparecer.

– Joven…Usted… tiene buen gusto para la música, ambos compartimos la misma canción en común, quisiera saber… ¿Cuál es su nombre? el mío es Irina, Irina Ivanov.-

Nuevamente sus labios me regalaron una sonrisa, una sonrisa de un verdadero ángel, no entendía por qué ella daba un regalo tan grande a alguien como yo, a alguien que se le puede considerar un vagabundo, el chofer por su parte atento a la charla dedicó una sonrisa para sí mismo, ahora,ésa dama se dedica a acariciar mis largas hebras de cabello y cada caricia me relaja más, ya solo me dejé llevar, mis ojos vuelven a cerrarse, así el camino de vuelta a la gran mansión sigue su largo rumbo, la señorita se encuentra con su brazo diestro acariciando mi cabeza y con su mano zurda en el asiento, no quitó aquella amable y dulce sonrisa de sus labios y aquella mirada, ahora cálidaque dedica a mi dormido rostro.

Al llegar al destino su chofer decide tomar mi pulso y revisar mis signos vitales con delicadeza para no despertarme, tan rápido como me llevaron a ese lugar tan grande y espacioso, con una decoración victoriana y un enorme cuadro en la sala del bello ángel que tiene por nombre Irina en el medio de la pared de la misma, llevando un vestido blanco como la nieve y un collar de lapislázuli, sus labios rojos como la manzana que inconscientemente quiero morder, aquel chófer tomó mi dormido cuerpo en sus fuertes brazos y con cuidado y delicadeza mientras los sirvientes abren la gran puerta principal y con una mirada de asombro y preocupación me observan, uno de los sirvientes abre la puerta de la habitación de huéspedes, espaciosa como la misma sala de estar, con una enorme cama con techo y cortinas blancas, un armario de roble con decoraciones en oro puro a lo largo de las puertas, un escritorio de cedro con algunos libros de interés en él, libros de historia griega, romana, china, japonesa entre un sinfín de títulos que para las visitas será interesante, aquel hombre de blanca cabellera y ojos verdes como las manzanas dejó mi cuerpo en la cama y la señorita quien entró luego de aquel hombre llamó a los mayordomos para que preparasen ropa limpia, cubos de metal con agua, paños y un sin fin de cosas para curarme, todos los mayordomos se turnaron satisfactoriamente, ¿acaso la vida me dio otra oportunidad? ¿Mi vida tomará un giro inesperado? ¿Esa señorita porqué llora por mí?

¿Te ha llamado la atención el primer capítulo? ¡En hora buena! podrás comprar el libro completo formato word, contactándome al whatsap +56978198696, depositando en mi cuenta rut 19.325.623-6 y enviando el comprobante por whatsapp, yo enviaré el libro por correo electrónico.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS