Hoy es mi cumpleaños.
Quizás la sensibilidad que produce su llegada, me ha llevado a escribir nuevamente, o simplemente fue el día que inevitablemente año tras años se compara con su anterior.
Los días previos a su llegada, uno ya empieza a pensar en él. Ese pensar puede ser agotador o satisfactorio, todo depende, (creo yo o al menos en mi experiencia), de la edad, pero no en cuanto a la vejez que inevitablemente el tiempo trae junto con arrugas que se suman año tras año, sino a lo distintos que son los cumpleaños con el pasar del tiempo.
Pareciera que con el pasar de los años se convierte de un día tan especial que esperábamos mes a mes todo el año que llegue cuando éramos chicos, en casi un día más, común y corriente.
A la vez ocurre algo como contradictorio, ya que pareciera como que ese día es único, pero no por el hecho de que cumples años sino por todo lo que ocurre en él, y que no ocurre en los 364 días restantes.
Podemos decir que es en este día donde uno siente el cariño del entorno por ejemplo, pero también es el día donde quizás por única vez un familiar te abraza y da un beso, ya que no es habitual que eso pase, porque cuánto más crecemos menos demostramos, o donde gracias a las redes sociales todo el mundo te saluda, incluso esas personas que cuando cruzas en la calle fingen no verte, pero aún está ahí en Facebook, o quizás también un saludo de alguien que te hace preguntar ¿De dónde conozco a esta persona? ¿Por qué está en mi Instagram o Facebook?, por mencionar alguna de las tantas aplicaciones, ah! y no nos olvidemos de la clásica situación, donde la única persona que queres que te escriba y salude, jamás lo hace.
Creo que es acá cuando te das cuenta de que de 500 personas que tenés de «amigos» solo conoces realmente a 5.
Me preguntó y trato de hacer memoria, ¿cómo eran los cumpleaños cuando no había redes sociales?.
Al menos sé que no tenía 500 saludos, ya que solo los que verdaderamente me conocían me saludaban, porque sabían cuando era mi cumpleaños.
¿Hasta qué punto el mundo que vivimos es real?
¿Qué pasará el año que viene? ¿Estaré festejando?, ¿Estaré viviendo este día como cualquier otro?, ¿Estaré acompañado?, ¿Estaré solo?, ¿Estaré?… No lo sé… O a lo mejor en 365 días estaré escribiendo la parte dos…
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