ROMANA… LA GATA
Era una mañana de sábado muy temprano, un día soleado y tranquilo, toda la cuadra dormía, de repente se oye un maullido que rompe el silencio, el tono de este va subiendo, cada vez es más fuerte, pero a nadie parece importar.
Romana es una gata de entre 3 y 6 meses, de color gris con manchas negras, tiene una línea negra y gruesa que sale de la mitad de su espalda y se une con su cola, en su frente se nota una letra M bien marcada, su cara está bien definida, sus rasgos faciales son delicados, es hermosa y en algún momento tuvo hogar.
En aquella cuadra de un barrio de clase media, de algún municipio de Colombia, hay casas frente a frente, algunas están enrejadas y hay dos parques que están uno cerca del otro.
De pronto se oye el ruido de una puerta que se abre, romana corre a hacia este lugar, comida y agua, piensa la gata, de la casa sale una señora mayor, de pelo corto, de color rojizo, tiene sus manos detrás de su espalda, mira para todos lados, mientras romana esta parada frente a la mujer y maúlla muy fuerte mirándola fijamente, de repente la señora sin decir nada ,saca su mano derecha y arroja a romana una taza, esta ve venir un chorro de agua y sale corriendo asustada, sin entender porque esta mujer la quiere lastimar, ella solo tiene hambre, corre aterrada y busca un árbol donde trepar, sube rápidamente y cuando se da cuenta viene detrás de ella un enorme perro que la persigue, en menos de 5 minutos ya hay 3 perros que atraídos por los ladridos llegaron hasta el árbol, romana está asustada jamás había tenido tan cerca un perro que la quisiera matar, se agacha, se esconde, solo puede oír los ladridos y ver los enormes colmillos de aquellas fieras, y espera que ninguno de estos asesinos pueda subir al árbol.
Después de unos minutos los canes cansados se alejan, romana los observa, se da cuenta que todos viven en la cuadra, ya la han visto, la han olido y la quieren lastimar.
El hambre de la gata aumenta con aquel susto, pero sabe que no puede bajar, finalmente agotada se queda dormida camuflada con las ramas, de repente el canto de un pajarillo sacude a romana, su instinto empieza a florecer, el hambre la hace despertar, levanta sus orejas, sus ojos cambian de color, sus pelos se erizan y ubica a su presa, está en un árbol cerca al suyo, como a 3 metros, es imposible saltar, la única forma de llegar es bajando de su refugio.
Romana jamás ha tenido que cazar, ella solo conoce el sabor de las crujientes pepas de concentrado, pero ya han pasado 3 días desde que apareció en este lugar y no ha podido comer, en un momento decide bajar, sigilosamente sus garras se aferran al follaje del árbol, desciende lentamente, toca el pasto, mira para un lado y para el otro, sabe que los perros no la pueden ver, sabe que no puede acercarse a los humanos, se arrastra cual felina, llega al árbol donde el pajarillo canta tranquilamente.
Romana sube con sus garras el tronco del árbol, sus ojos están fijos en su presa, parece que no respirara, sus músculos se vuelven elásticos, se acerca tanto que puede oler al pajarillo, este, no advierte que su verdugo esta tan cerca, los ojos de romana cambian de color, son ahora verdes amarillentos, sus pupilas se dilatan, son una raya larga delgada y negra, su respiración se detiene, de sus patas delanteras salen 5 garras tan afiladas y letales como cuchillos, alista el zarpazo final, sabe que solo tiene una oportunidad si quiere saciar su hambre.
Tres días antes romana estaba tranquilamente en su hogar, el día era normal como cualquier otro, se levanta de vez en cuando, busca su arenero, busca su comida, acaricia a su dueña, restregando su espalda y su cola en sus piernas, pero algo está pasando, romana ha notado cambios en su dueña, ha crecido su panza, se agota más rápido y ha escuchado que viene un bebe.
Su dueña ya no la consiente como antes, ya no la deja subir a la cama y ha intentado varias veces dejarla fuera de la casa, romana como no entiende cree que es un juego y busca la forma de entrar
Una noche romana siente las manos de su dueña, la agarran, la levantan de su cama y la meten en una caja, la suben a un carro y marchan por lugares que ella no conoce, finalmente se bajan, su dueña la deja en la caja cerrada y amarrada, la dueña corre rápidamente y sin voltear a atrás, se sube rápidamente al carro y se marcha, romana queda en silencio, no sabe que pasa, siente por primeras vez, miedo y el dolor de la soledad, pasan varios minutos, empieza a inquietarse y su reacción es maullar, quiere ver a su amiga, sus maullidos se ahogan en el silencio, no hay respuesta, su desesperación aumenta, esta confundida y solo quiere salir de esa prisión, descubre un agujero pequeño que le han dejado para respirar, empieza a buscar la forma de salir, aruña, muerde, se revuelca y salta.
La noche ha pasado y sale el sol de la mañana, aquel silencio nocturno toma vida, se oyen carros, personas, niños correr, pero nadie presta atención a la caja en el camino, donde se oyen los maullidos de una gata, finalmente romana logra romper la caja donde fue abandonada sale y puede ver un lugar que desconoce, olores que no reconoce, trata de ubicarse, busca en el ambiente algo que le sea familiar, solo quiere volver a ver a su dueña porque un gato no sabe odiar.
Camina y camina durante varios días buscando comida, de repente se encuentra con una mujer, ella cree que si maúlla muy fuerte la comida va a llegar, pero de pronto tiene que volver a correr y buscar un árbol para salvarse.
Romana con los ojos fijos y los sentidos puestos en su presa, lanza el zarpazo letal, y en el último segundo el pajarillo nota la presencia de la gata y milagrosamente alza el vuelo.
Romana esta desconcertada, no entiende que paso todo lo hizo bien, pero se ha perdido la oportunidad, el esfuerzo de aquella cacería fallida, la han dejado agotada, la noche llega, romana que ha perdido la confianza en los humanos, no quiere bajar de su árbol el hambre aumenta, las fuerzas empiezan a abandonarla, sus reflejos ya no son los mismos, el agotamiento está haciendo su trabajo, el hambre la hace reaccionar y maúlla con todas sus fuerzas, no sabe que más hacer, lo que le queda de aliento lo va agotar gritando, pero no abandona el árbol, su grito es desesperado, penetra el iodo de quien lo oye, un hombre que vive en este lugar y ha amado toda su vida a los animales, escucha el grito de la gata, él ha perdido recientemente su gran amigo, pecas un perro caniche blanco con negro que ha muerto a los 15 años, este hombre que nunca ha tenido gatos, sale sin pensar y ubica el árbol, ve a romana casi muerta, trata de agarrarla con sus manos, pero el animalito que ha perdido la fe en los hombres, le muestra sus colmillos y con sus últimas fuerzas trata de defenderse, el hombre no vacila y coge a la gata, el animalito finalmente sede guarda silencio y se deja llevar.
Un mes más tarde romano camina por la cuadra, visita todas las casas, de vez en cuando va al árbol, ya todos los vecinos la conocen y aunque no es amiga de los perros que la persiguieron, ninguno se hace daño, romana finalmente ha encontrado su hogar, recupero la confianza en la gente y puede amar incondicionalmente porque un gato no sabe odiar…
26 de noviembre de 2018.
por: Cesar Augusto León Gómez
SOLETIUM.

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