Me desdoblé y anduve volando de un lado para otro relajándome dando piruetas jugando como una niña chica. No pensaba en nada más que en divertirme, mi cuerpo se siente muy liviano y fácil de manejar era muy agradable. Se me ocurrió elevarme lo que más pudiera y así lo hice, empecé a subir como espuma, al mirar hacia abajo vi una extensión plana y una cúpula encima ¿Y eso? Una voz masculina retumbo muy fuerte por todo el lugar, sentí como si una mano gigante a toda velocidad me llevará directamente a estrellarme contra el suelo y así fue y me dice ¡No puedes salir! Ahí tirada en el suelo pensando que fue todo eso, me hizo mucho ruido.
Andaba molesta con todo eso de la ascensión a la quinta dimensión que al final fue un fiasco. Esa noche me desdoblé me dirigí a mi nave que era pequeña para un solo tripulante tenía forma esférica. Me subí esta se activaba con mi marca energética que era mi firma, nadie más la puede activar. Se manejaba mentalmente. Me empecé a elevar hasta que salí de este mundo llegando a un puerto espacial que no quedaba muy lejos. Me bajé y empecé a caminar, vi pocas naves estacionadas, ni siquiera quería saber de quienes eran o que razas ni nada, solo me marchaba de este mundo. Parado estaba el encargado que medía más de tres metros un hombre de poca cabellera castaña corpulento con uniforme de color gris y una insignia que no sé dé que era o más bien de donde era.
—¿Tú de donde eres?— Preguntó.
—Vengo de la Tierra.
—Nadie de la tierra puede salir.
—¿Cómo que nadie de la tierra puede salir?
—Ya escuchaste, vuelve a la tierra ¡Ahora!
Movió sus manos en señal de que me fuera del lugar. Se me pasó la molestia de un plumazo, no entendí por qué no podía salir del planeta. Me subí a la nave y volví al mismo lugar me bajé caminé por bastante tiempo a ningún lado pensando una y otra vez que estaba sucediendo, mi cabeza no dejaba de procesar datos.
Durante varios días le di muchas vueltas al asunto. Me fui a dormir, me desdoblé estaba en mi habitación al lado mío había un hombre alto delgado con rasgos asiáticos, tenía una energía muy amorosa me sonrió dulcemente. Me llevó a la ventana movió las cortinas y la abrió, no dejé de mirarlo, ya que me era familiar con la mano me apuntó hacía fuera. Miré y el cielo tenía varios colores, azul, morados, lilas, blanco, amarillo, verde, tenía todas las tonalidades ¡Era increíble! No tenía un fondo oscuro ni nada. No solo eso, sino que estaba lleno de naves de todas las formas y colores eran miles de ellas, mi cabeza no daba crédito a lo que veía, pero era cierto una detrás de otra como si esperaran su turno para descender. Él me dijo que realmente se veía así. Lo que vemos como cielo era falso. No pude articular ninguna palabra. Me llevó a mi cama me arropó me dio un beso en la frente, cerré mis ojos y volví.
Me preguntaba ¿La tierra era o no esférica? ¿Realmente estamos en un planeta? ¿Estamos en una prisión? Los ex- pleyadianos y ahora esto que tenemos un cielo falso, daba mucho para pensar demasiado, se me fundió varias veces la cabeza por tratar de comprender lo que sucedía, pero llegué a la conclusión que no estaba en un planeta sino en una prisión que era gobernada por los perdidos, era duro me costó tragar todo aquello, pero prefiero mil veces la verdad a vivir en una mentira. Seguiría indagando el por qué había sucedido todo esto.
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