,La tentación «

Aquella tarde gris el cura se dirigió al molino, ese molino viejo con olores a viejos recuerdos de días calurosos, le vino a la mente como cayó en esa trampa urdida por esa bella mujer de pechos voluptuosos, y dejo despertar su instinto delirio.

A la mañana siguiente, consiguió despertar y abrió los cajones de su delito, y descubrió si propia oscuridad reflejada en el espejo , y mirándose se preguntó:

«- Dios mío, como me has dejado sucumbir por esta mujer llevándome al pecado?

El espejo no le contestó. Los cristales de la ventana reflejaron si rostro, curtido por los años, y preocupado. Alzó la vista hacia arriba , hacia los altos horizontes buscando una respuesta que no halló.

Expresaba en voz alta: – Me siento dios mío como en un trapecio , suspendido entre dos cuerdas y si me caigo vuelvo de nuevo a sus brazos, esos en los que nunca debí refugiarme.

-No actue con la astucia que debería haber tenido, para no caer en su tentación y ya es tarde, me veo arrastrado en ese torbellino de pasión incontrolable y solo puedo repetirme:

– Perdoname señor porque he pecado…..

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