Caída hacia la locura 
Se escurrió entre mis dedos ese último aliento,
mientras me arrastraba en la podredumbre de mis recuerdos.
Todo era borroso, nada tenía sentido ya, porque la vida no me acompañaría más.
La sangre que corría por mis venas había perdido su color, ahora era verde como el pantano espeso que me atrapó.
Los trozos de piel se desgarraron de mí cuerpo, dejando las llagas al descubierto.
Mis ojos se habían vuelto negros, y entre tanto sufrimiento nada sentía ya,
caí en el abismo de la vida que llegaba a su final.
Vacíe mis entreñas en un último grito que no se escucharía más.
La última palabra sonó como un eco, hueco, que resonó en mis huesos secos.
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