Cuando no hay sueños que contar

¿Y qué hay de los sueños que se rompen mucho antes de siquiera intentar cumplirlos? Aquellos que se convirtieron en una razón para no rendirse y caer en nuestra realidad. Cuando no vives más a base de tus propias mentiras. Podría sonar bueno para otros, pero no para mí. No cuando las imágenes de mi cabeza empiezan a desvanecerse, no cuando caigo en que tal vez nunca ría en Roma, nunca conozca el amor, nunca sienta la adrenalina. No vivir me aterraba, pero vivir sin sueños es aún peor. No sé dónde estaré dentro de diez años, no me hagan esa pregunta más por favor. No sé cuáles son mis aspiraciones, es más sencillo identificar mis miedos. En este punto ni siquiera conozco el rumbo de mi vida. No soy consciente de absolutamente nada, porque nunca creí que la vida fuera fácil, más quería convencerme de que podría lucir como tal, y hoy que ya no puedo hacerlo, estoy perdida.