Como un león hambrieno, pacientemente espera el momento en que venga alguien en su búsqueda – a su encuentro, lo recorra, lo haga suyo, hasta demolerlo y convertirlo en una nueva savia, esencia transformadora y renaciente.
Todo comenzará cuando alguien aborde sus estantes, clave sus ojos profundamente en las páginas de sus tomos, y esculque incesantemente, inquisidoramente en sus signos; para berberse el universo de un sorbo.
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