Al abrir una página de mi diario, veo brotar, mariposas doradas y lágrimas encadenadas.


Qué será del amor que un día, puso de rodillas el alma lía. En qué mustio lugar de la eterna esperanza se quebró en pedazos. En qué línea del desino se deshizo, se perdió en la nada.


Poco a poco, voy cayendo en el insondable lago de recuerdos, que más que vida condenan a la muerte misma.

*

Fue suave la brisa que rozó mis mejillas

Y tibia la sangre que corrió en mis venas


Y mi voz se hizo un poema

Y mi túnica, hondonada de azucenas


*

Imagen: Del muro de Islam Gamal.

Luz Marina Méndez Carrillo/28/12/2022/ Derechos de autor reservados.

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