Lo que nunca admití

Con una camisa floja y un pantalón ajustado caminaba directo a la casa de mi mejor amiga Aurora, para luego dirigirnos a la preparatoria, caminábamos como siempre ella contando libremente su vida mientras yo escuchaba atentamente, cuando algo que ella mencionó me interesó, resulta que iría de viaje a Francia por un mes a estudiar. Mientras más lo pensaba peor me sentía, pues sería un mes sin su compañía.

Luego de pasar incontables tardes con ella queriendo que no llegase ese día jamás aún sabiendo que no importa qué, ella no cambiaría de parecer, ahí me encontraba despidiéndola, mientras ella subía a ese avión tan inmenso que se lograba visualizar a través del cristal, salí de ese lugar tan tormentoso sin mirar atrás porque se que si lo hacía rompería en llanto y le rogaría que se quedara, los días pasaron tan lentos que llegue a pensar que ella jamás regresaría. Sin esperarlo un día que debió ser lleno de alegría y felicidad cambio a uno de soledad y tristeza, ese mismo día llegaron noticias de Aurora, una carta donde explicaba el porqué decidió hacer lo que hizo, mientras leía mi corazón se encogía, sollozando mientras leía línea tras línea, sin darme cuenta que ya era un mar de lagrimas, justo en ese momento me sentí la peor persona del mundo pues su carta relataba lo siguiente:

De: Aurora.

Para: mi querida y preciada Mónica.

Si estás leyendo esto es porque ya no estaré más a tu lado, realmente siento que las cosas sucedieran así pero jamás pude ser tan valiente como para llegar a confesar mis sentimientos por ti, desde hace mucho oculto lo tanto que te amo, me fui a Francia con la intención de olvidarte y al ver que no lo estaba logrando una angustia terrible se adueño de mi ser, no pensaba claramente pero se que hice lo correcto porque a pesar de todo lo que te amo jamás podríamos ser felices, por más que quise pensar en lo felices que pudimos ser, me cegaban esas inseguridades y temores, realmente siento el tener que alejarme de ti de esta manera, me hubiera gustado planear mi vida a tu lado pero no fui lo suficientemente valiente.

Siempre te amare, espero que en un futuro puedas ser feliz.

Fuiste lo mejor de mi vida.

Siempre tuya Aurora.

Como no me di cuenta antes de lo que Aurora sentía por mi, esa sonrisa tan sincera que me regalaba todas las mañanas, que podrían quitar hasta la más mínima preocupación y esas pruebas de afecto que siempre lograban sacarme una sonrisa.

Me encontraba devastada sin poder sostenerme y colapsando en el frío suelo de mi habitación, sin poder detener las lágrimas que recorrían mis mejillas, sin poder creer que la persona que más me hizo feliz se había suicidado por mi culpa.

Pasaron los días y llegó el funeral de Aurora, pensando en lo difícil que a sido olvidar esa sonrisa tan alegre que quitaba todas mis preocupaciones, cada noche pienso en ella arrepintiéndome de todas las veces que le dije que no, que la dejé sola cuando mas me necesitaba, aunque ella no me culpe, jamás podré sentirme tranquila sabiendo que no pude expresar mis sentimientos hacia ella.