AL BORDE DE LA MUERTE

Con mucho cuidado me asomé al borde del precipicio, abajo se veían sombras que trataban de trepar por la montaña que parecía no querer acceder a que nadie pudiera subir, sin embargo una pequeña figura venía avanzando poco a poco, se arrastraba, se agarraba de las ramas de los árboles que estaban a su alcance de sus pequeñas manos, intentaba pararse pero no podía, luego una inmensa explosión sacudió todo el espacio, cantidad de árboles salieron disparados hacia arriba, piedras de todos los tamaños ametrallaban todos los rincones, como si un gran cañón las hubiese disparado, yo por mi parte me quité de allí y fui a ocultarme detrás de mi vehículo, una piedra de gran tamaño dió de lleno en el parabrisas y lo volvió trizas, luego todo se fue calmando y el silencio llegó poco a poco.

Como pude me fui otra vez acercando al borde y trate de ver hacia abajo, todo era caos, las ramas de los árboles caidos tapaban todo y me pregunté que sería de aquel niño que vi, me parecía imposible que se hubiese salvado, grité con todas mis fuerzas y nadie me contestó, volví a gritar y solo oí el eco de mi voz.

Al tercer grito una débil voz me contestó:

Auxilio, estoy atrapado debajo de muchas ramas, me duele mucho una pierna y casi no puedo caminar.

Al instante como pude intenté bajar pero por otro lado, ya que por allí era imposible, inclusive a unos 20 metros había una especie de canal de tierra por la que bajaba el agua cuando llovía y por allí casi arrastrandome comencé a deslizarme, como no tenía ninguna clase de cuerdas, sólo disponía de mis manos y pies.

De vez en cuando gritaba y sentía la vocesita mas cerca, hasta que lo divisé, era un muchacho como de unos 8 años, estaba sumamente sucio y ennegrecido de hollín, sus ropas estaban rotas y no tenía zapatos. a lo que me vió agitó sus manitas con desespero y dijo: Aqui estoy, no me deje.

Llegué su lado y comprendi porqué no podía moverse, su pierna izquierda la tenía completamente atrapada por una gruesa rama, me puse la misma en el hombro y con todas mis fuerzas la empujé hacia arriba, la rama se movió un poco y el niño logró sacar su extremidad, cayendo acostado a un lado mío, luego solté la rama y tuve que saltar, porque dió contra el suelo con tal fuerza que si no me quito el aplastado habría sido yo.

Revisé el niño y solo tenía un morado en la pierna, no me parecía que tuviera fractura porque no le dolía y solo se advertía una desgarradura con algo de sangre, le pregunté si podía caminar y me dijo que si e intentó pararse pero no lo logró y lo ayudé e iniciamos el ascenso, lo llevé por donde yo bajé y poco a poco fuimos ascendiendo, cuando llegamos arriba estábamos sudorosos y llenos de tierra y nos acostamos en la carretera, la cual estaba solitaria.

El niño me dijo que saliéramos de allí porque podían volver sus asesinos, los que habían lanzado a él y su familia barranco abajo, le hice caso, prendí mi carro y rodamos un rato, luego nos ocultamos en un lugar algo alejado de la carretera y a los cinco minutos oimos otro carro, no podían vernos pero yo si los ví, era una camioneta pickup destapada con varios hombres en la parte trasera, los cuales tenían armas en sus manos.

El niño me dijo que esos eran sus asesinos, que habían matado a toda su familia, el que manejaba la camioneta era su padrastro y a los otros él no los conocía. Me contó que él, su madre y su padrastro junto con tres hermanos más vivían en una hacienda propiedad de su padre, el cual había muerto, su madre se había casado con su padrastro, el cual era un peón de la hacienda y ella se había enamorado de él.

Todo era de maravilla, siempre salían a pasear los 6 para la playa y para muchas partes, parecían una familia feliz, hasta que una noche vinieron esos hombres de la camioneta y llegaron a la hacienda y a punta de pistola los metieron en otra camioneta propiedad de ellos, salieron a la carretera y rodaron mucho y cuando llegaron al precipicio, pararon la camioneta en la orilla del barranco, los bañaron de gasolina, empujaron el vehículo con el motor encendido, le tiraron un fósforo y la misma se incendió y así su madre y sus hermanos se volvieron unas teas humanas, cuando iban cayendo la camioneta pegó contra un árbol y se abrió la puerta del lado del niño y salió disparado, con la suerte que chocó contra un amasijo de hojas y no le pasó nada, como él estaba al lado de su madre cuando les rociaron gasolina, ella lo cubrió con su cuerpo y casi no le cayó el cmbustible y por eso no se prendió, pero su progenitora no corrió con la misma suerte y falleció casi antes de la explosión.

Al poco tiempo de estar ocultos oyeron unas sirenas y decidieron salir y era la policía que llegaba, les hicieron señas y los vehículos se detuvieron y el niño salió y se identificó como hijo de la señora que acababa de perecer junto con sus hermanos, que los que lo habían matado eran su padrastro y varios asesinos contratados por él.

Justo en ese momento aparecieron los mencionaods, la policía los detuvo y el padrastro cuando vió al niño se puso muy bravo y le dijo a los asesinos que porqué no me habían matado y los policías escucharon e inmediatamente los detuvieron y en los actuales momentos están en la cárcel.