Cuando aprendí a amar

Cuando aprendí a amar

Koa González

06/12/2022

Sinceramente espero que nunca perdamos la ilusión de aquello que nos hizo empezar. 

Reírnos a carcajadas casi sin conocernos, y sentirnos cómplices de algo que ni si quiera habíamos cometido, pero que ya habíamos imaginado. 

Que aunque los tiempos se vuelvan difíciles, decidamos seguir riéndonos a carcajadas cada día, con sonrisas forzadas por cosquillas a las 8 , 9 o 10 de la mañana, o de madrugada. No somos expertos en medir las horas.

Ojalá nunca rompamos las ganas de aprender el uno del otro, de admirar aquello que nos falta pero que otro lo acompaña.

Ojalá que aún sabiendo que no somos la pareja perfecta, ni las almas gemelas, ni las medias naranjas, nos construyamos a nosotros y nunca se nos agoten las ganas.

Construyamos el nosotros del futuro, con un poquito de tu calma y un poquito de mis ganas. Con un poquito de ti y un poquito de mí, sin que nada sintamos que amarga.

Que aunque sé que tenemos miedo, sepamos que nada, absolutamente nada, no da más felicidad que ser compañeros de batalla.

Te quiero. 

Porque nunca nos cansemos de intentar engranar juntos y seguir rodando hasta que seamos viejitos. Porque me pidas casarme contigo una y mil veces más. Porque no vuelvas a huir de mi. Porque siempre te quedes. Porque no nos ocultemos nada. Porque seamos lo que nos hizo empezar, y nunca se nos olvide. Te adoro, y te quiero cerca y feliz.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS