Un antifaz y un desamor

Un antifaz y un desamor

Marta Soria

11/03/2018

Le dije que se quitara la máscara, que la noche ya había terminado, que parecía un niño pequeño y que no le favorecía. Reconozco que podría haber cambiado el tono. Era la primera vez que lo presentaba ante mis compañeros de trabajo. Después de un año juntos, pensé que tal vez ya iba siendo hora. Pero había estado tan patoso; una copa de vino tinto rota en el suelo y un empujón poco fortuito a la persona menos indicada de la fiesta habían acabado con mi paciencia. Como si el sonido del cristal haciéndose añicos hubiese sido un detonante. Nunca antes me había fijado en la poca destreza que tenía para afeitarse ni en lo mal que se le daba llevar una conversación. Me bajé del taxi tal como el conductor frenó, esperando que él me siguiera a casa. – Quítatela tú – me contestó; con una mirada que, aunque adornada con todo aquel brillo, cada vez mejor me veía y cada vez más se apagaba.

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