Te escucho caer, lluvia incesante
crujieron rojos tiempos fogosos
gozan ahora verdes frondosos
ciegos de ti y tu velo danzante
y tú cómo quieres que yo cante,
verás, mis días fueron penosos
mudos de ira mis labios llorosos
aquí esperaron junto a tu amante
tal vez tu cielo ya no me extrañe
aunque no guarde rencores mi alma
desea que tu euforia no engañe
por inmensa que sea tu calma
inmensidad es que ella te apañe
naciendo lluvia sobre mi palma
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