No puedo quedarme quieta.
Y nose si hablo de mi cuerpo o de mi cabeza. Es como si estuviera corriendo una maratón interminable un poco eterno, pero estando quieta. Es como si mis piernas y mis brazos están cansados de mi cabeza. Pienso en si es mejor quedarme o irme, como si alguna de las dos fueran las posiones mágicas a mis mambos, como si eso solucionaría el hecho de que vos que seguro estás leyendo esto, me valores.
Y nose por qué a esta altura sigo buscando tu valoración, si ya se como termina todo esto. Creo que estoy intentando llamar tu atención para que me mires cuando no me siento bien o cuando simplemente quiero contarte algo y vos estás mirando para el otro lado.
Si pongo dos corchos, yo soy el de champán (obvio), y vos sos uno de vino, te juro que el mío te estaría mirando, mientras vos miras a la vida. Estoy luchando para ser un poco más como vos, que no gastas energía en cosas que no te importan en el momento. Un poco más como vos, que te importa todo un poquito menos y que por suerte no lloras tanto.
Quiero ser más como vos, que mira la vida y no a los costados, o atrás. Como vos, que se preocupa por lo Justo y necesario, sin darle tantas vueltas. En conclusión: no soy como vos aunque quisiera. Pero si, estoy tratando de copiarte, mirar un poco más a la vida y menos a vos, como lo haces siempre.
Por mucho tiempo, hasta hoy, intenté llamar tu atención, Nose hasta que punto intencional, pero siempre intenté que me veas, pero sos más alto que yo y tenés que hacer el esfuerzo de agacharte para verme. Ojalá no sea tarde el día que te arrodilles, me mires a los ojos y me seques las lágrimas.
Y si algún día te das la vuelta para mirarme y dejar de ver la vida, espero estar ahí para ayudarte a dar la vuelta de nuevo.
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