Hoy dejo de luchar. De lucharte mejor dicho. Hoy dejo de aferrarme a todo aquello que me absorbe y me deja más chiquitx de lo que soy. Hoy, dejo de luchar, de pelearme y de llorar. Hoy dejo.
Dejo de lado, afuera, a un costado.
De qué me sirve luchar, si todo sigue igual, aunque lo intentemos. Ojalá pensar diferente nos atraiga aun más, pero eso no sucede. Aunque me gustaría.
Dejo de luchar porque ya no doy más, y vida es una sola.
Trato de sacarme la lucha interna y abrazarme.
Porque siento que me falta tu abrazo, aunque yo a veces no me dejo abrazar, porque siento que lo haces por el instinto matutino. ¿Cuándo fue la ultima vez que sentiste un abrazo mío?.
Estas preguntas hacen que quiera luchar, para que abras los ojos y te sientas más parte del todo.
Aunque esto también me hace estancarme en un pozo sin salida de llanto.
Por suerte hoy decido dejar de luchar.
¿Cuando fue la ultima vez que sentí un abrazo mío?.
Hoy te dejo de luchar, hoy bajo los brazos y respiro. Respiro tanto y suelto todo lo que tenia aferrado, todas las piedras que tenía en la mochila.
Dejo de luchar a sangre fría, costándome casi hasta mi vida.
Hoy por fin respiro un poco mejor.
Dejo de luchar por el tiempo, valor, amor, confianza y atención.
Hoy dejo el rencor. Y pido perdón.
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