Ella, tomo la mano de su abuela, la miro y sonrió con lágrimas en los ojos. Al voltear, del otro lado de la calle, su amiga la saluda, afectuosamente. Todos los meses, iba un día a visitarlas. Sin embargo, cada vez que se iba dejaba con ellas su pena y tristeza. Desde la entrada de sus criptas, su abuela y su amiga la saludan al verla partir.
OPINIONES Y COMENTARIOS