Cuando los sueños se mezclan con la realidad.

Cuando los sueños se mezclan con la realidad.

Daniela Ggl

10/10/2022

¿Alguna vez les ha pasado que sueñan algo que parece tan, pero tan real que terminan relacionándolo con su realidad actual? Bueno, pues a mí sí (como unas cuatro veces) y por lo general me sucedía en momentos de vulnerabilidad o cuando algún acontecimiento peligroso me había sucedido recientemente.

Esto sucedió en 2016 cuando habían intentado extraerme una muela que por algunas complicaciones no fue posible la extracción; quiero recalcar que a mi en lo personal me da muchísimo miedo cualquier tipo de cirugía, inyección o lo que sea que tenga que ver con bisturí o jeringas. Salí del intento de cirugía todavía anestesiada y con las encías tan lastimadas que hasta beber agua me causaba un dolor horrible que se me pasaba a la cabeza y me provocaba casi una migraña intensa, me dirigía rumbo a mi casa con mi hermana, Melissa, ella es odontóloga y venía comentándome todas las restricciones que tenía para que la herida no se infectara y se desinflamara lo antes posible para poder extraer la muela, –Nada de grasas, ni lácteos, ni harinas– me indicó, prácticamente no podía comer nada. Al llegar a casa nos recostamos en la cama de mis padres porque es bastante grande y ambas veríamos televisión ahí, poco a poco sentí que iba quedándome dormida hasta que de pronto escuché que tocaban la puerta de la habitación; me pareció muy extraño porque en mi casa ninguno de mis hermanos ni mis padres acostumbra hacer eso, simplemente entran y ya, pero bueno, al voltear a la puerta dije –¿Qué quieres?– pensando que era mi hermano solo molestando, pero escuché que tocaron la puerta de nuevo. Volteé a ver a mi hermana pero ella estaba tranquilamente viendo televisión como si no escuchara el ruido de la puerta, a lo que dije en un tono más fuerte –¿Qué quieres pues?– y seguido a esto, la puerta de la habitación se abrió muy lentamente como si alguien le hubiera dado un leve empujón desde afuera.

Pasaron como 5 segundos que me parecieron eternos, cuando de repente entró un niño a la habitación de mis padres; este tenía la piel completamente gris, cabello lacio y muy oscuro, ojos grandes y redondos, vestía un bermuda que parecía de lino, una camisa blanca de manga corta, usaba tirantes y unos zapatos negros con calcetas altas, su semblante era como de un niño que recién había hecho alguna travesura, con una sonrisa burlesca y una ligera risa tímida salía de su boca. El niño se posicionó justo en el medio de la habitación frente a la cama y no dejaba de mirarme, volteé a ver a mi hermana nuevamente pero ella estaba profundamente dormida, parecía noqueada y yo muy confundida le pregunté al niño–¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Necesitas ayuda?– internamente me sorprendía mi actitud tan tranquila ya que era un niño que jamás había visto en mi vida y desconocía cómo había podido entrar a mi casa. El niño no me respondió y salió corriendo de la habitación riéndose (parecía que se burlaba de mi) y aunque me pareció bastante extraño, continué viendo la televisión; de repente ese mismo niño vuelve a entrar en la habitación y se para en el medio solo que un poco más cerca de la cama (y de mí), continuó riéndose mientras me veía fijamente y volví a preguntarle –¿Quién eres?– siguió viéndome mientras sonreía con los brazos hacia atrás y le dije –Si necesitas ayuda puedes decírmelo…– y antes de que pudiera decirle algo más volvió a salirse de la habitación corriendo y riéndose. Esto se repitió unas 3 veces más y en cada una de ellas, el niño se acercaba más y más a mí.

Llegó un punto en el que este niño ya estaba arriba de la cama hincado, inclinado hacia adelante recargando sus codos sobre sus rodillas y sosteniendo su cara con sus manitas, sonriendo y viéndome, también me quedé viéndolo ya harta de no saber absolutamente nada de el y de que se estuviera riendo de mi, –Ya dime quién eres y qué es lo que necesitas– le dije, siguió riéndose y volví a preguntarle lo mismo dos veces más pero el seguía sin responderme, hasta que me molesté y lo tomé del cabello, empecé a jalarlo con fuerza e incluso le di algunos golpes (de verdad estaba muy molesta) después de esto, el niño logró zafarse y de nuevo salió corriendo de la habitación mientras se escuchaba esa misma risa burlona alejándose.

Pasó un rato y de nuevo, el niño entró a la habitación pero esta vez su semblante había cambiado por completo; se mostraba totalmente serio, con una mirada fija y pesada hacia mi, sus brazos seguían detrás pero esta vez se posicionó a un costado de la cama (del lado donde yo estaba acostada), volteé a verlo con indiferencia y regresé mi mirada al televisor, cuando de la nada empecé a sentir muchísimo dolor en todo el cuerpo, como si me estuvieran pateando o golpeando en la espalda, la cabeza, en los brazos, el estómago y en la cara; yo estaba muy confundida porque mientras esto sucedía, estaba viendo al niño pero este estaba completamente quieto viéndome mientras poco a poco una sonrisa se dibujaba en su rostro, como si estuviera disfrutando verme sentir ese dolor físico sin yo saber de donde venía. De pronto, el niño sale corriendo nuevamente de la habitación, ahora riéndose a carcajadas (todavía puedo recordar su risa) mientras yo me encontraba recostada en la cama de mis padres casi noqueada por los golpes que había recibido, recuerdo ver de nuevo a mi hermana dormida a un lado mío y como mis párpados se cerraban poco a poco hasta que dejé de escuchar esa risa. No sé cuánto tiempo pasó, pero algo me despertó de golpe, algo que escuché justo en mi oído… eso que escuché, era la risa del niño. Me levanté en seco y para este momento, yo ya estaba en mi cama con mi pijama puesta, cubierta con mi cobija, revisé la hora en mi celular y noté que eran las 3:20 AM (aproximadamente, no recuerdo con exactitud) pero no podía recordar el momento en el que me levanté de la cama de mis padres, ni en qué momento me dirigí a mi cuarto, me puse la pijama y me fui a dormir; era como si nunca hubiera sucedido o como si mi mente hubiera bloqueado esa parte del día.

A la mañana siguiente, le pregunté a mi hermana –Oye Meli, ayer cuando te despertaste, ¿yo ya me había ido del cuarto de mis papás?– a lo que ella me respondió –¿De qué hablas? Si la que se quedó dormida fuiste tú, como que te hizo buen efecto la anestesia eh– me dijo en tono burlón –No aguantaste ni diez minutos viendo la tele cuando de la nada: Daniela OUT- me dijo. Por mi cara, ella pudo notar que estaba totalmente confundida, a lo que me dijo –Más o menos como a las 7:00 PM te levantaste sin decir nada, te fuiste a nuestro cuarto quejándote del dolor, supongo, y no despertaste hasta hoy– Después de escuchar eso preferí no hacerle más preguntas y mucho menos contarle lo que había pasado o soñado (quiero creer que fue solo un sueño) ya que mi hermana no es muy creyente de cosas paranormales y cuando le llego a platicar algo relacionado aunque no me haya sucedido a mi, solo me sigue la corriente. Días después sucedió algo similar relacionado con uno de mis mayores miedos, pero eso se los contaré en otro relato.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS