Un poema
para una dama desconocida.
.
La vi bajarse del automóvil
llevaba shorts azules
y una blusa de tirantes
de color vino
que parecía teñida
con las últimas luces del día
.
Tomó un paquete en su mano derecha
y cruzo la calle
sin mirar en ninguna dirección.
No hacía falta,
los automóviles se detuvieron
como si se tratara de una película de Hollywood
y un gran tráfico se formó a las 6:39 pm
.
Aquella mujer
era lo que todos llaman perfección,
la naturaleza viva
la flor que desafiaba al paraíso
era la manzana
que todos buscaban morder.
.
Ingreso a un local de envíos
entregó el paquete
y volvió a cruzar la calle.
El tráfico seguía sin moverse,
todos aguardaban
que aquella diosa griega
volviera a cruzar la calle
.
Cuando finalmente lo hizo,
el tráfico volvió a la normalidad
y yo,
también.
Autor: Christian Yánez
OPINIONES Y COMENTARIOS