Abro mis ojos y veo mucha sangre, mis manos están manchadas de rojo, admiro la vulnerabilidad de mi cuerpo y por una extraña razón no me sorprendo, mis ojos se quedan fijamente viendo como una gota de sangre cae de la punta de mi dedo hasta tocar la fría tierra. ¿Dónde estoy? Me levanto para observar y un cuerpo sin vida lleno de sangre ya se a medio metro de mí. huyó, corro y me alejó lo más posible de ahí, ¿la carretera? ¿Dónde está la carretera? ¿Qué es este lugar, un desierto? ¿Por qué mis manos están manchadas? ¿la sangre es de ese cuerpo? ¿Yo lo mate? Miro por última vez hacia tras antes de correr con más fuerza queriendo que todo esto desapareciera. Veo la carretera, intentó pedir un aventón, todos los coches me ignoran como si de un fantasma se tratase; un bus me hace la parada, me subo, le entrego mi dinero, pero el conductor solo mira mi mano llena de sangre con la que sostengo el billete y sin decirme nada me hace un gesto indicándome que me siente. ¿El conductor pensara que hice algo malo? Me pregunto algo nervioso, me doy cuenta que soy el único en el bus, no me gusta quedarme en silencio, en este momento mis pensamientos son como puñales que me intranquilizan mucho, cierro los ojos y tomo mi cabeza desesperado deseando estar en casa. llegó a casa algo agitado y aturdido, tomó las llaves para abrir pero en ese momento sale mi esposa ignorándome por completo. AMOR, MÍRAME ESTOY AQUÍ, le grito. veo como no me escucha he intento tomarla del brazo y el vacío más grande que alguna vez sentí aparece, mi mano traspasa su brazo. ella se aleja, corro abrazarla, pero no puedo ya que solo siento un frío tétrico que me abruma cuando me acerco a ella, miro al cielo para buscar consuelo y me doy cuenta que no es azul, es rojo, rojo como mi mano, ahí lo entendí, estoy muerto.
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