Lazos de Promesa

Prólogo

No podía creer que todo aquello que tanto temía se volviera realidad. ¿Es que no había otra forma? ¿Otro camino por el cual ir?

Corrió lo más veloz que le daban sus piernas llenas de barro y salpicaduras de sangre seca. Su respiración se entrecortaba con cada paso que daba hacia delante, pero ¿qué más podía hacer? Solo huir.

–No esperes ir tan deprisa. – esa horrible voz, tan diabólica y llena de odio se escuchó a lo lejos.

Sin prestar atención siguió su rumbo, uno del cual no estaba tan seguro de ir. ¿Acaso habría otra forma? Otro modo de que las cosas no hubieran terminado de esa manera tan escalofriante para todos ellos.

Una lágrima rodó por su fría mejilla mientras el viento helado le empezaba a resecar su rostro. La fría noche, la atroz tormenta que estaba encima y la poca visibilidad que tenía, no podía ser de mucha ayuda.

Quería irse, quería olvidar, no deseaba estar estar atado de esta forma involuntariamente con todos ellos.

–No tan rápido. – de vuelta esa voz, grave y rasposa.

De tan solo oírla un rayo cayó tan cerca suyo que se desplomó del susto reciente. Sus piernas temblaban, sus ojos acuosos llenos de lágrimas, sus manos heridas por grandes cortes, y su rostro todo sucio. Enfrente estaba esa persona que lo perseguía día y noche, no dejándole respiro; allí con esa cara de satisfacción, y esa sonrisa perversa ante tal suceso.

–Entrégamelo. – ordenó estirando su mano.

– ¡Nunca! – gritó al golpear su mano – No le daría algo tan sagrado, a alguien lleno de odio y perversión. Eres un ser repugnante.

La mirada de ese extraño ser se frunció y le pegó una cachetada hasta darle vuelta la cara.

– ¡Entrégamelo! – gritó enfurecido – O muere maldita escoria.

Su respiración comenzó a pausarse y una pequeña sonrisa se dibujó en su comisura al oírlo.

–Mátame, basura infernal – lo miró con perspicacia –Pero tenlo por seguro que en la otra vida te mataré y descuartizaré tu cuerpo hasta que no des más del dolor.

Al oírlo cegado por su ira le empuñó su espada en el pecho.

–Maldito. – refunfuñó entre dientes.