¿Qué sentido tiene estudiar si no asegura algo?

Es triste saber que el estudio no asegura un buen trabajo o al menos un trabajo. Entonces tal vez esto nos haga cuestionar: ¿qué sentido tiene estudiar si no asegura algo? ¿Por qué es tan importante estudiar una carrera? Y otras preguntas que cuestionan el por qué estudiar. Muchas personas, filósofos sofistas, científicos y otras personas capacitadas, dirían: el estudio es importante en la vida de cualquier persona, para obtener un conocimiento adecuado y útil a las necesidades individuales, sociales y del mercado laboral. Y otra respuesta podría ser: Estudiar una carrera no solo te permite adquirir nuevos conocimientos y habilidades, sino que también te ayuda a explotar tu potencial y ampliar tus horizontes, tanto personales como profesionales. Pues… che, no. ¿Cuál es realmente la importancia de estudiar, más allá de lo personal y laboral?, ya que esto último beneficia solamente a la sociedad del trabajo, y lo personal solamente a las relaciones públicas o sociales en el entorno de personas que nos rodean y, para que ellos no digan: «Qué tipo tan ignorante o básico de conocimiento». Para triunfar en la vida hay una frase muy asertiva: «No importa que tan estudiado e inteligente seas, son solo los talentosos con aptitud los que triunfan en el mundo». William James Sidis, tal vez este nombre no se haga familiar para muchas personas pero para las personas buscadoras del conocimiento sabrán quién es. Fue una persona prodigio o genio, conocido por ser la persona más inteligente de la historia, que desde niño demostró poseer sorprendentes habilidades intelectuales de memorización, especialmente en las matemáticas y en el dominio de múltiples lenguas. Trabajó en muchos trabajos con un salario humilde y escribió muchos libros de diversos temas, pero estos libros con nombres anónimos nunca se vendieron bien. James Sidis es un ejemplo que demuestra que tener un coeficiente intelectual de genio nunca es suficiente, una inteligencia elevada no garantiza el éxito. Es importante tener inteligencia social, saber cómo comportarse en público, cómo hablar correctamente y cómo agradar a la gente. Por ejemplo, alguien puede pintar cuadros increíbles, pero no saberlos presentar correctamente… bueno, ya se lo imaginarán. Muchos genios fueron ermitaños y vivieron mal porque nunca consiguieron socializar. A veces uno de ellos lo sabía todo sobre ingeniería nuclear pero no tenía ni idea de cómo comportarse en una fiesta. Por otro lado, algunas personas que no tienen una gran inteligencia o conocimientos, consiguen puestos de alto nivel, se hacen famosas y alcanzan el éxito gracias a su inteligencia social.