1-5

Cuando era chico siempre quise participar en El último pasajero, responder preguntas de historia o adivinar la canción, elegir la llave, etc. Pensé que todos los que llegaban a cuarto podían competir, era algo obligatorio, un requisito para salir del colegio. Quedó como un sueño esfumado, no tuve gala, ni fiesta, solo la premiación, y adiós. Otro programa era Calle 7, las pruebas eran en un estudio como de colchonetas, habían peleas, guerras de agua, era más de verano, me sentía genial poder hacer eso, era como un patio de juegos de competencias. Las alianzas eran parecido a eso, representaban un color, competencias, reunidas cosas, creo que solo una vez ganó mi color, fue emocionante, pero al parecer no tanto, ya que me olvidé de los detalles. Una vez aparecí de público en Rojito, creo que era la secuela de Rojo, o bien la versión para niños, al entrar al estudio nos dijeron que saldríamos en la pantalla gigante, pero la cámara que nos mostraba estaba en otro lado, así que fue un caos, al menos para mi. A cada uno luego de la grabación del capítulo, nos entregaron un VHS con la grabación del programa, cuando llegamos a casa a verlo, un solo niño miraba hacia arriba en todo momento. Fue mi momento de fama, de burlas, y chistes, quedó en el olvido por el reemplazo tecnológico de las reproductoras de video, nunca más salí en la tele.

4-5

Nunca se que regalar para los cumpleaños, ¿le gusta?. ¿no le gusta? y termino viajando por 10 comunas distintas en busca de un objeto rebuscado. Una vez me invitaron a un fiesta sorpresa, entonces pensé, un peluche del principito, ya que me acordaba que me había comentado de su colección. Busqué en mercado libre, el único disponible estaba en el metro Blanqueado, nunca había ido, pero era mejor intentarlo que llegar con las manos vacías. Llegué a mi casa, como lo que más pude y me aventure. Pensaba que quizás podría regalarle otra cosa, un llavero comprado en Santa Lucía, o un chocolate estos de 3×500 del metro, pero me encontraba decidido en ir por el zorrito. La noche cayó de golpe, dice una canción de Los Miserables, y así fue. Al bajarme del metro, busqué la dirección, pero había perdido el norte, así que pregunté, me dieron consejos de ir rápido ya que los pasajes eran muy oscuros, eran 10 cuadras desde el metro, guardé mi celular lo que mejor pude, y todo objeto de valor también, paso firme, mirada en alto, a pesar de mi poca visión, avancé. En la otra vereda había una madre con su hija, la niña la protegía mientras ella buscaba algo en su bolso, parecía una escena tenebrosa, decidí cruzar para no causar más daño. Llegué al lugar, me hicieron pasar, y en un dos por tres me encontraba de vuelta. Pague el metro de nuevo, con el regalo en la mochila, llegué temprano a pesar de la travesía, 3…2…1, ¡Sorpresa!, de hecho mi presencia la sorprendió bastante, le entregué el regalo junto un texto de esta aventura con detalles místicos y griegos, como si fuera un héroe épico en busca de un animal exótico para ganarme su corazón. Creo que fue un buen regalo, al menos eso pareció.

7-5

Para ir al colegio tenía que despertarme a las 5:30, bañarme a las 5:40, tomar desayuno a las 6:05 y salir de mi casa a las 6:20. La micro si pasaba era a las 6: 30, el taco de Camino Melipilla era una suerte de azar, a veces era insoportable, otras un viaje reflexivo. Cuando ocurrían accidentes para que los inspectores creyeran mi historia, me las daba de periodista, bajaba de la micro, sacaba foros, cuñas, incluso una repasada a lo ocurrido, casi siempre eran choques múltiples, o uno que otro poste caído. Un día fue más trágico de lo normal, cerca del actual metro Cerrillos, la calle cuyo nombre nunca conocí, pero se como llegar, ocurrió una fatalidad, un camión que transportaba unos tubos de cemento, se volcó. Todos los días, un trabajador circulaba por ahí en bicicleta, lamentablemente fue aplastado por aquel peso inhumano. Fue la segunda vez que vi un cadáver, la primera fue en el Costanera Center, con una amiga fuimos de shopping, ese mall era nuevo. Cuando íbamos por la escalera eléctrica un montón de gente miraba hacia arriba, como si de un espectáculo se tratara, atiné a mirar, una silueta estaba en una parte alta del edificio, quizás era el décimo piso, quizás más o menos, pero una altura suficiente para morir. Ese mismo año se estrenaba Requiem for a Drink un disco de rap de Cevlade, una de sus canciones se llama A un paso del fin la cual relata un salto suicida desde un edificio. Escuché comentarios como «ah que salte» «que salte luego que me quiero ir» «yaapo saltaa» luego de un coro de voces gritando como si de un circo se tratara. Entramos al mall, y a la salida la silueta estaba plasmada en el cemento. En ese año era periodista del colegio, así que me atreví a ir a preguntar en modo «prensa» para una revista digital, creo que era una mentira fuerte pero mi cuerpo de joven decía lo contrario. Un carabinero me comentó que no podía decir nada hasta que llegara PDI, que circulara por favor. Si no podía sacar información de la policía, acudí a la gente, el salto fue a eso de las 16:00, cuando lo vi la primera vez eran las 15:20, y al momento de salir las 16:30, en ese lapso ocurrieron muchas cosas. Seguridad no logró alcanzarlo, quizás nunca hubo intento, no pensaron que lo haría quizás, ¿Cómo subió él?, solo eran preguntas sin respuestas, no había nombre, familiar, o conocido, era un extraño más del inmenso número de personas en el mundo. Me dijeron que al momento de impactar al suelo rebotó, como un balón de papel con cinta adhesiva, un bote pequeño y duro. Murió al instante. Llegué a casa, escuché ese disco, y pensé, ¿fue el detonante? Cual era la coincidencia que ocurriera esto, y por qué he presenciado tantas veces la muerte, coincidencia, tal vez. No saqué fotos, ya que estaba prohibido, además tenía miedo. El segundo cadáver fue más trágico ya que vi la sangre en el suelo alrededor del cuerpo, similar a la de un zancudo cuando lo aplastado contra la pared, imaginé el sonido, un splash macabro, y una fugaz lucha de olvidarlo. Llegué ese día a las 9:00 al colegio, la inspectora me retó, le mostré la foto del accidente, me abrazó, me dio el permiso de entrada, llegué a clases y dormí.

10-5

Cuando veía Indiana Jones, pensaba ¿Cómo Indiana le tiene tanto temor a las serpientes?, corre de lanzas, pelea con Nazis, machetes, etc. Al ser niño, el miedo existe cuando no tienes donde refugiarse, ya que los límites son cuanto aguanta tu voluntad. Ocurrió el año 2011, un año después del terremoto, las playas volvían a circular, las ciudades levantándose de a poco, la Teletón, y las vacaciones. Fui a una playa distinta, íbamos con una prima a Zapallar. Unas cabañas de techo celeste, madera blanca, en subida dentro de un terreno, en total 10 casas, 2 ocupadas, el resto vacías. Estuvimos ahí 1 semana, ocurrieron desamores, peleas, llantos, incertidumbre, pero también miedo. Había aprendido a nadar hace poco, obligado, iba a las clases, lo pasé mal, pero al menos había aprendido lo básico. Era un martes, el sol estaba alumbrando a todos, las olas eran suaves, la gente paseaba feliz de la vida, algunos tomaban melón con vino, otros cerveza, yo compraba churros y palmeritas, uno que otro tatuaje temporal. Me gusta mojarme los pies, estar ahí contemplando el ruido del mar y el infinito azul perdido en el horizonte, como también jugar a las paletas. Ese día me invitaron mis primos a meterme más adentro, no quise, entonces me llevaron a rastras, aún estando a mi lado una ola apareció sobre mi, me tragó, giré dentro de ella, y aparecí estirado en la orilla, desde ahí que no me metía al mar. Le agarré un temor, a pesar de no ver el mar en mis pesadillas, el miedo aumentó con el tiempo. Los documentales de vida marina en las profundidades me dan nervios, quizás por la oscuridad, o lo desconocido, o quizás por esa ola que me dio vuelta. Vez que íbamos, me iba desinteresando el mar, solo las patitas, castillos de arena, atardeceres, y adiós. Trotaba algunas veces, o simulaba el entrenamiento de los supercampeones, que es lo que tiene el mar que me lo niego, es solo ese trauma de niñez, quizás es mi signo, o tan solo el mar me rechaza. Este verano volví a la playa, la rutina de ejercicios llevaba un par de meses en acción, me sentí liviano, así que me atreví, me metía cada vez más, pensando en aquello que las olas se llevan, o una medusa me tocaría, pero era ahora o nunca. Me sumergí, al segundo salí hacia la orilla, esta vez mirando donde iba, me sequé al sol, me abrigue, espere el horizonte. No volví a intentarlo otro día, sentí que fue más que suficiente, afronté mi miedo, el mar era irrelevante, vivo en un valle, pero cada vez que me lo encuentre, se que podré ir flotando hacia el horizonte cuando ya no quede más.

13-5

“El amor es una magia, una simple fantasía, como una luz”, dijo una vez Tito el bambino. Recuerdo haber citado esta misma frase en una respuesta del colegio, era Religión, desconocía lo que era ese “amor”, ya que no lo había experimentado. Creciendo y leyendo, creo quizás tener una respuesta vacía para esa inquietud de la niñez.

Todos recordamos nuestro primer beso, es algo que hace girar tu mundo, quizás para bien, quizás para mal. El tiempo en que ocurre resulta relativo, ya que aparece donde debe aparecer. Mi primer beso sucedió a los 6, fue un juego de niños de la casita, entre servir té imaginario en una taza hecha de una tapa de coca cola, un pastel de tierra con una hojita verde de adorno, una cuchara que era una piedra circular, a pesar de eso, el té imaginario era agradable. El beso ocurrió como un toponcito. Me cuestiono lo siguiente, ¿hay algún tipo de amor en ese recuerdo?, el acto de una primera vez, entra aquí como una acción rutinaria, o pasa a un escenario de distinto grado, un amor a la nostalgia, tal vez. Desde esta perspectiva entro en discusión con “El amor no es más que un aprecio a la imagen idealizada de un alguien dentro de tu cabeza”, quien haya dicho esto, le encuentro mucho sentido. Cuando uno se siente solo, o vació, suele recordar momentos, pero aquellos momentos figuran en la línea del tiempo como un pasado, quiere decir que ya dejó de existir por qué pasó, sólo vive en tu memoria. Al pololear, se genera una instancia parecida cuando ambos se extrañan, ¿extrañas a la persona? o ¿extrañas la imagen que tienes de ella, en este caso amorosa?, es como la paradoja del deseo, al desear algo y obtenerlo deja de ser deseado. Esas reflexiones me hacía cuando fumaba un pito, como que mi mente se aislaba de toda reflexión y me acercaba a una realidad ¿soy feliz con esa persona?, ¿por qué me hago estas preguntas?, revisaba mensajes amorosos y los encontraba desapegadas a mi estado reflexivo, como si viera desde lejos la relación, por que en primera persona, claro uno se siente bien, afecto, cariño, sexo, regalos, etc. Pero al despegarme, y ser un testigo, veía fisuras, grietas, que mi mente a toda máquina no consideraba, quizás no era amor, solo atracción, amor fue lo que expresé con todas mis fuerzas en años anteriores, era como sostener una granada, solo depende de ti darle la oportunidad de hacerte pedazos. Quizás el amor no es magia, tampoco fantasía, una luz, si, aquella del faro cuando quedas a la deriva, pero no todo faro te lleva a costas amigables.

17-5

A los 14 años me mudé de casa, dejé amigos atrás, amores y desamores. De la cordillera me fui a la costa. Todo ocurría un 17 de mayo del 2013, venía llegando del colegio, eran las 21:00, un amigo me llamaba para que fuera a su casa, mis ánimos eran bajos, solo quería acostarme y pensar en que dejaría todo atrás, la casa estaba comprada desde el 2010, el terremoto ayudó a comprarla, fue la que menos daño tuvo. Me insistió tanto que incluso apareció con mi ex, ahí en el paradero para saludarme, fue un gesto lindo que no supe apreciar. Me llevó a su casa, su familia me saludó, me regalaron una cerveza artesanal, buenas vibras para el futuro. Volvíamos a mi casa, le hablaba de que extrañaría este lugar a pesar de lo oscuro, lo frío, incluso lo peligroso de salir a la calle por si una bala loca aparecía en el aire, era mi hogar después de todo. Al llegar al portón donde una vez me encontré gritando por ayuda luego de que me asaltaran, me di cuenta de que algo había en mi casa, luces y gente moviéndose, parecía una sorpresa. Al entrar, estaban ahí mis familiares y mis amigos, esperando que llegara, me abrazaron, abrí los regalos, comimos torta, y nos sentamos en el medidor de agua de afuera de mi patio, vi las estrellas, el árbol gigante donde un gato saltó volando por el cielo y aterrizando como si nada, las tardes de ping pong, los carretes que hice en el patio donde el perreo era intenso, como también las veces que me quedaba imaginando el mundo entre la maleza. A la mañana siguiente, el cielo se rompió en llantos, truenos y vientos que volcaron cualquier navío, me encontraba en el auto rumbo a un nuevo hogar, mi gato en brazos, y música triste que acompañaba el ambiente, fue un buen cumpleaños.

20-5

El ajedrez es un juego de estrategia, hay peones, caballos, alfiles, reyes, reinas y torres. En Netflix hay una serie Gambito de Dama, que relata la historia de una ajedrecista mujer, en épocas de la guerra fría. Se supone que el título está basado en un movimiento del juego, además de la lógica de ganar en Jaque Mate a tu oponente, hay movimientos que se reiteran, lo cual hay que aprender. Mi primera partida de ajedrez fue a temprana edad, mi madre visitaba a una vecina que era naturista, vendía té, hierba mate, esencias, inciensos, etc. Su marido, que con el tiempo me comentaban que era un Don Nadie, no trabajaba, nunca hacía nada, solo vivía sentado en su sofá. Esa vez que acompañé a mi madre, él estaba con un ajedrez en la mesa, ¿quieres aprender?, bueno. Entonces tarde tras tarde aprendí, hasta que le gané, luego en mi casa le jugaba a mis hermanos, sin saber lo que hacía, mi movimiento inicial tiene un nombre, apertura de Van Geet, el caballo se mueve a C6, mi probabilidad de ganar baja, pero mi segundo movimiento involuntario es sacar el otro caballo, a F3, lo cual es una apertura Reti, juntas estas se convierten en una defensa Mexicana. Es débil, sólo gana el 30% de las veces, el 35% gana negra, y el otro es tablas. Me pareció curioso, que como en otros deportes, hay nombres para los movimientos, bandeja o clavada en basketball, gol, pared, en el fútbol, etc. La competencia a nivel mundial es muy alta junto con el Shogi, el ajedrez oriental, lo conocí por los animes Naruto y Hunter X Hunter, en este último como un juego que el Rey Hormiga no podía ganarle a la campeona del mundo, era ciega pero a medida que ganaba aprendía más y más. Lo maravilloso es que el Rey hormiga empieza a sentirse rebajado ante ella, o más bien como un igual, un amor incondicional mostrando así la humanidad en él a pesar de todo el mal que causó, así terminando con su vida junto a ella, una expresión de Romanticismo puro. El origen de estos juegos es incierto, pero ha trascendido en películas como Harry Potter en un juego de magia donde las piezas eran del tamaño de una casa, o en Los 8 más odiados siendo un tablero que traería consigo el conflicto, valga la redundancia, puesto estratégicamente.

24-5

Me encontré ordenando un diario antiguo, La Hora del año 2014, estaba el puzzle completo y el sudoku recortado, había un Don Serapio y un Shumeiker, este último decía «A Veces…Solo hay…Que sentir». Tanta verdad en un pequeño recuadro, con el pasar de los años y tanto sobrepensar las cosas, el sentir queda atorado en aquellos atardeceres que veía frente al mar o en la tardes anaranjadas de Maipú, ver las nubes en el pasto junto a una amiga y solo reír de que estás en calma. El ir al colegio escuchando música e intercambiar miradas con una chica que ves 1 vez a la semana, ver por la ventana la oscura mañana, la neblina y saber que al volver habrá almuerzo casero, tu cama ordenada y tus mascotas recibiéndote en la puerta. Acto seguido leí mi horóscopo, fui contra toda ley de la astros, de que si lees tu horóscopo antiguo, trae mala suerte, pero quería volver a ese tiempo en la inmediatez de unas frases. Tienes que abrigarte, el invierno viene fuerte para ti. Un amor del pasado aparecerá, cuidado con los cambios. El trabajo rendirá frutos si logras hacerlo a tiempo. Hoy conocerás a alguien que cambiará tu vida. Así terminaba, con una reflexión muy amplia, y frases que a unos le gustaba leer, saber que era un buen día gracias a la tía Yuli, quien escribía para La Hora. Lo maravilloso de este acto era lo rutinario, a las afueras del metro Universidad de Chile a las 8:00 se repartían este diario, la entrada a clases era a las 7:45 así que los que llegaban tarde lo compartían para el curso. Todos atentos a lo que decía tu signo, o el de tu ex novia, o el de un amor cercano, conocer el futuro por esas palabras similares entre signos. Tauro decía que el amor está a la vuelta de la esquina, Géminis Busca en los rincones de tu vida y encontrarás a tu ser amado, Escorpio El amor para ti es algo preciado. Distintas palabras, mismos significados, el amor aparecerá. Lo mejor era como lo leía la enfermera del colegio, en el -1 lejano de todo ruido íbamos a tomar té, hablar de la vida, capear clases de matemáticas, y dormir una siesta. Ella tomaba el diario y le agregaba palabras obscenas, con acciones sexuales que hoy por hoy es un humor delicado, en esos días eran la risa de la tarde. En vez de el amor, era pichula, a la vuelta de la esquina, era por tu poto, si tenías que abrigarte no era por el frío, era por las lapas que te iban a tirar por ser feo. Así era risa tras risa, signo tras signo, nos encontrábamos ahí mañana tras mañana escuchándola hablar de su juventud, de su vida, su familia, la soledad de estar ahí, de no poder ayudar mucho, sin pastillas que dar y sin el permiso de interferir en un accidente, solo quedaba en ayudarnos en aliviarnos el peso de la vida. Siempre éramos bienvenidos, un dolor de cabeza inventado, pantalón descosido, un golpe en la cabeza por accidente, o vómitos por falta de energías. Algunos iban a revisar pruebas, o preparar trabajos, a leer incluso, lo único que sé, uno entraba con una angustia, y salía sintiéndose bien.

28-5

A pesar de las clases, siempre me doy el tiempo de jugar videojuegos, han sido parte de mi vida desde que tengo memoria. Mi primera consola fue la PlayStation Slim, era blanca, redonda y pequeña. En ese tiempo vivía en Peñalolén, por José Arrieta con Bramante, justo ahí y hacia el interior los domingos había feria. Había un joven, quizás 30 años, que yo por ser pequeño lo llamaba “tío”, que vendía juegos de Play 1 a 500 pesos. Ahí compré Monster Inc, 102 Dalmatas, Resident Evil 3, Rayman, Crash Bandicoot, CTR, y el mejor a mi parecer Final Fantasy VII. Años después me enteré que cayó preso por venta ilegal, no sabía que era un delito el piratear videojuegos, habían veces que todos salían corriendo, mi viejo me tomaba en brazos y ocultaba el juego bajo la polera, no entendía nada hasta esa noticia. Las siguientes consolas fueron en orden, PlayStation 2, 3, 4, el Nintendo Wii, GameCube y la Switch. Hace poco tengo un computador donde se puede acceder a más juegos, lo cual me deja en un Oasis de entretención, entonces me pregunté ¿acaso, solo sirve para entretener los videojuegos?, ¿no existirá un mensaje dentro de ellos más allá del digital de programación?, recordé que una vez en una cátedra de la Diego Portales, un egresado de Literatura y Pedagogía basaba su Tesis en la música de los videojuegos, entonces todo se armó en mi mente. ¿Cómo era posible que no me diera cuenta?, dejando la música de lado, me centré en juegos que dejaban una enseñanza más allá de lo “obvio”. God of War, una saga sanguinaria de un Semi-dios en la antigua Grecia, va con una maldición en sus brazos atado a un par de cuchillas con cadenas, las cuales le trajeron gloria en batalla, pero la muerte de su familia. Busca redimirse, por lo tanto, como típico viaje del héroe, lucha con monstruos, resuelve puzzles donde solo el ingenio de Odiseo le permitiría avanzar, asesina a Ares, toma su puesto. Hace poco confirmaban la Quinta entrega, Ragnarok, la batalla del fin del mundo según mitología nórdica, a pesar de generar un impacto a nivel de jugabilidad, ser del género gore, el juego nos muestra la evolución del personaje, como al pasar de los años, su ira va disminuyendo al punto de perdonarse a sí mismo y tener una nueva familia. Otro juego que me llama la atención es Paper, please, una suerte de mundo distópico, ambientado casi en 1984, eres un aduanero, te encargas de aceptar o negar el acceso al país, Aztriorska. El asunto se complica cuando ciertas personas te ruegan entrar, “Mi familia me espera”, “Mi marido viene atrás en la fila, por favor déjelo entrar”, “Si no entro, me matan”, a lo cual debes acudir tanto a tu moral, como al juego, te encuentras en una decisión de poner tu trabajo y familia en riesgo, ya que, si no haces bien el papeleo, te descuentan dinero, pierdes calefacción, comida, hasta el punto de que tu familia empieza a morir. Los finales, creo que son 20, puedes unirte a una revolución, o seguir al pie de la letra lo que el gobierno quiere, es rápido, entretenido y el peso de la moral pasa desapercibido, ¿quizás un posible futuro?, cuantos aduaneros ayudarán a la gente a cambio de su propia miseria, no me imagino en esa situación, pero al menos los videojuegos tienen botón de reset, aprendes de los errores si no te gusta una acción, la vida no la tiene, y por eso es más peligrosa que los daños a la vista de una pantalla.

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