Ya habían pasado varias semanas, los insomnios disminuían y el alcohol aumentaba. La búsqueda parecía imposible, pero no me iba a dar por vencido. Navegando encontré un sitio web en el que se ofrecen libros por un costo menor al original, tan solo había que ir a buscarlos sin compañía alguna y altas horas de la noche. Revisé los comentarios para asegurarme que no sea una estafa, tan solo dos, de un chico de usuario @tulachi que decía “de pana” y una chica @vaanes69 : “sin palabras”, ambos con cinco estrellas de puntuación. Ya desesperado por el tiempo que me costó encontrarlo, llamé al número de contacto “971840322” tenía que preguntar por un tal Dante. Al tercer tono contesta y antes de que yo pueda emitir alguna palabra dice “se que buscas, lo que buscas por semanas, ven hoy a mi hogar, Block 14 Depto 12, pasado la medianoche, te espero” y colgó. Quedé con la piel de gallina, volví a llamar, pero un buzón de voz con un mensaje de “este número no existe” fue lo único que escuché. Me fui a recostar, cansado pensé en lo que había pasado, nada tenía sentido, cómo sabía por qué lo llamé, por qué su número ahora no existe, y por qué estoy decidido a ir, no aguante más el cansancio de la jornada, me dormí. Soñé con un gato que me visitaba, rasguñaba mi ventana para entrar, la sangre corría por su pecho blanco mientras sus ojos se salían de sus cuencas, su maullido aumentaba junto a su tamaño, parecía que no podía escapar, me iba a engullir dentro de su hocico, pero desperté, salvado por la alarma, ya eran las diez de la noche, me cambié de ropa y me dirigí a la dirección.

Me bajé de la micro en José Arrieta con Bramante, a las afueras de un colegio de color azul. Por la vereda de enfrente se veía un pasillo hecho de arbusto que llevaba a unos Block, caminé por ahí buscando la enumeración, doce, trece, hasta que di con el 14, otro pasillo largo me esperaba con ramas secas por un lado y verde natural por el otro, eran dos patios en paralelo. Llegué a una puerta negra cerrada y no me quedó más que gritar “Alo, Dante”, mi voz recorrió los cuatro pisos hasta volver a mi boca, repetí una o dos veces más hasta que del jardín seco salió un tipo de metro noventa, con bastón diciendo “ya voy ya voy, me había quedado dormido esperando”. Era él, Dante, me hizo pasar a través del patio a su casa por una puerta que daba a su living, me ofreció café, le dije que no gracias, que solo venía un minuto y me iba. Caminó por un pasillo y dobló a la derecha hacia la cocina, había dos puertas más, cerradas y con un cartel puesto que decía,” No entrar”, le pregunté si vivía solo, me ignoró. Ya volviendo de la cocina con el café me mostró un estante lleno de libros donde resaltaba uno más que los demás, por fin lo había encontrado, me levanté a sacarlo cuando sentí un frío en mi cuello, eran sus labios recorriendo mi nuca, traté de darme vuelta pero me tenía contra el mueble, me decía que no me resistiera, que los demás no opusieron resistencia y fue mejor para todos, no sentía el cuerpo, mis manos temblaban, me sentía sin fuerzas, algo duro golpeaba mi trasero mientras sus manos rasgaban mi ropa, caí al suelo y unos ojos entre las sombras me miraron, era un felino, lo tomé y golpié con él a Dante hasta no poder más, la sangre y los gritos retumbaban por todo el edificio, no me detuve hasta que lo vi quieto en el suelo, me senté, vi al gato en mis manos, sus ojos habían explotado, era el de mi sueño, estaba ahí frente a mi, lo solté para hacerme bolita, cuando Dante se levanta y me dice, bienvenido.

Luego de buscar varios lugares, di con un sitio web, ahí se decía que los libros eran más baratos, decidí cotizar, vi los comentarios, tres habían, @tulachi “de pana” … @vaness69 “sin palabras” y @deividñau “buen servicio”, opté por llamar “962563849”.

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