La ciudad de los muros
La misma niña
Era la mejor época para estar viva pero la peor época para ser un milenial, la realidad que por sí solo era extraña e internet la volvía traumática con peligros y placeres por doquier para algunas personas, la vida era algo normal, algo no increíble llegando a la estupidez, hasta convertirla en una horrible cotidianidad, pero yo decidí ser una observadora de lo lindo y lo feo de esto que llamamos vida. Siempre tuve mis pensamientos claros y trataba de ser lo más sincera posible conmigo misma y decía para mis adentros no me gusta vivir porque ni durmiendo puedo descansar, malditas pesadillas que atormentan mis sueños y vivo confundida, siempre lo estoy, nunca se en que mundo anda mi conciencia desde siempre he sufrido dolores que dañan mi cabeza y devastan mi cuerpo y donde estoy no ayudan mucho en este desgraciado lugar todos están locos sus vidas son una tristeza, su mejor ánimo es alegrarse o inventar males para otros, festejan sus fiestas y se vanagloria de sus victorias efímeras, esta enfermedad cambio mi cuerpo al punto que tenía aspecto de un cadáver con el tiempo me acostumbre a mi rostro a lo que nunca me había acostumbrado era al desprecio de los otros, todas las niñas del convento me odiaban decían que yo tenía algún tipo de maldición y por esos espantos me atormentaban, todos se negaron a dormir en mi cuarto yo no los culpo yo vi las grabaciones, vi como mis llantos se mezclaban en mis risas, lloraba con gran
escándalo y luego reía a carcajadas mis primeros recuerdos son dolorosos, en mi infancia no hubo felicidad pasaba mis días llorando pero ya lo lloro deje esa estupidez atrás solo ganaba lastima y eso para mí era repugnante con el tiempo me acostumbre a estar sola incluso me gustaba sentía lastima por aquellos que hicieron de un paraíso la compañía de cualquiera para no estar solos, me gusta mucho coger y masturbarme, siempre me masturbo lo hago seguido era difícil coger con alguien que tiene la cara de muerto, blanca como un papel hasta qué lo conocí a él, él era muy alto y tenía el cabello un poco rubio, todas querían con él, yo me masturbaba en su nombre imaginaba mi cuerpo encima del suyo . Su nombre era LEONARDO también era huérfano, era extraño que un chico como el siga en un lugar cono este y, este lugar era como los otros los más atractivos eran los primeros en largarse pero él siguió asistiendo domingo tras domingo a la iglesia, esa mañana hablamos él era el peor casanova del mundo pero con sus estupideces me hizo reír, él era diferente no tenía miedo de mi aspecto todo lo contrario me hizo ver de una forma que nunca antes me había visto, era como si fuera la primera vez que utilizara mis ojos vi el mundo como realmente, es una bonita tragedia y desde entonces el me cuidad y yo lo cuido, después de tanto follar paso lo esperado, una nueva vida crece en mi por esta razón nos expulsaron del convento, ese no era lugar para rameras dijeron, a los dos días no largamos del lugar, la nueva casa era pequeña pero esta tierras eran hermosas y siempre daban una buena vista, LEONARDO le gustaba mucho la filosofía y la ciencia al principio vagábamos por todos los lugares posibles pero a medida de que él bebé aumentaba su tamaño buscamos esta casa, tenía forma de cabaña y estaba muy cerca de una pequeña ciudad los atardeceres eran tan increíbles y tan diferentes hermosos de alguna manera, los caminos parecían brillar como el oro teníamos pocos vecinos, estas tierras planas cubierta por pocos árboles y dominada por la hierba creciente yo era feliz como nadie, al principio no había comida y eso no importaba siempre había manera de conseguir la poderosa madre tierra, era buena con nosotros. Habían pasada tres meses y los dolores empeoraron de todas las maneras posibles a medida que el bebé aumentaba su tamaño los tormentos se multiplicaban al punto de desmayos pero a pesar de todos los problemas habían momentos de alegría, teníamos mucha curiosidad por conocer si sería niño o niña a mí me bastaba que gozara de buena salud pero poco fueron las alegrías el día de la cita médica fue el peor día de mi vida, las palabras del médico fueron directas y sin rodeos.
-Tu cuerpo no resistirá un embarazo aún no sabemos las causas de tu enfermedad, no logramos identificar qué es lo que debilita tu sistema inmunológico, tus costillas se desprenderían al momento del parto lo mejor es que abortes lo antes posible.
Que podía decir, que podía sentir cuando ya no hay esperanza, cuando la fe te parece una estupidez, salí de ese lugar y decía para mis adentros; yo nunca quise venir a este mundo desde que tengo razón de ser solo conozco el desprecio y el sufrimiento, la idea de dar la vida por mi hijo no me parece mal que mejor sacrificio pueda hacer una madre que dar la vida por su hijo pero esa tampoco era una opción, ese pobre ser estaba condenado a morir tal vez su existencia era peligrosa para la humanidad, pensaba en LEONARDO y me partía el alma, esto no era justo nuestro hijo representaba aquella familia que nunca hemos tenido y me aferre a la única verdad teníamos que ser fuertes, porque con lamentos no habíamos logrado nada, el día del aborto llego y noches anteriores habíamos tomado una borrachera, LEONARDO con lágrimas en los ojos me contaba todo lo que le enseñaría a nuestro hijo yo lo consolaba mientras me fumaba un porro, una enfermera menciono mi nombre y supe que era mi turno de entrar en aquella habitación cuando la anestesia iba haciendo efecto tuve una visión una horrible visión, vi como mis pesadillas invadían mi poca realidad tuve la misma sensación, era el mismo miedo pero aún no estaba dormida como era posible ver todos esos errores, de repente me sentí de pie mire mis manos y estaban llenas de sangre de entre mis piernas salpicaban chorros de ese líquido rojizo, vi atónita como un pedazo de feto tocaba mi pie intente gritar pero no hubo sonido, mire hacia abajo entonces estaba sobre un altar como un montón de cadáveres componen donde yo estoy de pie y perdí el conocimiento al despertar sentí un dolor pulsante en la cabeza, recordaba que siempre estaba enferma y los médicos nunca sabían decirme cual era la razón de mi enfermedad y no los culpo todo en mí es un misterio, yo no tuve la suerte de ser abandonada en la puerta para hacer encontrada por alguien no, yo estaba flotando en el centro del mar , barcos pesqueros me recogieron y me entregaron a ese estúpido convento lleno de hipócritas, -está hecho -dijo LEONARDO. Aparte la mirada como queriendo olvidarme del mundo sin hacer nada en absoluto, el cantar de un pajarito me hizo ver hacia la ventana mire como había un lindo día allá afuera y una triste sonrisa mostro mi rostro, al salir de ese horrible lugar estaba más cansada de lo normal mis pasos eran lentos y torpes pero al fin llegamos a casa, mis pensamientos eran los mismos días tras días pensaba mucho en la muerte y la tranquilidad que había en ella porque quería un poco de tranquilidad, tenía muchas imágenes metidas en mi mente, escuchaba horribles voces, sonidos que demostraban violencia, tuve un ataque de pánico de tanto recordar todo eso, gritaba mientras trataba de limpiarme la sangre que salía de mis heridas no sabía cómo detener el sangrado, no pude hacer nada por mí porque nunca en mis 21 años de vida había hecho nada. Siento lastima por LEONARDO en que carga tan fastidiosa me estaba convirtiendo, cuando llegó me observo aterrado al ver la sangre que desprendía de mi cuerpo el trataba de detener las hemorragias
-Lo siento mucho. -Dije yo.
-¿Por qué? -dijo LEONARDO. -Te he estado jodiendo la vida más de lo normal últimamente.
Él sonrió con pesar. –Y dijo. –Camelia, tu das el sentido a mi vida, tu eres mi mayor alegría, mujer, mi vida no es nada si no es tuya quiero hacer algo para ayudarte, se por todo lo que has pasado recuerda esto mi bonita nuca estarás sola yo siempre estaré contigo. –Te amo. ! -Dije.
Pasaban los días y todo seguía su curso o eso pensaba yo, perdí la noción del tiempo, sentía que mi habitación se reducía día tras día, por mi cabeza paseaban pensamientos que me decían (desperdicias tu vida), para callar aquella voz me decía que eso no importaba, cosas mejores me había perdido.
Tuve un deseo extraño de volver a fumar pero no tenía nada de hierba, cuando conseguía veía la televisión, me drogaba para hacer todo, era mejor para mi mente estar distraída que concentrada en el dolor, los programas me parecían estúpidos pero me gustaba su estupidez, mientras yo me hacía más estúpida.
Los deja vu se volvieron algo común, también veía alucinaciones, sentía aquellas sensaciones y pude ver y escuchar actos inhumanos, miles de barcos atacando a una ciudad amurallada, luego vi un enfrentamiento que se convirtió en masacre, unos suplicaban piedad, otros intentaban huir, pero el odio estaba desatado todo esto lo pude ver en una visión, estaba segura que tenía mi mente divida en dos, poseía recuerdos de una vida pasada que me persiguen hasta hoy, CAMELIA, CAMELIA ese era mi nombre y en mi cabeza escuchaba como cientos de voces lo vociferaban, sentía rabia por ese maldito nombre por todas aquellas alucinaciones que vivían en mi ¿porque a mí?, buscaba una explicación, pregunte a expertos en medicina y no pudieron explicar la causa de mis males, el insomnio se convirtió en algo llamado “insomnio familiar fatal”, esta enfermedad quita el sueño que mueres en vela pero yo seguía viva después del aborto, estaba cansada más de lo normal pero viva al fin y al cabo, solo el medicamento hacia llevadero el tedio de vivir así. Cuando la ciencia médica falló, acudí a toda clase de promesas pero eran mentiras tras mentiras, las consultas no eran baratas, me estaban robando de la peor manera pero que podía hacer, si esto sigue así no aguantare.
Una mañana las pastillas se habían acabado, LEONARDO me acompaño a buscar el nuevo medicamento, caminaba con cuidado, mire a LEONARDO y había olvidado lo hermoso que era, por un segundo ignore los grandes problemas, solo estábamos él y yo y eso era suficiente.
Algo llamo mi atención, dos personas con vestimenta muy extraña, ellos caminaban en dirección opuesta hacia nosotros, mire sus rostros era un hombre y una mujer, la señora era un poco mayor pero su cuerpo reflejaba mucha firmeza, el hombre era un poco delgado pero le sobresalía una barriga, nos analizaron de pie a cabeza, el hombre sostenía una especie de bastón caminamos y pasamos por su lado, sus miradas seguían fijas en nosotros.
-Qué raro fue eso. –Dijo LEONARDO.
-Yo sonreí.
Pronto llegamos a nuestro destino, no había muchas personas en aquel lugar. Todos miraban la televisión, pasaban las noticias y siempre era lo mismo, asesinatos, robos, corrupción. Luego mostraron a un sujeto que liberaba un gran movimiento de talla mundial, todos los gobiernos del mundo se habían unido para detenerlos, ese individuo fue declarado enemigo de la humanidad, LEONARDO señaló la televisión al ver el rostro conocido.
-Y dijo. -Es el chico de los podcats.
Mire la tele pero no estaba de humor de las cosas feas que pasaban en el mundo, todo va de mal en peor para cada ser. Aquel solo señalaba quienes habían llevado el mundo a esa situación, por eso lo consideran enemigos de los estados pero que gran idiotez es este sistema, el statu quo solo mantiene la seguridad para la clase dominante.
Pero yo no soy parte de esa historia, no tengo protagonismo alguno, clave la mirada en el piso, LEONARDO busco los medicamentos, tardó unos minutos, traía una pequeña bolsa y salimos sin más. Había que llegar lo antes posible a casa, en estos tiempos en cualquier parte te espera lo peor, había muchas personas en las calles, iban de un lado para el otro, comenzamos a movernos e hicimos parte de la multitud, caminar era molesto, en realidad todo me molestaba, sentía que el mundo daba vueltas, me sentí débil y busque algo para descansar pero no había nada en las calles, detuve mi paso, LEONARDO se detuvo también.
-¿Pasa algo? -me pregunto.
Bajé la mirada y tome asiento en el suelo, LEONARDO se postro al frente de mí, toco mi frente con su dedo, las personas nos miraban y los coches sonaban sus silbatos, LEONARDO sonrió y tomo asiento a mi lado. Yo miraba el frio suelo, sentía dolor en mis brazos y con mis manos los apretaba.
-¿Estas bien? -preguntó LEONARDO.
Si, solo dame un minuto, sentía miedo como si algo feroz viniera hacernos daño.
-Nos encontraron. –Dije en voz alta.
LEONARDO me miro extrañado. – ¿De qué hablas? -preguntó.
-Oigan, ¿están bien? -preguntaban varias personas a nuestro alrededor.
-Sí, sí, está bien. –Dijo LEONARDO un poco molesto.
Mi pecho me ardían y empecé a toser -Oye, enserio ¿estás bien? -pregunto LEONARDO.
De nuevo empecé a toser, las personas se escandalizaron al ver la sangre en mis manos, CAMELIA por dios, LEONARDO me sujeto entre sus brazos. –No la muevas. – Dijo una voz entre el gentío. Era una anciana de cabello negro, tenía una trenza de cabello en cada hombro. –No te preocupes muchacho, ella estará bien. –Dijo la anciana.
La anciana colocó una mano entre mi vientre, otro anciano se acercó al oído de la mujer mayor, y susurro algo. –LEONARDO escúchame. –Dijo la anciana. –Sigan su camino amigos míos, no hay nada que ver aquí. –Dijo el otro anciano. LEONARDO no presto atención, solo miraba a CAMELIA, el hombre se acercó nuevamente a la mujer mayor, LEONARDO alzó la vista y no vio a nadie, eso lo asombró por un instante, devolvió la mirada a CAMELIA y estaba recuperando su color natural, LEONARDO mírame, ¿me recuerdas? Escucha con atención mis palabras, si CAMELIA sigue aquí morirá, la maldición ha avanzado tanto, ustedes deben venir con nosotros.
-¿Ir a dónde? Y, ¿Por qué sabe nuestros nombres? –Pregunto LEONARDO.
Vamos muchacho, no hay tiempo para esto. El anciano golpeo a LEONARDO dejándolo inconsciente. –Ha cambiado un poco. –Dijo la anciana. Pero si es ella, es la misma niña.
Una ciudad llamada Uruk
Me desperté, me rodeaba una oscuridad terrible, mire a mi alrededor y el lugar era una celda muy antigua, me puse en pie para observar bien aquel lugar, algo goteaba a lo lejos, solo había una pequeña luz que provenía del pasillo, me preguntaba dónde estaba LEONARDO, no recordaba nada solo tenía breves recuerdos de voces que hablaban sobre algo, empecé a gritar esperando que alguien viniera a callar mis gritos pero nadie vino, me senté en la oscuridad con ganas de llorar, rogando por respuestas que no llegaron esa noche, dormí.
Cuando desperté había muchos ojos sobre mí, yo los miraba extrañada, nunca antes había visto ese tipo de ropa, me acerque a los barrotes y pregunte por LEONARDO, pero nadie respondió, solo seguían mirando como buscando algo, pregunte de nuevo por LEONARDO, se escuchó una gran voz, las personas que miraron se alejaron de prisa, pasos acelerados se escucharon, sé podía notar que eran muchas personas, retrocedí un poco y los rostros se fueron mostrando, habían cinco en total, dos jóvenes como de mi edad y tres hombres con espadas en manos, uno de ellos habló. -¿Cómo te llamas? -CAMELIA. –Respondí. –Nuestro Rey espera por ti, deberás hablar con sinceridad, o ese chico tus errores. – ¿Hablas de LEONARDO? -respondí yo.
Uno de los más jóvenes abrió la celda y encadenaron mis manos y mis pies, tenía tantas preguntas y no sabía qué hacer, no puse resistencia y seguí a los hombres que vinieron por mí. Salimos de aquellos calabozos, la noche se notaba tensa y había un carruaje esperándonos, mire hacia atrás y mire una enorme construcción, sube me ordenaron, cuando estaba adentro los caballos salieron a todo galope dejando atrás el rastro de ruedas, intentaba mirar y supe que ya no estábamos en la PEÑA, las calles eran antiguas, llenas de lodo y excremento de caballos. Había grandes edificaciones pero estaban en muy malo estado como devastado por una tormenta que lo destrozo todo a su paso, también pude ver al mar por escasos segundo, los caballos se detuvieron, uno de los guardias entro al carruaje, me tomo por el brazo y a fuerzas me obligo a salir, íbamos por un camino de piedra que subía una enorme colina, cuanto más alto subíamos, más se podía observar la ciudad, era gigantesca, habia grandes iglesias, casas que parecían palacios, grandes edificaciones pero solo pocas estaban en mal estado, la miseria parecía estar apoderada de esta gran ciudad, los enormes muros que la protegían ahora solo protegen enormes escombros, la voz del guardia llamo mi atención, quede sin habla al ver una enorme edificación en forma de castillo, a pesar del descuido reflejaba belleza y en comparación con los demas este estaba mejor cuidado, habia muchos guardias con caras de pocos amigos, todos ellos tenían espadas y armas de fuegos que a simple vista eran difíciles de recargar.
El castillo era el lugar más alto e imponente de la ciudad, desde allí se podía ver todo, el mar, un gran pantano, los límites de la ciudad y los enormes muros. –Entra niña, tu juicio ya empezó. –Dijo el hombre que estaba delante de mí.
Empujo mi cuerpo adentro del castillo, di unos cuantos pasos, todo estaba oscuro, solo se podía ver un trono oscuro y un hombre gordo sentado en el, en medio de la oscuridad se podía notar rostros que murmuraban entre si, la voz reclamante de una mujer callo los murmullos y dijo.
-Que ha pasado con nosotros, tenemos una venda que no nos deja ver lo que hemos creado, los niños mueren de hambre, las mujeres no encuentran oficio que la prostitución, los hombres son incapaces de dar protección, hemos fallado con estado y reino pero esto parece no importar, menos preciamos lo valioso y nos apegamos a un sueño que perdió toda esperanza de hacerse realidad.
El gentío reprocharon las palabras de aquella mujer, la abuchearon, el gordo Rey dio una pequeña carcajada, entre la multitud salieron antorchas, que empezaron a iluminar el lugar, la oscuridad se fue quedando opacada y los rostros visibles, eran hombres, ancianos en su mayoría, había pocas mujeres, el guardia seguía caminando, yo lo seguía a pocos pasos, luego alguien más hablo. –Mi Rey han traído a otra joven, pero no vale la pena, no tiene ninguna virtud, sus pechos son pequeños y su cabello alborotado, no tiene buen color, es mejor darle muerto que ensuciar nuestro oro con su sangre indigna.
-Tráiganme ante mí, quiero ver si sirve para otras cosas.
-Respondió el Rey.
El guardia empujo mis cadenas la tiro con fuerza, quede delante del Rey, este era sumamente gordo, sus ojos analizaron mi cuerpo, yo sentí asco pr aquel ser, con su mano toco mi cara y luego se burló de mi aspecto. – ¿Que paso contigo mujer? -dijo el Rey. Yo lo miraba con odio. -Y respondí. –Me paso lo mismo que a tu madre. La cara del imbécil marrano fue de asombro, con una torpe patada golpeo mi cara rompiendo mi boca y nariz. -Casi te caes maldito gordo, golpea bien, no resbale con mi sangre. –Respondí yo.
Este cerdo solo tomo su copa de vino y se tiró en su trono, el silencio se apodero de la enorme sala, tenía mis ojos puestos en aquel hombre con la corona en la cabeza y el me devolvía la mirada.
–Traigan los diamantes.
–Dijo el gordo Rey.
-Pero señor, no vale la pena.
–Dijo uno de los sirvientes.
El Rey miro severamente aquel que cuestiono su orden. El sirviente fue en busca de los diamantes, los trajo en un plato poco profundo, estos brillaban a pesar de la oscuridad que reinaba en el lugar. Dos sujetos tomaron mis brazos, uno de ellos tomo la palma de mi mano, y en un movimiento rápido corto la carne, el sangrado fue de inmediato, colocaron los diamantes bajo mi mano herida para que la sangre los bañara, todos estaban mirando esperando algún resultado pero no pasaba nada, la sangre seguía cayendo sobre aquellos diamantes, mis ojos seguían mirando al gordo Rey, este tenía sus ojos clavados en los diamantes, mire hacia arriba, habían muchos cuadros de pintura que decoraban el castillo, la oscuridad era tanta que no se podía distinguir lo que estaba plasmado en ello.
-Bendita majestuosidad de Dios, es ella.
-Dijo aquel que había traído los diamantes.
Devolví la mirada al plato con los diamantes, ya estos no eran igual a los de antes, eran más grandes y su brillo era mayor, el gordo Rey al ver aquello, me levanto, me abrazo y dijo en mi oído. – ¿Niña, sabes lo que tu significas para nosotros?, luego miro a los que tenía a su lado y pregunto a sus inferiores. -La tenemos, ¿qué más sigue?
-Debemos esperar. –Dijo uno de los ancianos.
-Esperar ¿qué? –dijo el Rey molesto.
-Necesitamos que ella recupere fuerzas, mirad su aspecto, toda su sangre es necesaria.
-Replico el mismo anciano.
El gordo Rey miro a CAMELIA y dijo: – ¿Por qué Dios te odia?, tu historia no es nada bonita, confundes el placer con felicidad, tu mente está harta de tu cuerpo.
– ¿Tu que sabes de mí?, -respondió CAMELIA.
-llévensela, devuélvanla a su celda, tu vida volverá a tener sentido, serás leal a nuestra causa.
-Gritó el Rey antes de perderla de vista.
Me devolvieron a la celda, escuchaba aquella gotera, había menos oscuridad que antes, LEONARDO no estaba, intente arrancar los barrotes con toda mi fuerza, fue inútil.
-Shh shh calla, no te pongas la soga al cuello. -Dijo un guardia.
-Escucha bien niña, presta mucha atención a mis palabras, si eres quien dice ser entonces eres valiosa, miles han muerto en tu nombre y aun no acaba pero si tu estas aquí, esta guerra estúpida, acabará pronto. También recuperaremos nuestro cofre, niña, trata de dormir que esta noche la resistencia vendrá por ti, pase lo que pase debes llegar al gran pantano, supongo que lo viste antes de llegar al castillo.
-Sí, ¿pero dónde está LEONARDO?
-Preguntó CAMELIA algo confundida.
-El chico vivirá, pero tú eres la prioridad. Escucha niña, escucha, no tengas miedo, pase lo que pase debes confiar, ya viste la clase de personas que nos rodean, no tendrán piedad con el mundo si obtienen lo que quieren, se han vuelto ignorante en su mayoría, segados por la rabia y el odio, pero a pesar de todo son nuestros hermanos, cuando la resistencia llegue, debes salir de aquí. Nosotros vigilaremos, no debe haber peligro alguno, tu vida es lo más valioso y parece que te está abandonando.
-No la he tenido fácil querido.
-Dijo CAMELIA.
-Ahora duerme, pronto vendremos por ti.
-Dijo el guardia.
Sin decir más palabras, el guardia se marchó del lugar, dejando a mí alcance una daga y un poco de agua. CAMELIA se apresuró a tomar aquellas cosas, bebió de inmediato, enorme placer había en tomar agua cuando se está sediento, tomo la daga y la escondió bajo su ropa, retrocedió hacia la oscuridad de la celda, ahí espero hasta quedarse dormida.
Se escuchó un gran escándalo e hizo despertar a CAMELIA, apretó la daga, se escucharon gritos y golpes de espadas, hombres corrieron frente la celda, se podían ver que sostenían hachas de doble filo, los gritos ahora eran distintos, habían matado a alguien, vamos vamos, dijo un hombre mientras trataba de abrir la celda, luego dos más llegaron, reconocí a uno de ellos, era aquel primer soldado, entraron y no sabía qué hacer, debes confiar CAMELIA, es ahora o nunca, me extendió la mano y dijo:
-Aquel chico te espera.
– ¿Hablas de LEONARDO?
-Pregunto CAMELIA.
-Sí, el chico está mal pero sigue con vida, fue complicado liberarlo, pero está hecho, ahora debemos largarnos de aquí o si no todos moriremos y esto abra sido en vano.
Tomé la mano de aquel hombre y salimos a toda marcha. Era un pasadizo oscuro con pocas antorchas.
-Están muy cerca, adelántate tú, debes correr, pase lo que pase debes seguir adelante, llega al final de este camino, veras la ciudad, donde estamos es la parte más alta del reino, todo es visible desde aquí arriba, busca el pantano, será fácil encontrarlo es gigantesco, tan grande como las murallas, corre a la ciudad, busca las partes iluminadas, nunca te dirijas a la oscuridad porque encontraras la muerte.
–Dijo uno de los soldados.
Los soldados se detuvieron, desenvainaron sus espadas, CAMELIA detuvo su paso, los miró extrañada.
-Sigue niña, corre, lárgate de aquí.
-¡Maldita sea!
–Dijo CAMELIA para sus adentros.
-Debes irte ahora mismo.
–Repitió aquel soldado.
¡Escapó!, la princesa escapó, se escuchó a lo lejos, hubo un breve silencio y marché a toda velocidad, el camino era oscuro y con pocas antorchas, sujetaba la daga con todas mis fuerzas, sentía pasos que me seguían muy cerca. Tenía miedo de tropezar y clavarme la daga en el estómago, que forma más patética de morir, por fin pude ver la noche a lo lejos, di un vistazo atrás para ver quien me seguía, solo había sido mi mente joder, que feo es sentir miedo, frene mi paso, el camino no parecía seguir siendo recto, pude salir de aquél túnel.
El viento secaba el sudor de mi frente, mire el cielo, era una hermosa y extraña noche, solo una estrella iluminaba el firmamento, estaba al oeste, baje mi cabeza para observar la ciudad, joder era algo inefable, tan grande que no se podían ver los limites pero era extraño, la ciudad parecía muerta y solo su corazón palpitaba una escaza luz que provenía de aquella gran ciudad, lo de más estaba en completa oscuridad pero era una oscuridad diferente, sombría y olía a muerte, habían dos caminos principales que llegaban a la parte de la ciudad iluminada, tomar algunos de esos dos caminos era peligroso. Ellos tenían caballos y eran muchos, debo seguir adelante, dije para mis adentros.
Los dos caminos estaban fuertemente iluminados más de lo normal, lastimaba los ojos de tanta luz, porque le temían tanto a la oscuridad, por lo visto no querían sombras aquí, corría con todas mis fuerzas, el camino tenia forma de serpiente, las grandes antorchas estaban de lado a lado clavadas en la tierra, el calor era abrazador. De repente se escuchó el relinchar de caballos, venían a toda prisa, como un ejército invadían todo el espacio del camino, estaba aterrada, lo pensé dos veces antes de sumergirme en la oscuridad para esconderme de aquellos hombres pero no fue una buena idea, la sensación fue horrorosa, sentía una curiosidad tremenda de mirar a mis espaldas, luche para concentrarme en aquellos hombres que cabalgaban a gran velocidad. Los gritos de alguien llamaron mi atención, se escuchó otro grito, pero este venía detrás de mí, maldita sea, que está pasando en esta maldita tierra, los gritos no se detuvieron, por fin pude ver de dónde venían, aquellos hombres traían arrastras a otros, los miraba fijamente pero tanta luz bloqueaba mi visión, aquel hombre que gritaba fue pisoteado por el resto de caballos que andaban, tenía curiosidad por voltear a ver que había tras de mí, pero el miedo fue más grande, espere que aquellos hombres estuvieran lejos para retomar el camino, no espere mucho quería salir de esa oscuridad, la luz quitaba el frio de mi cuerpo, vi que aquellos hombres estaban lejos, yo corrí con precaución, sujetaba la daga, pases lo que pase moriré dando lucha, no volveré a esconderme en aquella oscuridad, noté grandes casas como palacios pero con un tono siniestro, con mi cuerpo repleto de sudor avanzaba, vi a distancia un cuerpo en medio del camino, no quería mirar pero mis ojos estaban puestos en el, pase muy cerca, su rostro estaba deforme, con golpes por todos lados, vamos vamos, me dije para mis adentros, por fin la ciudad estaba cerca pero en la entrada estaban aquellos hombres, no todos, pero ahí estaban, joder ahora que. Camine lentamente, aquellos hombres bromeaban, podía oír sus carcajadas, las antorchas eran mi única herramienta, tenía que hacer que alguna callera sobre ellos, eran pesadas, tuve suerte, una de ellas estaba al borde de un barranco, con la daga rompí el suelo que estaba a su alrededor pero estaba muy profunda, de tanto golpear el suelo la daga resbaló, quedando clavada en aquella antorcha, al retirarla algo salió de ella, seguí golpeando la antorcha, con cada golpe quitaba un pedazo, hasta que por fin estaba a un tirón de caer, me puse de pie y con toda mis fuerzas tiré, poco a poco empezó a moverse, grujidos salían de la antorcha, seguí empujando hasta que por fin se desprendió de su tronco, como una gran bola de fuego gigantesca, provenía del cielo, aquellos hombres callaron sus risas y contemplaron la caída del gran objeto, este no calló directamente en la tierra, se llevó por delante a otra, iniciando un gran incendio en las partes oscuras, el incendio se propago con rapidez, iluminado por las llamas del fuego creciente, aquellos hombres a caballo retrocedieron y miraron el incendio sorprendidos, algunas personas que estaban cerca se maravillaban al ver como el incendio invadía y quemaba aquellas construcciones tenebrosas repletas de oscuridad, todos estaban distraídos y entré a la ciudad, cada vez más personas contemplaban el incendio que había tras de mí, necesitaba descansar, estaba muy agotada pero tenía miedo de todos, no conocía a nadie, pareciera que estuviera en otro planeta.
-El cofre pronto se revelará, la niña camina entre nosotros.
-Exclamó uno de los locales preocupado.
-Debemos avisar a la resistencia.
Aquel hombre corrió y yo lo seguí con la mirada, quede estupefacta al ver el gran pantano, estaba lejos pero se notaba monstruoso, ¿porque ese hombre correría hacia allá?, había olvidado todo, mi mente estaba en blanco y solo pensaba en LEONARDO, no tenía idea donde podría estar, mucho menos sabía dónde estaba yo, los hombres que estaban en el castillo parecen los malos, aquel hombre me habló de una hermandad pero que debo hacer no debo confiar en nadie o tal vez debería confiar en aquel soldado que me libero y me indico que fuera al pantano pero sentía miedo solo al verlo, los hombres del castillo querían mi sangre, ese estúpido Rey gordo no verá nada de mí, mejor iré al pantano a buscar algo de suerte.
Las calles estaban iluminadas por lámparas antiguas, la algarabía estaba desbordada, mujeres con poca ropa lucían su sexualidad en burdeles, también habían iglesias, caballos y personas trabajando, el lugar no era feo, todo lo contrario, encantador con un toque mágico en el ambiente. Sus casas estaban adornadas con flores púrpuras en sus balcones, también habían banderas blancas, todo un espectáculo que maravillaban la vista, tenía que caminar con cuidado, el gentío estaban por todas partes, su vestimenta era diferente, podía ver armas que todos llevaban, pistolas muy antiguas, eran la que más abundaban.
Caminaba hacia al pantano, la entrada parecía el mismísimo infierno, las ramas de los arboles llegaban por muy encima de las murallas, me movía con mucha cautela, dejando atrás magnificas construcciones, ¿qué había pasado en esta ciudad? y que tenía que ver yo con todo esto. Cuando me escondí en aquella oscuridad, el frio era familiar, me hizo recordar una vida pasada pero no podía ser, ya nada tenía sentido, las ganas de entrar al pantano se habían esfumado, era el mismísimo infierno, el hedor que desprendía era asqueroso, habían personas atravesadas con lanzas en señal de advertencia, estaba a punto de regresar cuando aquellos hombres llegaron a caballo a mis espaldas, me vieron, uno de ellos me señalo con su espada, tomé el camino que me llevaría a las profundidades del pantano, corrí allá sin esperanza, sus caballos eran rápidos, mis ojos estaban cerrados esperando lo peor, escuche un gran estruendo a mis espaldas, luego un relinchar, estaba muy dentro del pantano pero seguía viva, mire a mis captores, dos de ellos estaban en el suelo y los otros luchaban para controlar a sus bestias, al parecer tenían miedo de entrar, estaba empapada de lodo hasta la rodilla, pero seguí mi anda. Estaba cansada de huir, el cansancio había acabado conmigo, se desvanecía a cada paso, hasta que no pude más, caí sobre una piedra, me quedé tendida ahí a marceé de desconocidos. LEONARDO retumbaba en mi mente, escuchaba pasos que se acercaban más y más pero al instante perdía el conocimiento, sus ojos ya estaban cerrados pero las voces la llamaban con su nombre.
CAMELIA, CAMELIA, CAMELIA, fue lo que escuche segundos antes de despertar, estaba débil, muy soñolienta y me sentía enferma, aún estaba oscuro, dije para mis adentros, quise ponerme de pie, fue imposible, no tenía fuerzas. El lugar parecía una sala de recuperación, por lo visto había mejorado la situación, y cada vez que quedó inconsciente mis despertares son muy fastidiosos pero esta vez creo que tuve algo de suerte, cuanto había dormido y ¿Por qué seguía siendo de noche?, habían pasado muchas horas, el sol debió de haber salido hace mucho, pero la noche estaba igual como al principio, pocas antorchas iluminaban este lugar.
Vi entrar a una mujer, traía una lámpara antigua en su brazo, era una señora pero no tan vieja, su piel era morena, muy alta de contextura gruesa, eran lindos sus ojos, a pesar de la tristeza que se reflejaba en ellos.
-Mi niña.
-Dijo alegremente la señora.
-Pensé que no te volvería ver.
-¿De qué hablas? – respondió CAMELIA extrañada.
– Me conoces, pregunto sin más.
-Mi niña, más que conocerte, te entiendo, sabemos por todo lo que has pasado, pero aún no termina, tienes muchas preguntas y cada una de ellas tiene sus respuestas, si quieres volver a tu hogar con ese chico, debes enfrentarte a la última tormenta. Cuando tengas fuerzas suficientes y decidas salir, una nación entera se pondrá a tus órdenes, nuestro enemigo se alzará como una bestia.
-Me confundes vieja, no tengo nada que ver con esto.
–Dijo CAMELIA.
-Mientras hablamos aquel imbécil que se hace llamar Rey, ataca brutalmente a su pueblo, hemos estado inmerso en una guerra civil, cada día que pasa son más los fallecidos,
Pero todo indica que muy pronto acabara esta guerra estúpida entre hermanos. Niña ese gran incendio que pudo volver cenizas las construcciones oscuras y aquella estrella solitaria que ilumina el cielo nocturno, la movilización de nuestros enemigos, solo dan los requisitos para que se cumpla lo paneado, CAMELIA te contare tu historia, mientras la mujer hablaba, se podían escuchar movilizaciones y ajetreo en la parte de afuera, cuando la sepas deberas tomar una decisión.
La mujer morena se acercó a la cama de CAMELIA, su tristeza seguía intacta. –Te daré el mejor de los regalos, – expreso la mujer morena.
Aunque el miedo tenga más argumentos, elige siempre la esperanza. Aquella frase maravilló a CAMELIA, la mujer morena continúo hablando, fue dicha por uno de nuestros grandes maestros, (SENECA) cariño escucha con atención, hace muchos años atrás, cuando no había oscuridad, cuando la economía estaba en alza y la poderosa madre nos daba sus regalos, ni siquiera había planes de construir aquella gran muralla, tu padre fue nombrado Rey, nació para ese cargo, su valentía y capacidad expandieron el poder de la gran URUK, por toda la costa costeña, su inteligencia fue su mejor arma. En poco tiempo nos convirtió en una potencia temida y respetada, nuestro reyno fue tomando influencia en asuntos importantes, tu padre el Rey además de darnos un mejor estilo de vida, nos dio algo más importante que cualquier bienestar, una razón por la cual vivir, LIAM tenía un sueño y lo convirtió en nuestra meta.
En las invasiones hechas por nuestra gente, nuestro Rey siempre estaba en la primera línea de ataque, eso nos llenaba de moral, una tras otra, tras otra, reinos e imperios cayeron ante nosotros, en menos de tres años habíamos tomado el control de todos los territorios, convertimos esta ciudad en la capital del reino pero no era suficiente para nuestro Rey, él quería más, dio la orden de invadir Islas Fuertes, fielmente seguimos sus órdenes, nuestros navíos estaban preparados, encontraríamos una pequeña resistencia pero al máximo de dos semanas la isla será nuestra, iban cincuenta naves con cien hombres cada uno, el barco del Rey iba adelante, cuando estaban en alta mar el cielo se nublo, el Rey observaba aquella tormenta eléctrica, el viento frio golpeaba su rostro, mientras que la tripulación aseguraban las velas, el Rey no apartaba la vista de aquellos rayos, uno de sus hombres llegó a su lado, toco su hombro y dijo. –Majestad, busque refugio, no es bueno recibir agua de lluvia.
El Rey no prestó atención aquellas palabras, seguía mirando atentamente la tormenta. –Son piratas, – grito el Rey.
El hombre que estaba a su lado lo miró extrañado, el Rey se movió. Y expresó con autoridad. –Tráiganme el telescopio, quiero ver de cerca a quien atacan los piratas.
El Rey apuntó hacia la tormenta, pudo ver a seis barcos con banderas piratas asediando a otro navío. Aquel barco tenía la batalla perdida, los piratas disparaban sus armas pesadas, había algo extraño en ese barco. Parecía brillar como el oro y la tormenta eléctrica golpeaba constantemente aquel navío con sus rayos y centellas parecía que algo en el barco atraía la tormenta, debemos capturar ese barco. –Dijo el Rey para sus adentros. Luego gritó.
-Capturaremos ese barco y daremos una lección aquellos piratas cobardes. Sus hombres dudaron, sabían muy bien que los piratas eran hombres de cuidado. Siempre se tenía que esperar lo peor de ellos, no eran hombres de honor, solo escorias humanas pero él era el Rey y lo seguimos. Un gran golpe se escuchó interrumpiendo la conversación de aquella mujer de piel morena.
-Pase! –Dijo aquella mujer con voz suave.
La puerta se abrió por completo, era un grupo de jovencitos armados con arcos y flechas, por sus caras no traían nada bueno, uno de ellos habló: -Están atacando, ese gran incendió alerto a todos los señores del valle. Muy pronto estaremos rodeados de ejércitos.
Las noticias conmovieron aquella mujer que se llenó de furia. -Como fuera posible que ese imbécil atacara a su pueblo en momentos como este. –Tiene miedo! –dijo CAMELIA.
Todos la miraron, lo vi en sus ojos. Es un niño llorando por dentro, suplicando piedad, como alguien como él puede ser Rey. –Solo es un títere, siempre lo ha sido -respondió aquella mujer morena -el verdadero líder se esconde entre las sombras dando órdenes sin medir la consecuencias. La mujer morena se levantó y ordenó a los presentes.
-Digan a todos que se preparen, si el cofre aparece debemos estar preparados para salir de aquí.
-Uno de los jóvenes respondió. -¿Qué pasara cuando los enemigos externos del reino traigan a sus ejércitos a la entrada de nuestra ciudad?
-La prioridad aquí, es poner el cofre a salvo –respondió aquella mujer morena.
-Vigilen la entrada del pantano.
Los jóvenes se marcharon dejándolas a solas. CAMELIA se encontraba ahora sentada en la cama, aquella mujer seguía de pie, camino hacia una venta. Al abrirla un frio viento invadió aquel lugar, -Desde aquí se puede ver ese gran monstruo que llaman castillo-expreso la mujer morena, si te fijas bien, también podrás ver la parte iluminada de la ciudad. Por cierto, mi nombre es MALENA de MAGDALENA. Yo era la hermana de tu padre el Rey.
-¿Que paso con los piratas? –Preguntó CAMELIA.
-Yo también quisiera saber que paso con el pirata. –Dijo MALENA.
Luego continúo diciendo: -Querida niña, en aquel barco decorado con oro y todo tipo de piedras preciosas. Solo había una tripulante, no había cadáveres ni moribundos, solo estaba una pequeña niña sobre una gran cuna. Tenía los ojos tan azules como el mismo mar, el Rey apenas la vio sintió un gran amor por esa dulce bebé, cuando intento cargarla un hilo de oro estaba sujeto de su pierna, eso la hizo llorar lastimando su pequeña pierna, la sangre se asomó segundos después manchando la cuna haciendo que esta brillara como el sol. Luego el Rey calló en cuenta que todas aquellas habitaciones estaban decoradas con oro, la gran cuna estaba hecha de todo ese precioso material.
La felicidad del Rey fue grande, había encontrado un tesoro pero aun no era suyo. Sus hombres aun luchaban con aquellos piratas, sus naves disparaban, dieron gran lucha a pesar de los pocos que eran, De los seis solo huyó uno, pusieron gran resistencia, no querían perder ese barco decorado con oro.
Los disparos sacudían la habitación. –Debemos sacarte de aquí pequeña princesa.-Dijo el Rey a la niña de ojos azules.
El Rey cortó el hilo, salió con la bebe entre sus brazos y ordeno a sus hombres sacar aquella gran cuna, la lluvia era intensa, los barcos se movían de un lado para otro como plumas en el aire. Los dos hombres que entraron por la cuna no pudieron con ella, uno salió a buscar ayuda, diez hombres escucharon su llamado. Todos entraron pocos minutos después, su silueta empezaba asomarse, el Rey puso a la niña a salvo y regresó aquel barco adornado con oro. Cuando llegó, apenas los hombres salían con aquella gran cuna, era muy pesada, el barco pirata que huyo miraba a la distancia aquel objeto que los hombres del Rey cargaban. El capitán pirata dio la orden de largarse, había capturado algunos hombres del Rey.
Para nuestra mala suerte, dejar ir ese barco fue la peor de todas las decisiones tomadas por nuestro Rey, el capitán pirata que escapo, era un individuo muy peligroso. Juró que volvería por ese gran objeto, se lo habían arrebatado y eso era imperdonable.
El Blanco, así lo llamaba su tripulación. Era negro como el carbón, su cuerpo estaba lleno de músculos y cuando sonreía un diente de oro brillaba, su espada era enorme, con un solo ataque para cortar a sus oponentes en dos pedazos. Su cubierta estaba repleta de heridos, los hombres capturados del Rey lo miraban con temor, estaban atados al mástil. Uno de ellos gritó cuando un pirata lo tomo por su pierna y lo arrastro hasta tirarlo al océano, mientras caía su cuerpo era tomado como tiro al blanco por los piratas el capitán pirata sonrió encantado.
-¿Saben lo que hicieron? –Pregunto a sus rehenes –que gran error hicieron, debieron seguir su camino o avernos capturados, pero nos dejasteis con vida y con nuestro barco casi intacto. -Tiren al otro. –Ordenó con indiferencia.
Los gritos comenzaron de nuevo, dos piratas lo arrastraban violentamente. –No, suéltenme. -Repetía este hombre.
Pero sus gritos y el cayeron al vacío, devorados por el océano, mientras luchaba por mantenerse a flote, una lluvia de flechas callo sobre él. –Traigan uno ante mí. –Dijo el hombre que reía encantado.
Sin resistirse, uno de los rehenes se levantó y dijo… -Si de todos modos voy a morir, porque no morir maldiciendo tu nombre.
El pirata sonrió, lo miro a los ojos y expreso. –Pondré aprueba tu fe muchacho. ¿Ves aquella lejana luz?, es una isla. Si tienes suerte llegaras hasta allá y regresaras a tu hogar, le dirás esto a tu estúpido líder. Ya no tiene futuro, sus días están por terminar. Saquearemos sus ciudades, nos fornicaremos tan fuerte a sus mujeres que morirán en el acto, sus hijos serán esclavos, los ancianos serán alimentos para animales. No quedara rastro de su pueblo.
-Hemos escuchado eso tantas veces. –Respondió el rehén en tono desafiante.
El pirata sonrió y dijo… –Procura sobrevivir, lleva el mensaje. Pronto llegaremos a sus costas.
Los piratas lo arrojaron al mar, el pobre chico estuvo largo tiempo bajos las aguas. Pero al final salió muy lejos del barco pirata, aquel hombre lo miraba desde la protección de su navío, con una sonrisa disimulada. El único rehén que había quedado lo miraba, el pirata le dijo. –Tu hoy no morirás.
El Rey volvió a la capital con una hija y un gran tesoro. Estaba dichoso y su felicidad era evidente, el oro ganado era lo que provocaría que su reino se expandiera por todos los rincones del mundo. Y luego estaba esa gran cuna, necesitaban diez hombre y a duras penas podían cargarlo, algo muy importante ocultaba, pensaba el rey. Para ese entonces la ciudad era diferente, era un poco más pequeña, sus calles y casas, hasta su gente, todo era mejor entonces. El castillo antes era una gran fortaleza, era el lugar más alto de la ciudad, en caso de un ataque ahí resistiríamos.
Siempre habían personas en los muelles, era un lugar muy transitados por los comerciantes, todos respetaban y estimaban al Rey unos más que otros, era temido y eso fortalecía al reino. Todos se acercaron a ver el gran objeto que brillaba, los hombres del Rey lo llevaban en sus hombros, todo tipo de reacciones provocaba aquel gran artefacto. Parecía algo de otro mundo disfrazado para la comprensión humana, el Rey fue el siguiente en bajar del barco, llevaba la bebe en sus brazos. El barco decorado con oro despertaba la curiosidad de los habitantes, empezaron amontonarse para mirar las riquezas del barco capturado.
Trascurrieron algunos días, el barco adornado con oro fue desarmado por completo. Todo lo de valor fue quitado cuidadosamente y colocado en barriles de gran tamaño, aun así se llenaban con facilidad, más de siete barriles repletos de oro fueron sacados de ese barco.
-¿Por qué alguien gastaría tanto en decorar a un navío de esta manera? -Se preguntó uno de los hombres encargado de extraer el valioso metal.
El resto de sus compañeros miraron los barriles, estos brillaban e iluminaban todo el lugar.
-Nunca en mi vida había visto tanto oro. –Dijo otro.
-La primera vez que salí a conocer el mundo, un viejo borracho me dijo… “más allá del gran mar, hay reinos e imperios tan grandes que sus reyes cagan oro. Con su vaga vanidad siempre quieren demostrar su poder, construyen monumentos y otras estupideces”. -No creo que haya otra respuesta más clara, lo hicieron porque pudieron.
Los hombres del Rey siguieron contemplando el oro, hasta que uno de ellos sorprendido dijo: -Su majestad querrá ver esto.
Dos de ellos salieron en busca del Rey, el resto esperó cuidando el tesoro.
-Los grandes ojos azules de la bebé tenían algo especial, era una bebé muy hermosa.
-Expresó el Rey. Mientras miraba a la niña que descansaba en sus brazos.
El viento no descansaba a esas alturas, la recamara del Rey tenía un gran balcón. Desde ahí podía ver todo su reino, camino y puso a la bebe en su cuna, luego se alejó para mirar ese gran objeto brillante. Alguien toco a la puerta, el Rey contesto de inmediato, era un de los hombres encargado de extraer todo lo de valor del navío capturado como su majestad ordenó, el Rey abrió la puerta y respondió. –Iremos ahora mismo.
Era de tarde, y el sol empezaba a ocultarse, los pajarillos volaban a sus nidos, el Rey miraba el atardecer.-Lo dudo. –Dijo el Rey. Cuando había llegado era de noche, las estrellas ya iluminaban el firmamento, el Rey analizaba el barco y vio que algo brillaba allá dentro, el resto de sus trabajadores lo esperaban.
Los primeros en verlos le rindieron cortesía y los demás siguieron su ejemplo, el Rey miro atento a los barriles que estaban en medio, tocó uno de los objetos de oro que estaban en los barriles. –Es todo lo que sacamos del barco. –Dijo uno de los súbditos.
-Lleven cinco de estos barriles a la fortaleza. El resto repártanlo entre todos mis hombres que estén en la ciudad. –Dijo el Rey.
Los presentes tomaron esta orden con gran alegría, los hombres se apresuraron a cumplir sus órdenes, desocupando el barco. El Rey quedo a solas, examino todo el navío. – ¿De dónde vienes? –Se preguntó el Rey para sus adentros. –Fortaleza, el destino quiere que triunfemos.
Los hombres encargados de repartir el oro llamaban a los hombres del Rey a los muelles, otros estaban en la plaza central y otro grupo estaban en el gran salón de la fortaleza. Las fuerzas del Rey se habían triplicado, el reino estaba en ascenso, las campañas de invasiones eran efectivas, nuestra posición geográfica era perfecta para el comercio, el mar era la puerta hacia el mundo entero y lo teníamos en frente. La flota era grande, más de quinientos barcos con doble cubierta y cincuenta cañones, los navegantes esperaban la parte de su pago, el escandalo estaba por todas partes. Los hombres que habían recibido su moneda o pedazo de oro bendecían al Rey, uno de ellos vociferó. –Por un Rey que pague así. Moriría por él, luchare siempre para su causa.
Los soldados recién pagados, iban casi saltando a los prostíbulos de la ciudad. Un fuerte olor dañino para el cuerpo detuvo el proceso de pago. -¿De dónde viene ese olor? –Preguntaban los hombres mientras cubrían sus narices.
El aroma era insoportable y hacía sentir miedo, los navegantes empezaron alborotarse buscando escapar de ese olor. Un soldado en la parte del muelle señaló hacia altamar, había un barco que navegaba a gran velocidad, venía a chocar con tierra firme. -¿Por qué no han anclado sus anclas? –Preguntó uno de los presentes.
La velocidad en la que se movía el barco era imposible de alcanzar incluso con el viento a favor. Los hombres empezaron a advertir y a gritar ¡Aléjense del muelle!, busquen la parte alta. Habían muchas personas respirando el aroma toxico para no perder su lugar en la fila.
¡Miren hacia el mar! Mirad ese barco, algunos voltearon a ver.
De allá viene el olor, uno de los hombres se dio vuelta al gran océano y vio al enorme barco. –Vamos amigos debemos salir de aquí. –Habló uno de los hombres preocupado. Uno a uno empezó a mirar el navío, hasta que tuvo toda la atención. Algunos empezaron a correr luego todos corrieron, iban a la parte alta, luego todos observaban el barco que parecía haber aumentado su velocidad. – ¿Cómo es posible? -Se preguntaban algunos. Nunca antes había vistos tal velocidad, el choque hizo cerrar los ojos a todos, fue un gran estrepito, ya no se distinguía aquel aroma. Algunos empezaron abrir los ojos pero no veían nada, había una nube de polvo, los hombres más valientes saltaron a ver el barco más de cerca. La parte del frente estaba destrozada.
-Esto no parece madera. –Dijo uno de los hombres que sostenía un pedazo del navío en sus manos. Lo soltó de inmediato, ahora había más personas en el muelle, el ruido del choque se había extendido por muchas calles, las personas comentaban uno con los otros, en medio de aquellas charlas se empezó a escuchar un pequeño llanto, que segundo a segundo tomaba fuerza. Los pobladores quedaron en silencio ante aquel llanto.
-Un bebe llora. –Dijo una señora anciana entre la multitud que observaba.
Los espías del Rey fueron de inmediato a decirle lo que había pasado en los muelles. El Rey pasaba su mayor parte del tiempo con la bebé que había encontrado, la tenía en alta estima, un sirviente informo lo que estaba pasando. –El Rey contesto sin cuidado. – ¿Ese barco trajo algo de valor? – ¡No mi señor! –Está hecho de una madera extraña, nunca antes vista. –No me interesa. –Respondió el Rey. Ahora vete, mi hija trata de dormir.
En los muelles, varios hombres exploraban el navío en ruinas. No había nada de valor solo un pequeño niño que estaba amarrado con un cabello a un cofre hecho de huesos, no era gigantesco como el otro, era pequeño. La gente empezó a tener miedo, cosas extrañas estaban sucediendo en el reino, los marinos estaban enfurecidos esperando que se reanudara el pago, el orden iba ganando lugar en las mesas, estaba de nuevo el proceso de pago, se reanudo. Pronto todos parecían olvidar lo que había pasado en las filas.
-La guerra llegara a la ciudad, dicen las malas lenguas.
-Comentaban las mujeres.
-Si. ¿Pero quienes? Nuestro reino domina todas las costas costeñas y no hay enemigo que nos haga frente. Dicen que vendrán del mar.
La noche detuvo el proceso de pago, seguirían en la mañana siguiente, dijeron los encargados de repartir el oro. Cuando estaban a punto de irse, una voz los llamaba a gritos, provenía de un pequeño bote, los gritos no se detenían, tenían la atención de todos los presentes.
-Esperen, esperen, ellos vendrán, ellos vendrán. –Repetía el que remaba con todas sus fuerzas.
Llego a tierra firme, cuando estuvo cerca, algunos lo reconocieron, traía un mal aspecto, traía harapos en vez de ropa.
-Deben avisar el Rey. –Dijo. –El barco que escapo volverá.
-Oh Dios mío, es el MAU. Creíamos que habías muerto muchacho, todos en tu barco desaparecieron.
-Deben avisar al Rey. Los piratas vendrán por ese gran objeto brillante que capturamos del barco.
La sonrisa de los burlones desapareció, todos habían visto ese gran objeto y todos presentían cosas malas cuando lo tenían en la mente.
-¿Cuándo vendrán chico? –Pregunto uno de los encargados.
-No lo sé, pero tenemos que prepararnos, con 5 de sus barcos hicieron mucho daño a nuestra flota.
-Ven con nosotros chico, el Rey debe saber esto.
La mañana siguiente el Rey estaba con todo sus súbditos, los de alto nivel traían una sonrisa de oreja a oreja. Las invasiones eran provechosas y las riquezas aumentaban, las campañas de conquistas expandían más el territorio.
-Uno de los presentes se vanagloriaba y dijo. –Nuestro nombre comienza hacer eco en los imperios del mundo.
-Alteza. –Dijo un hombrecillo interrumpiendo la conversación.
Era de muy baja estatura y gordo. –Tenemos noticias.
-Ilústrenos con sus noticias amigo mío. –Respondió el Rey.
Las personas estaban inquietas y la llegada de ese joven confirmaba los presentimientos de los mayores. -¿Quién llego? –Pregunto el Rey con tranquilidad.
-Ese joven señor, iba en el barco que lo acompañaba a ISLAS FUERTES.
-Perdimos a muchos ese día. –Expresó el Rey. –Pero no los conocía a todos.
-Señor, el chico regreso en mal estado gritando advertencia sobre un peligro que viene del mar.
-Tráiganlo ante mí. –Ordeno el Rey.
El hombrecillo salió del gran salón. -¿Qué saben de esto? –Pregunto el Rey a sus consejeros.
-Uno de ellos respondió. –Es muy cierto que la gente está asustada, creen que algo viene. También se chismorrean cosas malas de ese gran cofre.
El Rey sonrió con indiferencia. –Hagan su trabajo, controlen a la población, no tenemos tiempo para teorías perjudiciales.
La conversación fue interrumpida por el hombrecillo y su acompañante. Este le doblaba la estatura, con ropa limpia ya no era tan feo. Caminaron a la estancia del Rey y de sus presentes. -¿De dónde eres? –Pregunto el Rey. –Soy de un pequeño pueblo señor, muy lejos de aquí. –Respondió.
-¿Cómo terminaste luchando en nombre de nuestro Rey? –Pregunto uno de los presentes. –Por el pago señor.
El Rey sonrió y dijo. – ¿Dicen que todo tu escuadrón desapareció?
-Fuimos capturados. Ellos saltaron a nuestro barco y como unos tigres feroces nos atacaron con sus armas, capturaron a varios de los nuestros. Ese gran objeto, ellos lo quieren su alteza, sus ojos se iluminaron cuando lo vieron desde la distancia, dicen que vendrán y acabaran con todos nosotros.
Uno de los presentes río a carcajadas y dijo. –Solo son piratas, bandidos del mar, no tienen recursos para enfrentarse a nosotros.
-Señor, ellos no eran piratas. Uno de ellos tenía aspecto débil y de piel muy blanca, su uniforme era muy distinto a todos, limpio y débil para un hombre del mar.
-Puedes retirarte muchacho, denle 2 monedas de oro. –Ordeno el Rey.
Antes de marcharse informo que era libre de volver a la fila de su ejército. El joven no dijo nada y salió.
-Que prosigue majestad. –Pregunto un general.
-Prepararnos. .Respondió el Rey.
-¿Qué hay adentro de ese cofre? –Pregunto un de los presentes.
-No lo sé. –Informo el Rey. –Está sellado parece, ya habrá tiempo para descubrir lo que contiene. Debemos encargarnos de esa bola de imbéciles primero, construyan la defensa y empoderen nuestras flotas. Pidan más hombres a las ciudades que nos rinden pleitesía, preparen y tengan listo todo lo que necesitamos para este posible conflicto, todos deben defender la capital.
-¿No está haciendo muy exagerado señor? Solo son piratas.
-Mientras no sepamos quién es nuestro enemigo pondremos estas medidas que nos brindan seguridad. –Respondió el Rey. –Ahora retírense, quiero ver a mi hermana.
Todos se marchaban, LIAM quedaba en soledad. Hasta que una voz lo saco del mundo del pensamiento. –Querías verme. –Dijo aquella voz femenina y suave.
-Si. –Respondió el Rey sin mirarla. –MALENA escúchame bien, las cosas se complicaran y no se si para mal o para bien. Mis hombres ya no son los mismos de antes, veo avaricia en sus ojos, la riqueza les esta envenenando el alma, solo es cuestión de tiempo que se conviertan en seres corruptos.
Su hermana no dijo nada, la sala quedo en silencio. –Hasta que el Rey le expresó. –A pesar de todo quiero ser un buen Rey para mi pueblo, no quiero que haya desdicha ni escases, por eso necesito tu ayuda hermanita.
MALENA era una joven de piel morena, muy linda y de ojos hermosos, su cabello siempre le permanecía alborotado. –Que pasa hermano. –Pregunto aquella mujer acercándose a su Rey.
-Mañana cientos de hombres saldrán a buscar información de un enemigo desconocido para nosotros. Te nombrare líder de una poderosa hermandad, la llamo la ORDEN DEL CONDOR, serás la mujer poderosa del reino y todos deberán obedecerte.
Las palabras del Rey asombraron a su hermana, que no podía tener más de 17 años.
-No creo que deba hacer esto majestad, muchos se enojaran.
-Puedo hacer lo que yo quiera, soy su Rey y deberán hacer todo lo que yo les diga. Te elijo a ti porque eres sangre de mi sangre, no te atrevas a decir que no porque es una orden. -Dijo el Rey mirándola a los ojos..
Su hermana le devolvía la mirada aun sin creer lo que le decía su hermano y respondió.
-Ahora que estas rodeado de asesinos y traidores en potencia, vienes en busca de mi ayuda, por todos los cielos hermano, siempre fuiste indiferente conmigo, sé que me odias por la muerte de nuestros padres.
-Eres mi sangre MALENA, mi única familia que me queda, si no puedo confiar en ti entonces en quien.
La conversación los entristeció a los dos, el recuerdo de sus padres aun pesaba en el corazón de los dos hermanos. –Acepto. –Dijo MALENA al final. -¿Qué tengo que hacer?
LIAM sonrió satisfecho y respondió. –Serás el puente entre mi política y los civiles. Debes tranquilizarlos, controlar la verdad, también tomaras un lugar en el consejo, te daremos recursos, saca provecho de ese oro, yo me encargare del resto. Ahora puedes marcharte, voy a ver mi hija. –Dijo el Rey a su hermana.
Más allá del lejano mar, hombres mal oliente desembarcaban su pobre navío que a duras penas flotaba. Uno de traje llamativo sin expresión en su cara camino por aquel puerto repleto de barcos, un grupo de soldados y carruaje lo esperaba. Sin decir palabra alguna subió y los caballos salieron a todo galope. Sentía una ira en su interior, estaba indignado por lo que le había tocado vivir, casi muere en el enfrentamiento en tierras desconocidas, por un milagro escaparon, desde entonces los días fueron duros y llenos de escases. Maldecía cada segundo que paso en el barco, no hubo noches donde conciliara el sueño, el hambre lo obligo a comer porquerías en comparación con su paladar. Solo un prisionero sobrevivió al largo viaje, fue sometido a castigos y torturas, suplico piedad pero solo recibía más daño, había llegado inconsciente a tierras lejanas, dos piratas habían llegado por el, lo tomaron por sus brazos y lo arrastraron, recuperaba la conciencia por segundos pero volvía a caer.
El sol era amable con la piel, no era tan fuerte como su madre tierra, el prisionero no quería dejar de pensar de volver a casa, eso le daba un poco de esperanza pero pronto comprendió que su destino estaba por terminar.
Estas tierras albergaban ciudades frías y guerreras por lo que se veía, había personas colgadas en advertencia a los criminales, las muchas naves de guerra y los artefactos militares sobresalían por cantidades. Siguieron arrastrando al prisionero por muchos minutos adentrándolo a la ciudad, el hedor a excremento humano empeoraba las cosas.
-Enciérrenlo en los chiqueros, no escapara a ningún lado. –Expreso uno de los hombres que lo llevaba.
Los días siguientes el prisionero fue tratado como un animal y alimentado con la comida de aquellos chonchos. Las noches eran peores, el frio era agobiante y lo hacía temblar como perro.
Una tarde fueron a buscarlo, con sus pocas fuerzas intento luchar contra aquellos hombres que lo sujetaban por sus brazos, encadenaron sus manos y pies, varios soldados lo esperaban, tenía la mirada clavada en el piso y pensó para sus adentros. –Si de todos modos voy a morir, porque no morir dando lucha.
Lo sentaron en un pequeño taburete, derramaron sobre él, vadeados de agua que le quitaba el lodo que estaba por todo su cuerpo, no pararon hasta que la piel del prisionero quedara libre del mal oliente lodo.
-Tu piel es distinta. –Dijo uno de los hombres que lo bañaban de mala gana.
Fueron las únicas palabras que dijeron. Le dieron trapos secos para que secara su cuerpo, también aromas para perfumarlo y ropa para cubrir su cuerpo, luego lo llevaron a un gran salón, era tan grande como el salón de la gran fortaleza y como algo que golpeara su mente, una terrible verdad se le revelo, estos hombres tienen el poder militar para navegar hacia la COSTA COSTEÑA y comenzar una guerra, no sé si podremos ganarles a estos hijueputas.
“Piel opaca” le dijeron. El no respondió, siguió en el mundo del pensamiento.
-Presta atención. –Dijo un hombre golpeándole el hombro. –Tu juicio está por comenzar.
El prisionero asistió con la cabeza, lo empujaron para que caminara. El lugar estaba repleto de hombres ancianos de piel blanca como el papel y ojos azules como el mar.
Escuchaba los murmullos de las personas, chismorreaban sobre su piel y su aspecto. – ¿Cuál es tu nombre chico? –Dijo un anciano de cabello blanco. –Un cadáver. –Respondió el prisionero sin apartar la vista del suelo.
Los murmullos continuaban, mientras que el anciano de ojos azules expreso. –Estas aquí porque eres acusado de cometer crímenes contra el estado de los EWIG, también eres acusado por haber robado propiedad de nuestro estado y eso se paga con la muerte, pero somos piadosos, te daremos una oportunidad “piel opaca”.
-Maldita sea, no quiero nada de ustedes, ya acepte mi muerte y no tengo problema con ello.
-Que chico tan irrespetuoso. –Dijo el anciano enojado. –Escucha pequeño idiota, lo que se robaron es muy valioso para nosotros, si está en manos de personas como tu sería una desgracia para el mundo. Van a pagar muy caro lo que hicieron, solo has las cosas más fáciles, colabora con nosotros y te perdonaremos la vida.
Con su mirada desafiante el prisionero permaneció en silencio. –Dinos en que parte está tu hogar, ¿Quiénes son? ¿Qué riquezas esconden? ¿Por qué nunca antes habíamos sabido algo de ustedes?
-Jodete. –Respondió el prisionero.
-Elegiste la muerte. –Respondió el anciano.
El prisionero seguía con la mirada desafiante, pero cambio cuando un hombre con un gran cuchillo se le acercaba, cuando estuvo a su alcance el prisionero sin pensarlo se lanzó contra aquel que sujetaba el cuchillo, con su mandíbula mordía la garganta del verdugo, la mordedura fue feroz, escupió un pedazo de carne sangrienta y continuo desprendiendo. El verdugo gritaba mientras apuñalaba al prisionero pero aquel hombre era cada vez más feroz, todos estaban horrorizados al ver semejante espectáculo. Llegaron más hombres a poner fin al asunto, pero fue muy tarde, los dos hombres estaban tirados en el suelo desangrándose. El anciano de ojos azules no supo dar explicación a lo que había visto, como un hombre encadenado pudo a ver hecho semejante daño. El anciano sonrió encantado y expreso a su audiencia. –Admirar amigos míos, el mundo es tan grande que da miedo pero nosotros somos más peligrosos que el mundo. Las personas presentes no decían nada, estaban atónitos.
-Los costeños son personas de cuidado por lo que se ve. –Pensó un pirata que miraba a lo lejos.
Los gritos de apoyo se apoderaron de la sala, el anciano de ojos azules sonrió satisfecho. –Deben informar a la iglesia, ellos deben de saber todo lo que ha pasado, por lo pronto mandaremos exploradores para saber quiénes son estas personas.
Muy lejos de aquel juicio un reino prosperaba, las decisiones de MALENA mejoraban el estilo de vida de la población, los habitantes de URUK duplicaban su número día tras día. La capital era la más hermosa de las 19 ciudades del reino COSTEÑO.
Tres meses después, la llegada de los exploradores anunciaban malos tiempos, el Rey tomó la importante decisión de detener las invasiones. Toda la fuerza militar estaría concentrada en la capital.
-Construyan más barcos y consigan más armas. –Ordeno el Rey a sus generales. Quienes no podían disimular la ira de detener las invasiones.
Los siguientes años fueron lentos y cansados, todos estaban ocupados haciendo cosas. Era difícil mantener el control, todas las situaciones de podían dar, el libre albedrío era peligroso para el orden que MALENA y el Rey querían.
-Tuve que controlar a mi gente para que no se dañara a sí misma, cada decisión era importante, muchas vidas estaban bajo mi amparo. –Se decía MALENA para sus adentros.-Ahora todos los fondos van para la preparación de la guerra. Mi hermano se estaba convirtiendo en otra persona, pareciera que tuviera miedo, algo anda mal en él. Y esa niña blanca de ojos azules, era diferente a los otros niños, se estaba transformando en una mala persona, egoísta y mentirosa, para ser una princesa era algo odiosa, su altanería era lo que más lo hacía sobresalir además de su belleza.
Una mañana, una de las personas más importantes de la capital fue a ver al Rey con su pequeño nieto. JOAQUIN era su nombre. Era conocido por interpretar canciones que contaban historias muy trágicas, también era muy sabio, sus consejos eran muy apreciables como los diamantes. Hasta el Rey lo estimaba muchísimo, su pequeño nieto no era de su sangre, ese niño fue encontrado en el barco que choco en el muelle, se parecía un poco a CAMELIA, su piel también era blanca y sus ojos verdes como las hojas de los árboles. El Rey lo esperaba en la gran sala con sus consejeros y MALENA.
-¿Qué pasa JOAQUIN? –Pregunto el Rey alegre. Por su expresión en el rostro todos sabían que no eran buenas noticias, el anciano miro al niño y dijo… -Vete a explorar, esta fortaleza es muy grande y hermosa, mis padres ayudaron a construirla. Si miras desde una de las ventanas, veras la redondez del mundo.
El niño salió a zancadas con una sonrisa en sus labios. – ¿Qué pasa? –Pregunto otra vez el Rey, ahora con semblante serio. El señor JOAQUIN era panzón y siempre traía un sombrero.
-Mis hombres han visto barcos merodeando nuestros mares, no llegan a los muelles solo están ahí como vigilando. Cuando tratamos de acercarnos huyen. También está pasando lo mismo en la ALTA GUAJIRA, pero ellos tuvieron más suerte que nosotros, lograron capturar un barco, la información que sacaron fue que buscan a una niña y a un gigantesco cofre. El Rey miro a JOAQUIN sin sentimiento. –Debemos de detener esos rumores. –Dijo el Rey, encárgate de este asunto MALENA, no permitas que las personas comiencen hacer preguntas sobre mi hija.
El pequeño niño exploraba aquella gran fortaleza, sus ojos se maravillaban a cada momento, había cosas impresionantes. Pero lo que más llamo su atención fue el resplandor que salía de una de las habitaciones, camino temeroso y miro con asombro el gran objeto que estaba en el fondo de aquel dormitorio.
-¿Qué haces aquí? –Dijo una voz dulce pero agresiva.
El pequeño niño se dio la vuelta para ver quien le habló, sus miradas se encontraron, era CAMELIA. –Solo exploro. –Dijo el niño al final.
-No puedes explorar aquí, nadie entra a mi cuarto. –Dijo la princesa enojada.
-Lo siento mucha majestad. –Respondió el niño caminando a la salida.
-No te he ordenado que te fueras.
El pequeño niño se quedó a un paso a la salida. –He decidido que te acompañare a explorar mi hermoso castillo. –Dijo la princesa.
-No es un castillo, es una fortaleza. –Comento el niño emocionado.
-Para mí es un castillo y yo puedo pensar lo que quiera.
Los dos caminaron en silencio. –Se un buen caballero y toma mi mano. –Ordeno la princesa. Los dos empezaron su andar y luego corrieron como los niños que eran.
En la sala del consejo, JOAQUIN se despedía de todos. Dejando al Rey aún más preocupado. –Nos veremos pronto. –Dijo el Rey al anciano. –Ojala. –Expreso este.
El Rey camino hacia una ventana, miraba desde lo alto la gran URUK y dijo a sus hombres.
-Pronto comenzara la guerra.
-Siempre hemos estado en guerra. –Respondió MALENA.
-Déjenme solo. –Ordeno el Rey a sus hombre, tu quédate MALENA, tengo que hablar contigo.
-Hay tantos barcos, que planeas hacer con todas esas flotas. –Pregunto MALENA.
-No es suficiente. –Respondió el Rey, mira ese mar de allá. Pronto estará repleto de barcos enemigos, infestado de hombres malos queriendo hacernos daño.
-¿Por qué dices eso? -Pregunto su hermana.
-Lo he visto MALENA, mis sueños ahora son pesadillas. Veo grandes batallas y mucho dolor, esta será la guerra más grande que hayamos enfrentado.
-Dentro del reino también hay enemigo. –Dijo su hermana, las personas sienten la tensión. La orden que tu me diste tiene gran influencia en la población.
-Has lo que quieras. –Interrumpió el Rey, ya quiero que vengan esos imbéciles, tengo tantas ganas de luchar y matar, descargar toda mi ira sobre esos bastardos.
-Tus generales no están muy contentos con la decisión que has tomado. No quieren una guerra en el mar, sus intereses están en tierra, quieren seguir con sus campañas de expansión. Solo basta un poco de tiempo para que se rumore traición en ellos. –Comento MALENA.
-Los rumores de la alta GUAJIRA se extenderán a las demás ciudades, será la excusa perfecta para dar un golpe que nos deje mal parados. Antes de que puedan traicionarme, los matare. –Dijo el Rey enojado, yo les di todo lo que hoy tienen, yo los hice generales de mi ejército y sé que conspiraran en mi contra, pero eso no pasara. Hermanita, ya vas conociendo el mundo donde estamos, debes poner tu corazón como una piedra y eso solo se logra practicando. No tengo tiempo para lidiar con traidores, debes cuidar mis espaldas hermana mía. Pondré a prueba tu liderazgo a la hermandad que te he entregado, quita del medio todos aquellos que piensen en traicionarme, despéjame el camino, yo seguiré construyendo la defensa de la ciudad.
El Rey abandonó la sala dejando a su hermana impactada, nunca pensó que su hermano le pediría matar, pero si no lo hace una guerra civil con los generales traidores podría empezar, eso no sería conveniente para nadie, las circunstancias la obligaban a actuar.
MALENA fue a ver a los miembros de La ORDEN DEL CONDOR, no parecía la gran cosa, todos eran hombres. Había un anciano que tenía más de 100 años, la sabiduría hecha por los años era su mejor virtud. Luego estaba ese joven agradable de 22, tenía un gran futuro en la política, su carisma le favorecía en todo. Por ultimo estaba SANTO TOMAS, un exmilitar retirado. MALENA era la más joven de todos y con autoridad dijo a sus presentes todo lo que sabía de los posibles peligros del reino. También comento los altos rumores que provenían de la ALTA GUAJIRA y por último, les informo la orden que había dado su Rey. Los presentes permanecieron callados, hasta que el mas anciano interrumpió el silencio diciendo.
–No me sorprende la orden que ha dado tu hermano, sabíamos las decisiones que nos tocaría enfrentar si seriamos parte de esta organización.
-Yo me encargare de los asesinatos. –Dijo el más joven de la orden.
-Solo cumplo órdenes. –Se dijo MALENA para sus adentros, que sea lo más pronto posible. –Respondió MALENA al más joven de la orden.
-¿Esa niña no es hija del Rey cierto? –Pregunto SANTO TOMAS cambiando el tema.
-No. –Respondió MALENA, ella estaba en el navío donde estaba el cofre que los piratas buscan.
-¿Por qué el Rey no embaraza a una mujer del reino? ¿Por qué no tiene hijos propios?
-No lo sé. –Respondió MALENA.
En la casa de JOAQUIN, que se encontraba en las afuera de la ciudad de URUK, el pequeño niño practicaba con arco, disparaba con entusiasmo. La princesa era muy bonita, se decía el niño, aunque grosera pero eso no importaba casi, recordaba como exploraba el castillo y se sentía un caballero y creo que lo era, la princesa lo había nombrado caballero. Ella lo había hecho jurar que el la protegería de los monstros, su dicha estaba al límite y pregunto cuando volvería a la fortaleza, fue entonces cuando su dicha desapareció al ver la cara de su abuelo, esta no reflejaba nada bueno que no era normal en él, siempre traía una sonrisa en su rostro.
-Estoy esperando una carta LEONARDO, cuando llegue te prometo que tú se la llevaras al Rey. –Dijo JOAQUIN.
A pesar de todo, aquellas palabras emocionaron más al niño. Por los siguientes días no se apartó de las palomas mensajeras.
Los días fueron pasando y no había señal de ninguna carta. Una tarde, una tormenta se formaba en alta mar, en medio de los rayos y las centellas una paloma luchaba contra el viento, con muchas fuerzas aterrizó en su jaula, con manos apresuradas el niño la tomo con fuerzas y arranco la carta que traía amarrada en su pata, fue de inmediato a ver a su abuelo con la carta levantada. JOAQUIN lo vio venir.
-Abuelo mirad, ya vino, ya vino. –Dijo a su abuelo cuando estaba cerca, esta es la carta ¿verdad? Su abuelo se levantó de su asiento y camino hacia la puerta, busco la fortaleza con su mirada, después dijo a su nieto. –Entrega esta carta al Rey, a nadie más solo a él. Corre lo más rápido que puedas, él debe saber esto.
JOAQUIN se quitó el gran sombrero que lo acompañaba, lo puso en la cabeza de su nieto quien comenzó su andar hacia la gran fortaleza. Sus pasos eran acelerados, salpicaba el agua con su trote, para su bruna suerte no había muchas personas en las calles, todos se refugiaban del agua. Al llegar a la gran fortaleza el aguacero caía con más fuerza, al presentarse en la entrada dos hombres bloquearon su paso. Dijo lo que su abuelo le había dicho para que lo dejaran entrar, uno de ellos lo acompaño, lo llevaron a la gran sala y espero mientras que el Rey llegara, aún seguía con el gran sombrero en su cabeza, cuando trataba de quitárselo escucho una sonrisita.
-Que feo sombrero. –Dijo una voz dulce y conocida para el niño.
Era la princesa, los dos sonrieron mutuamente. Ella se acercó y pregunto qué hacía con algo tan feo. –Es de mi abuelo. –Dijo el niño temeroso. –Pues es muy feo. –Dijo la princesa que vestía un vestido verde claro y con zapatos de punta. Quieres jugar. –Pregunto la princesa. –Si quiero, pero debo ver a tu padre. Respondió el niño. –Bueno podemos esperar aquí juntos. –Dijo la princesa.
Los dos se sentaron en el suelo. – ¿LEONARDO donde pasas las noches? –Pregunto la princesa. –Ven, te mostrare. –Dijo el niño al momento que se levantaba. Caminaron a una ventana, estaba tan altos que se podía ver el agua caer de las nubes.
-Mira esa casa de allá. – ¿Esa? Vives muy lejos del pueblo, ¿no te da miedo? –No, uno se acostumbra, hay mucha tranquilidad, además los ruidos y la música me molestan, ya tengo suficiente con los cantos del abuelo.
La princesa sonrió y el también, las carcajadas recorrieron el lugar. El Rey había entrado a la sala común, venia un poco soñolienta, miro a los niños en la ventana y dijo… -Cariño, ¿eres tú? La princesa al ver a su padre corrió hacia él. –Papá. –Dijo contenta, mira ven te presento un amigo, es un caballero.
El Rey camino con su hija, ella lo tomaba de la mano. El niño estaba nervioso, sujeto la carta con fuerza.
-Eres muy chico para ser un caballero. –Dijo el Rey.
-Eso no importa papa, yo también soy una niña y me llaman princesa.
-Eso es diferente cariño.
-Señor, mi abuela le manda esto. –Dijo el niño extendiendo la mano.
Toda felicidad desapareció del rostro del Rey, aquella carta solo traía desdicha. El Rey tomo la carta, busco la luz de la antorcha, solo le basto un momento, se devolvió hacia los niños mientras ellos permanecían en silencio.
-Pareces muy valiente chico.
-Lo soy. –Respondió el niño.
-Dices que mi hija te nombro caballero. El niño asistió con la cabeza. –Entonces yo también te nombrare caballero. ¿Sabes cuál el lema de nuestra orden?
-Si. –Dijo el niño con timidez. Proteger la vida de los inocentes, también mantener la paz del Rey.
-Es correcto chico. –Expreso el Rey mientras le estremecía el cabello. Proteger al inocente chico siempre recuerda, nadie tiene que sentir miedo de ti, nunca debes provocar el terror de los demás, todo lo contrario, se motivó de felicidad, yo también te nombro caballero del reino.
El chico sonrió y miro a CAMELIA, ella le devolvía la sonrisa. –Cariño ven quiero hablar contigo. Dijo el Rey a su hija. –Gracias señor. –Dijo el niño que se disponía a partir.
Los dos se miraron, se habían quedado con las ganas de su mutua compañía. El contenido de la carta parecía muy grave, el niño caminaba con una bonita tristeza en su sentir, nunca había visto a su abuelo tan preocupado. Leonardo sabía que algo muy malo estaba por suceder.
-Cariño, sabes muy bien que no me gusta repetir las cosas, así que escucha con atención mis palabras. Dentro de algunos días me toca salir de la ciudad. –Expreso el Rey.
CAMELIA se enojó mucho ante aquellas palabras. –No me abandones, no me des sola papa. –No pasa nada cariño, volveré lo antes posible. – ¿Cuándo te iras? –Pregunto su hija con lágrimas en los ojos. –Muy pronto CAMELIA pero no te preocupes, mi hermana tomara el mando mientras yo no esté aquí.
La princesa enojada no dijo nada. –Aprende de mi hermana hija mía, ella es más inteligente que yo, sensata en todos sus caminos. Ahora ve a dormir cariño, iré a verte antes de partir .La niña permanecía callada y enojada, hicieron falta varias mujeres para que la llevaran a su cuarto.
-Tanto silencio. –Dijo MALENA mirando desde una ventana la capital. URUK había cambiado tanto que parecía otra ciudad, su gente también había cambiado, eso es lo malo de la riqueza y la ignorancia, te hace olvidar que también eres humano. Pero solo basta un mal momento para demostrar que son como todos.
La noche empezaba a caer sobre todo, los pocos rayos del sol alumbraban las puntas de las ceibas. Eran los arboles más grandes del reino, pero en la oscuridad parecían grandes demonios. Estos árboles están por toda la capital, dando sombra de día y asustando de noche. Dicen que ahí las brujas hacen sus rituales.
MALENA dirigió su vista al mar y observó los cientos de barcos que ahí reposaban. La noche caía con tranquilidad, hasta que su hermano entro agitado a su habitación con la carta en la mano y dijo.
-Sabía muy bien que había traidores. Mirad, lee esto.
MALENA leyó sin rodeos, empezó a entender todo de inmediato y al final quedo tan asustada que no pudo decir nada.
-Yo mismo me encargaré de matar a esos bastardos. –Dijo el Rey furioso.
-Cómo pudieron hacer semejante barbaridad. –Respondió MALENA impactada.
-Iré lo antes posible a MAICAO, pediré a mis mejores espadas que me acompañen, dejo la defensa intacta.
-Debes quedarte, tú eres el Rey.
-Yo sé lo que hago. Tú quedaras al mando.
– ¿Y qué pasa si nos atacan a nosotros también? –Pregunto MALENA.
-Utiliza nuestras flotas, mis hombres tienen veneno en la mente, pelearan con valentía. Nosotros no somos MAICAO, no caeremos tan fácil. Reúne a todos los del consejo, necesito hablar con ellos.
El Rey abandono a su hermana y continuo con las demás tareas, antes de despedirse le dijo que los esperaba a todos en la sala del consejo. MALENA hizo lo debido y pronto todos estaban en la sala esperando a que el Rey llegara, aunque faltaban algunos generales y consejeros. Luego de muchas horas el Rey llegó y pregunto por los que faltaban.
-Uno de los presentes respondió. –Algo terrible pasó con ellos señor, murieron.
El Rey miro a su hermana. El hombre continúo hablando y diciendo. –Fueron asesinados de la peor manera señor. A uno de ellos lo golpearon hasta matarlo, a otro lo arrojarlo en agua hirviendo, otro fue decapitado.
-Que muertes tan indeseables. –Respondió el Rey ante aquellas declaraciones.
MALENA permanecía en silencio pero aterrada por dentro, sintió un miedo que nunca antes había sentido.
-En estos momentos mis mejores hombres se preparan para partir a la ALTA GUAJIRA. Dijo el Rey.
-Nos informaron que MAICAO fue tomada por un gran ejército, y desde entonces sus habitantes son torturados y asesinados. -Informo MALENA.
-Pediré más soldados en el camino. –Dijo el Rey.
-No creo que nos den más hombres señor, muchas de las grandes ciudades ya nos dieron muchos soldados que en estos momentos se encuentran camino hacia acá. –Comento uno de los presentes.
-De todos modos tocare sus puertas, no perderé nada. Ahora preparen todo, antes de mediodía partiremos.
Los presentes iban desocupando la sala, cuando quedo a solas con su hermana el Rey le pregunto. – ¿Por qué esa forma tan cruel de darle fin a la vida de aquellos hombres?
MALENA tampoco lo sabía, estaba completamente aterrada. –No fui yo quien los asesino, fue ese chico. – ¿Cual chico? –Pregunto el Rey. –No lo sé, olvide su nombre, solo sé que es el más joven de la orden. –Tranquila hermana fue un buen trabajo, un poco exagerado pero ya está hecho. Dile a ese chico que lo quiero ver antes de partir. –Si hermano.
Los ruidos del acero no dejaban de sonar, a cada momento aumentaba. Los caballos se apilaban en la puerta de la fortaleza, sus jinetes traían arcos y lanzas, y pequeños cuchillos a su costado. Eran 900 hombres, un pequeño ejército en comparación con el basto espacio que quedaba en la fortaleza.
Antes de las 10 am todos estaban listos para partir, solo faltaba el Rey que se encontraba reunidos con generales y su hermana.
-MAICAO queda a nueve días de aquí, por suerte llegare con más hombres, confió tanto en ese sueño que se que ganare. DIOS no se equivoco conmigo. –Expreso el Rey.
Alguien llamo a la puerta interrumpiendo la conversación. –Los hombres están listos señor, y los miembros de su hermandad quieren despedirse.
-Vamos. –Dijo el Rey.
Al salir de la fortaleza, CAMELIA lo observaba desde lo alto de su habitación, ella se había negado a despedirse. En las calles había un gran alboroto, todos celebraban los engaños que les había hecho creer MALENA sobre la partida de su Rey. LIAM pocas veces usaba la corona, pero ese día la lucio con su armadura de acero liviano, creada por los antiguos EMPIRICUS. El sol era tan fuerte que lastimaba la vista, su hermana y un grupo de hombres lo esperaba en la salida de la fortaleza. El Rey llego cabalgando, traía dos espadas en cada costado, sus 900 hombres lo seguían, se detuvo frente a su hermana, bajaron de los caballos. La ORDEN DEL CONDOR se presentó con capuchas para ocultar su rostro, el Rey llamo a ALVARO, era el más joven de la orden.
-Muestra tu rostro chico. –Dijo el Rey.
El muchacho desnudó su cara, era agradable a la vista. Su piel era blanca y simpático, hablaba con ligereza.
-Es un gusto para mi conocerlo señor. –Dijo el más joven.
-Dime una cosa muchacho, ¿Por qué mataste de esa forma a esos hombres?
-Debíamos sacarle información señor, y en estas situaciones el camino más rápido es la tortura.
-¿Lograste saber algo?
-Uno de ellos inculpo al otro, dieron información sobre las diecinueve ciudades costeñas. MAICAO no callo sola, ellos le ayudaron.
-Buen trabajo chico.
El Rey se disponía a partir cuando ALVARO lo detuvo. –Señor, de parte mía y de mi familia, le tengo un obsequio que le puede servir para la situación que está a punto de empezar.
El Rey asistió con la cabeza y el muchacho partió a buscar el obsequio. Minutos después regreso con varias carretas, estaban repletas de barriles.
-¿Qué es esto? –Pregunto el Rey.
-Son bacterias come carne señor.
El Rey sonrió carcajadas. –Sí que eres sorprendente muchacho.
-Solo basta un barril para desatar el pánico, y yo les ofrezco 100 barriles eñor.
-Mi hermana te premiara por tus buenos servicios.
-No es necesario mi Rey, lo hago por el bien del reino.
-Recibirás una recompensa. –Dijo el Rey a su hermana.
El Rey monto su caballo y marcho al frente de su ejército, sus hombres tomaron las carretas y se unieron a la marcha. Las grandes puertas se abrieron en dos, dándole paso al Rey, una multitud lo esperaba, quienes festejaron y se alegraron de lo acontecido. El Rey los saludaba amablemente y el montón de caballos caminaban tras él. Las personas lanzaron flores a los jinetes, las calles se alegraron y pronto la música sonó. El Rey pensaba las palabras que le había dicho ALBARO, traidores. Y luego pensó en los dos mil hombres que le tocaba enfrentar en MAICAO, había muchos pueblos y ciudades antes de llegar al destino, por suerte llegara con más hombres y su desventaja numérica bajara. La música iba quedando atrás, el sonido de los caballos fue el que permaneció.
En la sala del consejo estaba MALENA despidiendo los a los consejeros de su hermano, ella no confiaba en ninguno de ellos, les informo que mientras ella estuviera en ese cargo, serian relevados de sus puestos, se lo devolverían cuando el Rey volviera. Esto enojo a aquellos hombres, se marcharon maldiciendo entre dientes. En medio del camino se encontraron a la ORDEN DEL CONDOR, los más anciano caminaba al frente, los demás respetaban su paso, al entrar a la habitación cada uno tomo su asiento, la única de pie era MALENA.
-Dejen que gocen hoy. –Dijo aquella mujer, pronto estos días serán momentos de esperanza. Dirigió su mirada a ALVARO y le dijo… -No quiero más crueldad, la próxima vez que te encarguen de algo asi hazlo rápido y sin dolor, salvaje.
El más joven quedo disgustado y no dijo nada. MALENA continúo hablando y pregunto sobre la defensa de la ciudad.
-Estamos bien preparado. –Dijo SANTO TOMAS, 1.500 están disponible. Cada nave tendrá una tripulación de 70 hombres, los barcos vendrán equipados con cañones de alto alcance y de muy buena precisión. Cada hombre llevara pistolas y espadas.
-¿Cuantos quedaran en tierra si perdemos en alta mar? –Pregunto MALENA.
-1800 jinetes, también habrán hombres en las fortalezas, no tengo el número exacto pero es una cantidad considerable.
-Mantener a este ejército nos llevara a la banca rota. –Protesto ALVARO. ¿Por cuánto tiempo podremos seguir así?
-2 años. –Respondió SATO TOMAS.
-Mi hermano llegara a MAICAO en 9 días, tendrá la oportunidad de pedir más hombres a sus aliados, llegara con un gran ejército. Mi hermano siempre consigue lo que quiere, en el VALLE conseguirá las espadas que necesita. Por lo pronto nosotros tenemos que seguir aumentando nuestras fuerzas defensivas. Si es posible pondremos un arma en cada casa de URUK.
-¿Por qué llegar a tal extremo? Dar armas a tanta gente seria una torpeza, eso duplicaría los homicidios, además nuestra fuerza es feroz como un toro. Miles de espada están a nuestra disposición para enfrentar cualquier amenaza. –Expreso el más joven de la orden.
Luego había dicho que el Rey actuó de manea incompresible. -¿Por qué no mando a uno de sus generales a liberar aquella ciudad? Tenía que quedarse aquí a preparar la defensa.
El más anciano tomo la palabra. –Muchacho, LIAM no nació siendo Rey, se ganó ese título por mérito propio. Bajo su mando hemos logrado cosas inimaginables, al principio éramos pueblos pesqueros, ahora nuestras fronteras se extienden hacia la ALTA GUAJIRA. El muelle esta repleto de mercancía que comerciamos con el resto del mundo, ALVARO, el Rey sabe lo que hace.
MALENA había olvidado el gran aprecio que todos sentían por su hermano, a pesar de todo no era una mala personas.
Habían pasados seis días desde que el Rey partió de URUK, en su camino había aumentado sus fuerzas como lo esperaba pero no era suficiente para enfrentar al ejército invasor que reposaba en MAICAO. Incluso en estos momentos siguen violando y asesinando gente en esa ciudad, entre más se acercaban a MAICAO más eran los refugiados que se encontraba, ellos contaron testimonios monstruosos de lo sucedido. El Rey acelero la marcha y más adelante se encontró a todo un éxodo, un numero incontable de personas que huían de la guerra que habían dejado atrás. El Rey los observaba, su lado más humano se entristeció, también era el Rey de esa gente. Los refugiados preguntaron de qué parte del reino venían pero los jinetes ignoraban todas las preguntas, el Rey iba adelante con su corona poco extravagante, uno de los generales informó que habían reunido un número total de 130 hombres en el camino.
-No es suficiente. –Dijo el Rey. No tenemos tiempo de llegar al VALLE, seguiremos de largo, dile a las tropas que tomen formación de guerra, no sabemos lo que nos espera.
El ambiente fue cambiando ya nada era verdoso, la arena y lo desolado reinaban por todo el lugar, estaban en el desierto, el camino a MAICAO estaba despejado como esperando que el Rey y sus hombres pasaran. La luz de la tarde empezó a desaparecer, llegarían de noche a la ciudad, cuando estuvieron muy cerca el Rey mando a sus exploradores que buscaran información, mientras que el resto de hombres se preparaban para el combate. Las catapultas fueron cargadas con bacterias come carne, el Rey y sus generales esperaban a los exploradores. Uno de ellos regreso tres horas después y dijo. –Hubo una gran batalla días tras señor, ni todas la aves carroñeras se comerían semejante manjar y eso no es nada, en la ciudad las cosas se ponen peor. Cuando entraron a la ciudad masacraron a toda la población y con sus cuerpos hicieron grandes muros bloqueando las entradas y la salida de la ciudad, las únicas con vida son algunas mujeres que son tratadas como animales.
Luego que término de dar las noticias el Rey le ordeno que tomara posición para el combate, el Rey llamo a uno de sus generales más confiable. Le dio orden de llevar un mensaje a la ciudad del VALLE. –Diles todo lo que pasó aquí, si llego a fallar los siguientes en ser atacados serán ellos. Diles que busquen refugio en URUK, que no luchen, debemos unir nuestro ejército para frenarlos. Su general asistió con la cabeza y salió a cumplir las órdenes de su Rey.
La gran MAICAO estaba a la vista, tan grande y tan temible como el Rey la recordaba. Los señores que eran dueños de esta ciudad aportaban cantidades de dinero a la corona y el Rey los dejaba en paz, pero ahora todos están muertos reducidos a nada, a pesar que lo veía el Rey no podía creer que la gran MAICAO había caído en manos extranjeras. Solo quedaban escombros y humos que provenían de la ciudad.
Las tropas se movían con lentitud, todos apretaban sus armas, el hedor a muerte apestaba en todo en el ambiente. Habian muchos cadáveres muy cerca de la entrada de la ciudad, fue el resultado de las batallas de días anteriores. Siguieron moviéndose y pudieron divisar el muro hechos por manos, brazos y cuerpos sin vida, era tan alto que bloqueaba totalmente el avance de todos los jinetes. Uno de los generales se acercó al Rey y dijo. –Señor, infiltremos gente, si escuchan el sonido de los cañones se alertaran.
El Rey seguía contemplando el gran número de muertos que tenía enfrente. –Ellos saben que estamos aquí, pero está bien entiendo lo que dices. Infiltra a todos los que puedas en la ciudad, ataquen desde adentro, nosotros los barreremos con nuestras bestias.
Su general salió a cumplir las órdenes, llamo a muchos de los jinetes y cambio de dirección, rodearon la ciudad, escalaron los espinados barrancos y ahí se quedaron hasta que su número fue aumentando. Cuando fueron muchos se movieron con sigilo hasta llegar lo más cerca de la entrada, en su camino encontraron a decenas de enemigos pero con ataques letales fueron eliminados, pero en tantos que su número los delato, el escandalo fue ganando terreno y estando muy lejos de la entrada el acero contra acero estallo dentro de la ciudad. El ruido de la lucha llego pronto a oídos del Rey que disparo los cañones para derribar el muro, un disparo tras otro fueron lanzado para liberar el camino, el resto de cadáveres putrefactos aun estorbaban el camino, fueron necesarios varios disparos para avanzar. Las bestias pasaban y trituraban los cuerpos putrefactos, estaban por todas partes. El Rey iba adelante, apretaba su espada y se dirigió a los adentros de la ciudad, los enemigos disparaban desde los techos, lanzaban lanzas y flechas a los hombres del Rey. Quienes a su vez devolvían los disparos.
Las calles de MAICAO se llenaban de enemigos, las mujeres que ahí se encontraban aprovecharon el alboroto para huir, se les hizo imposibles, los extranjeros las asesinaron antes de dejarlas escapar.
El Rey avanzaba y atacaba a su vez, muchas flechas penetraron su cuerpo, provocando heridas dolorosas. Muchos de los jinetes trataban de alcanzarlos, pues el número de enemigos aumentaban en segundos, todas las calles de MAICAO se llenaron de personas de aspecto malicioso, apuñalaban a los caballos para hacer caer a los jinetes pero incluso sin los caballos los hombres de URUK causaban mucho daño con sus espadas. El resto de hombres que rodeaban al Rey para protegerlo de los ataques enemigos, desde lo alto cayeron como flechas varios enemigos que atacaron al Rey, lo hirieron nuevamente pero este ignoraba sus heridas y seguía en la lucha.
Sus hombres peleaban valientemente, ya había pocos en sus caballos, la gran mayoría luchaba a píen. El Rey y sus hombres se reagruparon, sus enemigos los estaban rodeando, el Rey dirigió la vista a la salida, recordó los barriles que le habían obsequiado.
Un grupo grande de adversarios intentaban taparle la salida, este ordeno a sus hombres retroceder. La lucha era sangrienta, ambos bandos perdían soldados por cada combate individual o múltiple que había en campo de batalla, el resto que aún seguían a caballos abriéndose paso por el combate llegaron muy cerca del Rey. El Rey les ordeno cabalgar hasta la entrada y decirles a los hombres encargados de las armas que posicionaran los cañones en la entrada y apuntaran las catapultas hacia dentro de la ciudad. Los hombres salieron a todo galope, la intensidad del combate había reducido el número de soldados. Uno de los generales se le acercó al Rey y dijo lo que el estaba pensando pero se negaba a creer. –Estamos perdiendo señor, nos están masacrando, debe salir de aquí.
-No. –Respondió el Rey, seguiremos peleando.
-Majestad solo es cuestión de minutos para que nos asesinen a todos.
Los enemigos avanzaban y estaban por todos lados, los hombres del Rey habían perdido toda organización, los que aun luchaban lo hacían por su propia cuenta.
Otro soldado llegó y expreso al Rey preocupado. –Salga de aquí majestad y utilice las armas que están en la entrada.
El Rey observó el panorama, miró con tristeza a sus hombres muertos en el suelo, haciéndole caso a su cobardía decidió huir a la entrada mientras el resto de sus hombres seguían en la lucha. El Rey tenía heridas por todo su cuerpo, la sangre corría debajo de la armadura, llegó cojeando de una pierna. Los cañones ya estaban apuntando hacia adentro de la ciudad, cuando lo vieron llegar los hombres que esperaban salieron en su auxilio, le dieron de beber agua, cuando mató la sed dio la orden de lanzar los barriles, las catapultas estaban listas y pasando un segundo los barriles volaron por los aires, cayeron como grandes piedras, desprendiendo dolor a los que salpicaba con su contenido. Más de estos barriles seguían cayendo, hundiendo la ciudad en gritos de súplica, todos los infectados con esta bacteria corrían para buscar alivio pero sus movimientos torpes y bruscos solo repartían más la peste.
-Vienen hacia acá. –Dijo uno de los soldados mirando desde lejos el espectáculo.
El Rey dirigió la vista hacia la entrada y vio a los cientos de hombres que corrían a su dirección. –Alisten los cañones. –Ordeno el Rey.
Los zumbidos que hacían las bacterias eran canciones para demonios. Los hombres rascaban tan duro su piel que se la ensangrentaba pero que no aliviaban el dolor. Cuando muchos enemigos estaban cerca de la salida el Rey disparo los cañones haciendo que estos cuerpos volaran por los aires pero no era suficiente, aun habían enemigos tratando de huir del infierno biológico que se había desatado en sus espaldas.
El Rey tomo a los caballos que le quedaban, los apunto en dirección a la entrada y pronuncio las oraciones secretas al oído de las bestias quienes enloquecieron de furia al escuchar aquellos susurros. De sus bocas salieron espuma y sus ojos se pusieron como la candela, patalearon y jalonearon y salieron en marcha llevándose a su paso a los enemigos que se encontraban en el camino pero ni siquiera esto fue suficiente para detener la gran estampida que venía hacia ellos. Las municiones de los cañones se estaban agotando, el Rey retrocedió un poco, dibujo una línea y dijo. –No pasaran, aquí nos pararemos firmes en la raya.
El Rey conto a sus hombres en la mente. -98. –Dijo para sus adentros.
La última munición del cañón fue lanzada. Los supervivientes de URUK tomaron posición para recibir a sus enemigos, el Rey apretaba la espada con sus dos manos, se había liberado de la armadura para pelear con libertad. Como un baile peligroso se movió y ataco a los enemigos que llegaban a matarlo, sus soldados se movían como serpientes, escurriéndose y dando ataques mortales a los enemigos que trataban de pasar la línea. Uno a uno fueron cayendo, vencidos por el cansancio, los hombres tomaban grades cantidades de aire, el Rey reposaba con sus heridas, miraba todo su entorno y los pocos supervivientes que estaban con él. Los enemigos dejaron de llegar, solo quedaban trece soldados de URUK, uno de ellos le pregunto al Rey. -¿Que sigue ahora majestad? -Esto solo es el calentamiento -Respondió el Rey con el ceño fruncido, La guerra ya nos alcanzó, todo será diferente y la COSTA lo sabe, hemos dado buena publicidad a los invasores ahora que los 10 millones de habitante se unan para eliminar las amenazas extranjeras. La poderosa MAICAO es el ejemplo para todos,
Los dos días de caminata perpetuaron el dolor de los catorce supervivientes, hombres del VALLE llegaron al auxilio del Rey quien perdió la conciencia cuando se sintió seguro de los aliados que habían llegado. Al despertar estaba en una cama suave, escuchaba los cantos de los pájaros y el sonido del acordeón que sonaba a lo lejos, la herida que tenía en su hombro era la más profunda, no podía moverse por las demás heridas que tenía en todo su cuerpo. Los recuerdos de la batalla llegaron a su mente, quiso ponerse de pie pero se le fue imposible, el cansancio lo hizo dormir otra vez.
Al despertar vio un rostro muy hermoso y dijo. – ¿Acaso estoy muerto? Porque estoy viendo un ángel. Con una voz encantadora, la mujer le respondió. –No tienes idea de cuantas veces he escuchado eso. El Rey pregunto por sus hombres. –Están en la otra sala recuperándose. –Respondió la mujer.
Un señor con sombrero entro a la estancia, el Rey lo reconoció era ESCALINA, poderoso señor del VALLE y respetado en todo el reino. Venía acompañado de otros pero el Rey no les dio importancia y miro solo a ESCALONA. Los presentes se arrodillaron ante el Rey. Uno de los presentes le exigió a la mujer que saliera de la habitación y las dejara a solas, la hermosa sanadora asistió con la cabeza con la cabeza y salió de la estancia. El Rey la miro por un instante.
-Fue una gran sorpresa tenerlo por aquí señor. –Expreso uno de los presentes que venían con ESCALONA. -Tampoco esperábamos los acontecimientos actuales. –Respondió el Rey. Había olvidado lo linda que era su ciudad, cuando me hice Rey conquiste muchas ciudades estados, ustedes eran los últimos en doblegarse, pelearon con valentía y yo los admiraba. Por un momento pensé que no podríamos con ustedes, que mis sueños se vendrían abajo pero tengo la mala costumbre de no rendirme. Hubo planes de destruir la ciudad, incluso yo mismo vine como espía, me enamore de su cultura, me enamore de su tierra. Cuando vi por primera vez el VALLE pensé que estaba soñando, era algo tan increíble que no podía ser real pero ahí estaba. Cuando llegamos a un acuerdo fue uno de los días más felices de mi vida, porque había hecho algo histórico y lo que aún mas me alegraba era no haber destruido esta hermosa ciudad.
Los presentes escuchaban muy atentos las palabras del Rey. –Destruyeron a MAICAO, la invadieron por el mar, eso es como destruir un cuchillo por su filo, e incluso dejaron escapar a muchos como señal de advertencia.
-Lo sabemos. –Respondió ESCALONA inquieto. Pensábamos que no era un peligro tan grave, MAICAO era temible, pensábamos que aguantaría ataques extranjeros.
-Y por cierto. –Pregunto uno de los presentes. ¿Quiénes son estos invasores?
-Vienen de los mares. –Respondió el Rey. Son muy poderosos, incluso ya tienen influencia aquí en la COSTA. Lo que paso en MAICAO no fue casualidad, hubo traidores dentro de la cuidad.
-Eso explicaría muchas cosas y aumentan más las preocupaciones. –Comento ESCALONA.
-Ahora nos retiramos señor, pronto volveremos para hablar lo que sigue señor. ESCALONA y sus hombres salieron de la estancia, dejando al Rey reposando en su cama.
La mujer de ojos bonitos llego tiempo después, traía hiervas medicinales y varias cosas con ella. –Lo siento por lo de antes señor, no sabía quién era usted.
El Rey sonrió con ironía y dijo. –Soy como cualquier otro hombre señorita.
La mujer curaba sus heridas, sin mirarla el Rey pregunto su nombre. –ANCA. –Respondió ella. -¿Qué significa? –Pregunto el Rey mirándole una mejilla. –Es la promesa de un amor que quiere existir.
El devolvió la vista a la nada y le expreso. –Ojala se cumpla el propósito de tu nombre raro.
Ella sonrió y solo eso basto para enamorar al Rey para siempre, se miraron a los ojos y él le devolvió la sonrisa. Hubo un breve silencio hasta que ella pregunto porque llegaban tantos refugiados desde los desiertos del norte. –Son las consecuencias de la guerra. –Respondió el Rey. Pero las campañas de conquista se detuvieron hace meses. -¿Quiénes pelean? –Pregunto ella. –Todos nosotros contra un imperio llamado los EWING, son del otro lado del mundo. –No debería de haberte dicho eso. –Respondió el Rey riendo nuevamente.
La mujer de ojos bonitos le expresó comprensión. El Rey pregunto por sus hombres. –Recuperando. Fue la respuesta de aquella mujer. –Ahora tú también debes descansar para que te pongas fuerte0.
La mujer de ojos bonitos salió de la habitación. El Rey pensaba en su hija, en su hermana, en URUK y por alguna razón pensó en el cofre que había capturado cuando encontró a CAMELIA. Pasado un rato lo venció.
Pasado varias horas una pesadilla lo hizo despertar, se despertó sudado y con miedo. Se levantó de la cama y ando por toda la habitación, se paró frente a la ventana mirando como estaban las cosas de agitadas allá afuera. –Se preparan para algo. –Pensó el Rey para sus adentros. ¿Atacarán esta ciudad?
Cuando estaba a punto de salir de la habitación ESCALONA llego, venia solo con su sombrero volteado. Saludo al Rey con gran reverencia, sin rodeos el pregunto porque había tanto agite en las calles. –Nuestros exploradores regresaron de MAICAO. –Respondió ESCALONA. Los hechos que ellos cuentan son desagradables, fue una gran hazaña lo que hizo señor. –No hice nada, si hubiera hecho algo MAICAO seguiría en pie. –Nadie hubiera pensado que MAICAO caería, por lo menos los que hicieron esto ya están muertos. –No. –Dijo el Rey. Siguen con vida e intactos porque MAICAO fue la muestra de su poder.
El Rey pregunto nuevamente por el agite que había en las calles. ESCALONA no pudo vacilar.
–No sabemos si los siguientes en ser atacados seremos nosotros.
–La siguiente es URUK.
– ¿Por qué lo dices?
-A ustedes los protege la montaña y las grandes colinas, la CIERRA es lo más alto en toda la costa y ustedes la dominan. Incluso con pocos hombres ustedes podrían detener un ataque, sus fuerzas son bastas.
–Se a lo que quieres llegar. –Respondió ESCALONA. Ya hemos dado lo suficiente a la capital.
–Lo suficiente no alcanza. –Dijo el Rey con dureza.
-Mis hombres no saldrán de aquí, que tus hombres defiendan URUK.
-Lo haremos, y cuando hallamos matado a esos bastardos ustedes serán los siguientes y es una pena, ya tengo otro motivo para amar aún más esta ciudad.
-No estoy irrespetando nuestro acuerdo pero hay prioridades más grandes que la de tu gobierno. –Respondió ESCALONA ante la amenaza del Rey.
-Esto no es solo por URUK, es por toda la costa. Si la capital cae imagina quienes serán los siguientes.
ESCALONA reflexionó por un momento. –Es una nueva era, y si algo he aprendido es que las alianzas son mejores que entrar en conflicto. Tengo entendido que aún no te has cazado, tienes una hija pero no tienes esposa.
El Rey permaneció en silencio. –Te cazaras con alguna de nuestras mujeres y asi te llevaras a todos los hombres que quieras.
-Acepto. –Dijo el Rey sin rodeos.
La respuesta del Rey sorprendió a ESCALONA -Organizaremos una gran fiesta y le presentaremos unas de nuestras mejores rosas.
-No será necesario. –Dijo el Rey. La elijo a ella.
La silueta de AN,CA se notaba afuera de la habitación, esperaba que ESCALONA saliera para atender al Rey. ESCALONA quiso protestar pero el Rey no lo dejo, le ordeno que saliera de la habitación. Este salió y miro a AN,CA con desprecio.
La mujer entro en la habitación segundos después, el Rey permaneció de pie mirando desde la ventana. –Nunca había visto a nuestro señor tan enojado. –Dijo AN,CA al Rey. El Rey camino a su cama y dijo. –Se enojó porque no cumplí su capricho. No vine este mundo a cumplir los caprichos de los demás.
La mujer se le acercaba con un trapo húmedo en su mano, tocaba las heridas que había en el cuerpo del Rey. Este ni se inmuto al sentir, luego dijo. –AN,CA ¿Crees en el amor a primera vista? -Los hombres siempre se enamoran por la vista. –Dijo ella. Por eso siempre son tan mentirosos. –JAJAJAJA. Solo responde. –No lo sé. –Dijo ella. Si creo en el amor y en la locura, creo que sin locura no hay felicidad. –Eres como un ángel ¿Verdad? ¿Sabes por qué tu señor salió enojado? Me pidió que me casara con alguna de sus mujeres y yo te elegí a ti.
La mujer se sorprendió. – ¿Por qué yo?. –Balbuceo. –Creo que flecharon mi corazón. –Dijo el el Rey.
-No soy la esposa para un Rey, no me conoces no sabes nada de mí.
-Lo único que se es que quiero que seas tú.
Los dos se quedaron hablando hasta tarde, hablando sin tocarse, hicieron el amor con sus almas. La mujer cuido muy bien de su Rey, sus heridas habían mejorado pero aun no estaban sanas del todo. Pasaban gran parte del tiempo juntos, hablando y haciéndose pequeñas bromas inocentes.
Los señores del VALLE iban seguido a ver al Rey, sus reuniones eran variadas y duraderas. ESCALONA tenía información de todo el reino, no por nada la ciudad era llamada la ciudad de las aves. Tenían oídos en todas partes y muchos aun respondían a los llamados de esta gran ciudad. Por los labios de ESCALONA el Rey supo el ataque que iba dirigido hacia URUK.
-Desde lo ocurrido en MAICAO los demás estados buscaron información de sus atacantes y descubrieron una gran flota que iba dirigida hacia ustedes, son incontables. No hay mucha información, solo que vienen de mares lejanos. –Comento ESCALONA.
-Si URUK cae ustedes también, así que exijo que me den todas las espadas posibles. -Exclamo el Rey.
Hubo un breve silencio. –Le daremos lo que quiere majestad pero la chica se queda con nosotros. URUK no es un lugar seguro para nadie en estos momentos, le enseñaremos hacer su esposa.
-No quiero trucos. –Dijo el Rey. No le hagan daño, cumpliré mi trato.
La conversación siguió en los campos de entrenamientos de los hombres del VALLE, había tantos hombres como células en el cuerpo humano. –Impresionante. –Dijo el Rey para sus adentros.
Su plan había salido a la perfección pero aquella mujer lo desordeno todo, pensó el Rey sonriente.
-Nos iremos lo antes posible. –Dijo el Rey a ESCALONA. ESCALONA asistió con la cabeza.
De regreso a sus habitaciones el Rey pensaba en la mujer bonita, luego pensó en CAMELIA y recordó la guerra, su paso se aceleró, llego hacia la habitación y empezó a ponerse la armadura. Cuando había terminado intento coger la espada pero las herida lo hicieron sentir un dolor agobiante.
La mujer de ojos bonita llego, se acercó un poco tímida, ayudó a levantar la espada que se encontró en el suelo. –No puedes pelear así. –Si me matan quedaras libre del compromiso en el que te he metido. –No puedes morir, tienes que ganar en URUK y luego ya veremos lo nuestro. El Rey sonrió.
Al pasar algunas horas las tropas estaban listas, venia una poderosa legión y también hombres a pie con arcos y flechas, de los trece solo uno regreso con el Rey, los demás se quedaron . Partieron hacia URUK a toda prisa.
En la gran fortaleza la orden se encontraba en discuta, ALVARO tenía la palabra e informo de algunos papeles que advertían días antes lo qué iba a suceder en MAICAO, el antiguo consejo sabía que los desiertos del norte serian invadidos. Dejaron que el tiempo pasara e ignoraron las ayudas que ellos pidieron.
-Habra participado el Rey en todo este asunto. –Comento SANTO TOMAS.
MALENA protesto dejándose llevar por los sentimientos, su hermano jamás seria cómplice de algo que tanto dañino l reino, tuvo que mantener la calma estaba rodeado de hombres intelectuales, gente peligrosa y poderosa, escogidos estratégicamente por su influencia en la costa.,
ALVARO dijo. –Nuestro Rey partió de aquí con un puñado de hombres todo nuestro ejército está en las calles de la ciudad, no podemos negar ni afirmar lo sucedido en MAICAO. Más bien debemos pensar en la guerra que pone en peligro nuestra libertad.
El mas anciano respondió a todos los argumentos de los presentes. –A pesar de los males que puedan venir, el sol siempre vuelve a salir. Estamos armando un rompecabezas y hacen falta barias piezas, pero podemos trabajar con las que tenemos, gracias a las declaraciones obtenidas por ALVARO sabemos que hay traidores dentro del reino, pero no sabemos cuántos son y muchos menos quienes si son. La otra cosa segura es que tiene información sobre las 19 ciudades estados y ya atacaron a una de estas, ahora cual será la siguiente
–porque atacaron MAICAO se preguntó ALVARO con el ceño fruncido, de las 19 grandes ciudades costeñas decidieron atacar MAICAO, sus informantes no eran tan listo se mofo SANTO THOMAS, no respondió ALVARO, las ciudades de los desiertos del norte son las más fuertes del reino, hay dos grandes potencias, el VALLE y la destruida MAICAO, tal vez los invasores nos creyeron débiles y por eso atacaron a una de las potencias más grades de la costa,
–no hay que sacar conclusiones, expreso SANTO THOMAS, no sabemos cuáles son los planes del enemigos, su objetivo es recuperar el cofre que nuestro rey les arrebato y el cofre está aquí en URUK, es un misterios porque ellos decidieron atacar MAICAO, y el misterios se agranda cuando vemos que nuestro rey actuó muy tarde dejo que miles murieran partió de aquí tres días después que la masacre se llevaba perpetuado, todos los presentes miraron a MALENA, el rey nos oculta demasiaba información dijo ALVARO, si queremos salir vivo de estos es mejor que hablas con su majestad, debemos saber todo lo que nos oculta. La conversación fue interinidad por los cuernos que sonaron desde los muelles, MALENA agitada por el sonido se levantó de su asiento y camino hacia una de las ventanas de la fortaleza, el resto de sus compañeros la siguieron
–no puede ser dijo ALVARO
Muy lejos en altamar barcos desconocidos se contaban en miles, los cuernos no dejaban de sonar las personas desconcertadas miraban con terror las agitaciones que se llevaban acabas en los muelles, los barcos de guerra se preparaban para el combate, un vieja dando gritos inicio el miedo en los demás
–hay viene, hay viene repetía esta mujer histéricas, solo basto un segundo para contagiar de miedo a las demás personas, se había armado un gran alborotos que poco a poco se tomaba toda la ciudad, el gentío buscaban refugios. Otros acudieron a la gran fortaleza, los demás se había asegurado en sus casa, en el patio de la fortaleza se asentaba la defensa del rey todo un ejércitos compuesto por jinetes arquero, caballero, lanceros, grandes cañones, todos dispuestos a morir antes de dejar pasara a sus enemigos
CAMELIA estaba en su habitación tan solo que lloraba, extrañaba a su padre y mirabas desde lo alto de su balcón, el viento frio descomponía su cabello, hechos un vistazos hacia altamar vio los miles de barcos que estaban cada vez más cerca, afuera de su habitación estaba doce hombres las mejores espadas de todo el reino pero ni siquiera eso la hacía sentir segura, desvió su mirada a la entrada de su castillo y observo como cientos de refugiados entraban, con su mirada buscar aquel niño con sombrero extraño, nunca lo vio entrar. Los barcos defensores preparaban sus moniciones y soltaban sus anclas, BOM, BOM ,BOM, los barcos enemigos empezaron a disparar sus grandes armas, los navíos impactado eran dañados en gran medida, los capitanes de los barcos de URUK, salieron al encuentro pero no devolvían los disparos, estaban aún muy lejos para ser alcanzados por su balas, pero en cambios sus enemigos disparan sin secar, hundiendo barcos desde la distancias, los hombres nadaban y abordaban otros barcos que iban hacia delante, los barcos enemigos hacía sentir miedo a muchos de los hombres que defendía URUK, los superaban en números y aún no había hundido un barcos enemigos
–esto será una masacre dijo unos de los marinos cagado del miedo,
–no le respondió su capitán, que empuchaba un enorme garrote, solo son maricas que atacan desde la distancias, apenas lleguemos a ellos pagaran los que están haciendo, los barcos de URUK se replegaron por el gran mar se movían con velocidad hacia al frete los enemigos tan bien venían a todo prisa no dejaban de disparar y hundir barcos defensores.
En la gran fortaleza se habla, la posibilidad de evacuar la cuidad por los tunes que esta por bajo a que situación habría que llegar para ser tal cosas le preguntaba el más joven a MALENA
–nuestro hombres nos aviciaran respondió la mujer morena, que hay del ejércitos que viene desde el norte quien lo dirige acaso el enemigos estaba poderoso que puede darse el lujo de atacar desde dos puntos distintos
–no sabemos MALENA, respondió SANTO THOMAS tal vez sea tu hermano nuestro rey acompañados por la fuerzas del valle,
Aquellas palabras tranquilizaron a todos en la sala, ALVARO no dejaba de mirar desde lo alto la batalla que se estaba llevando acaba en altar mar
–si es el rey más vale que se dé prisa como van las cosas no quedara nada cuando él llegue, dijo ALVARO sin quitar la vista de altamar
–todo esto por una niña dijo SANTO THOMAS
–no solo es por la niña también quieren el cofre y apuesto que ahora quieren nuestras tierras dijo MALENA
–que hay en ese cofre pregunto CHANO con mucha curiosidad
–no lo se respondió la mujer morena, mi hermano se ha negado, que lo investiguemos
–más y más secretos dijo ALVARO no podemos trabajar así cuando remplazamos al antiguo consejos juramos proteger y buscar siempre el bien para nuestro pueblo ahora todo lo que hemos construidos pende de un hilo, estamos perdiendo en alta mar solo es cuestión de tiempo que toquen tierra.
–es más grande de lo que pensé dijo el pirata mientras contemplaba a URUK a lo lejos,
las balas caían como meteoritos a los barcos que provenían de esta ciudad, cientos de barcos estaba en llamas y miles de hombres llapo liando en las aguas gritado socorro los disparos venían de todas partes, la flota del pirata iban a toda prisa a las costa de URUK en medio del camino, estaban los defensores de esta ciudad que dirigieron y estrellaron sus naves con las del enemigos, los hombres de URUK abordaron las naves piratas y comenzaron a repartir golpes mortales, los disparos aumentaron su intensidad, los barcos de URUK estaban tan cerca de sus enemigos que podían oler las pólvora que desprecian los cañones
–debemos llegar a tierra rugió el BLACO, rompan sus defensas, nuestro objetivo es tomar la ciudad,
Las naves piratas intentaban llegar a tierra firme pero los hombres de URUK abordaban sus naves y destruían toda lo que podían, los piratas disparaban sus armas de fuego y los hacia retroceder, algunos saltaban a las aguas para escapar de las balas, la superioridad numérica luego de un tiempo fue más efectiva que la calidad , los piratas había hundido casi a todo los barcos defensores, solo quedaban un pochado de ellos que aguantaban con valentía, el BLANCO tenía el camino casi libre para tocar tierra y aun contaban con más de la mitad de su flota, las grandes explosiones decoraban todo el mar,
–es nuestro torno de pelear dijo ALVARO a SANTO THOMAS, este asistió con la cabeza cuando estaba a punto de bajar, la voz de Malena los interrumpió
–no mueran dijo la mujer morena, aquellos dos hombres le sonrieron solo ALVARO le respondió
–no está en mis planes morir
MALENA y CHANO fueron los único que quedaron en la habitación,
–solo mujeres y niños dijo MALENA
–qué hay de la princesa, respondió el más viejo
–yo me encargo ahora ve diles a todo que empezaremos a evacuar
ALVARO Y SANTO THOMAS, llegaron a las puerta de la fortaleza, todo el lugar estaba repletos de personas que buscaban refugios, el miedo estaba implantado en sus cara
–todo los hombres deben salir a pelear ordeno ALVARO con dureza a todo los presentes,
Los soldados que estaban dentro de la fortaleza obligaron a los hombres y algunos niños a salir, los dotaron con armas y escudos, palos y piedras
–dejas a los niños protesto SANTO THOMAS
–todo deben pelear respondió ALVARO
Un gran número de caballeros y soldados esperaban en el patio de la fortaleza, la ciudad estaba sumidad en el caos, los disparos que provenían del mar les recordaba les alertaban que el enemigo estaba muy cerca,
–quédate con este ejército dijo ALVARO a SANTO THOMAS, yo tomare el liderazgos de los soldados que estaban repartidos en la ciudad los llevare a las playas y daremos peleas debemos dar todo el tiempo posible para que nuestra gente escape
–si sobrevivimos a estos yo armare los porros dijo SANTO THOMAS a su hermano de hermandad
ALVARO puso gesto agradable monto su caballos, Díez caballeros lo siguieron
Los piratas tocaban tierra, sobre ellos caía una llovía de flechas, utilizaron sus botes como escudos, los hombres de URUK eran tan fuertes que solo basta una fecha para destrozar el cráneo,
EL BLANCO habla con su tripulación
– destruyan toda esta maldita ciudad, hoy no tomaremos rehenes
Sus hombres gritaron emocionados, bajaban los botes y remaban a tierra
–recuerdo tu cara maldito, se decía el BLANCO para sus adentro, por tu estupidez ahora todo tu ciudad quedara reducida a escombros, cuando hallamos terminado aquí yo mismo iré a esa fortaleza y te asesinare con mis propias manos, lamentaras el día en que interpusiste en mis planes rey de los imbéciles,
ALVARO contemplaba el mar, los incontables barcos que estaba navegando hacia tierra los hizo moverse, la arena entorpecía el avances, mando a sus hombres apasionar los grandes cañones no los dejarían que sus enemigos se adentrase a la ciudad. Poco a poco más piratas estaban tocaban tierra y se movían hacia los hombres de URUK, los disparos de los cañones, destrozaba su avance pero estos hombres eran tanto que los disparos no parecían afectarles no dejaban de llegar por toda la playa, ALVARO disparaba sus arcos pronto había agotados todas su monición, mientras avanzaban los piratas gruñían palabras que era imposible de entender, los múltiples combates empezaron a nacer en torno a las playas, como perros salvajes los piratas caían sobre los hombres, los disparos de los cañones fueron detenidos los piratas estaban tan cerca que era inútil, los hombres de URUK eran jóvenes fuertes y valerosos, aguantaros lo más que pudieron pero los piratas no dejaban de llegar por todas partes,
–retrocedan a la ciudad ordeno ALVARO a sus hombres,
Los cañones fueron tomados por los piratas y usados en contra de las fuerza de Uruk, los disparos ahora iban dirigidos contraria, los piratas se repartían toda la playa su avance era sangriento y cruel
El BLANCO fue unos de los últimos en tocar tierra sus hombres estaban por todas partes, algunos ya asediaban la ciudad, los soldados de Uruk se reagrupaban en las principales calles de la ciudad, el escándalos y los disparos de los cañones cada vez estaba más cerca. ALVARO y SANTO THOMAS, montaban sus caballos mientras a sus espadas estaba la última línea de defensa de la gran URUK,
–quémenlo todo se decían los piratas unas a otras cuando entraron a la ciudad, algunos hombres de Uruk miraba con tristeza otros con furia como aquellos pirata provocaban incendio en las casa,
–si los dejamos pasar llegaran a la fortaleza donde están nuestra mujer, nuestra familia, nuestra vida, dijo ALVARO a todos los soldado de Uruk,
–hay viene
EL BLANCO venia al frete su arma era un enorme Mazón, pero este hombre era tan grade que su arma la movía como una ploma y eso lo probo aplastándole la cabeza a un soldado que se encontraba en el suelo,
–no tengas miedo de ese imbécil he visto a hombres más grande caer dijo ALVARO
Los dos grupo estaba casi frete a frete solo una pequeña distancia los separaba, la CABALLERIA de Uruk tomaba posición mientras la ciudad ardía y estaba siendo saqueada por los pirata, el BLANCO no dejaba de moverse, sus hombres lo seguían a poco a pasos, cuando estuvo cerca de los hombres de Uruk busca al rey con su mirada, luego desvió la mirada a la gran fortaleza que estaba alas espada de la caballería
–así que tengo que matar a todo tus hombres para llegar hacia a ti maldito cobarde, no es ningún problema dijo el BLANCO, mientras tomaba una lanza y con todas su fuerza la tiro clavándola en uno de los jinetes que estaban muy cerca de SANTO THOMAS, esta acción provoco el estallido de todo contra todo, la caballería y los piratas salieron a matarse,
Muy lejos de la destrucción, el pequeño LEONARDO buscaba a su abuelo era la única persona que lo trataba bien, el resto de sus familia lo trataban como un leproso eran hipócritas cuando el señor JOAQUIEN estaba presente lo trataban con dulzura apenas daba la espada lo trataban con odio, en la ciudad se decía que ese niño estaba maldito igual que la hija del rey por culpa de eso dos era que los piratas había venido y lo destruían todo, su abuelo llego con un gran número de hombres armado hasta mas no poder, las mujer calentaban grandes calderos de agua, los hombres discutían que debían de hacer, uno quería quedarse para defender su hogar otro querían unirse para defender la ciudad, los ruidos de los cañones llegan por todas, los niños estaban aterrados y las mujeres agitadas, los miles de barco que reposaban en la distancias las infundía temor había grupos de hombres que salían de estos navíos,
–desde el norte viene otro ejercito puede que sea nuestro rey pero no estoy seguro dijo el hombres del sombrero.
–en estos momentos nuestra ciudad cae padre debemos unirnos a la defensa y resistir hasta que nuestro rey llegue
–la ciudad está perdida, dijo el señor JOAQUIN con tristeza, pero aún podemos hacer daños al enemigo, escuchen con atención, miles de malos hombres en estos momentos destruyen la ciudad podemos atacar su barcos y destruirlos no escapar de estas tierra no sin antes pagar por lo han hecho, esa tal hermandad es fuertes aguantara los más posible, también en la fortaleza las personas deben de estar oyendo, esto es lo que haremos destruir sus barcos tomar sus armas y disparar hacer todo el daño posible y si ese ejercito del norte es nuestro rey habremos sobrevividos,
Los hijos de JOAQUIEN estaban complacidos con las ordenes de su padre, la gran casa donde estaban todos reunidos era grande tan grande que parecía un palacio, los hombres de estas casa eran valientes y jóvenes, con ganas de buscar experiencias, todo alistaban sus espadas otros fueron a listar los botes para llegar por donde sus enemigos no los vean. Todo estaban listo para partir el señor del sombrero llevaba un hacha de doble filo,
–abuelito dijo el pequeño LEONARDO, no me dejes solos
JOAQUIEN se detuvo el resto de hombres que lo seguían también lo hicieron
–ven acá pequeño dijo su abuelo extendiendo los brazos
–no me dejes solo abuelo si tú te vas yo voy contigo
–no puedes acompañarme mi niño debes quedarte aquí con tu familia
–no son mi familia respondió el niño con lágrimas en los ojos me culpa a mí por algo que no hice abuelo, dijeron que apenas te vayas me entregaran a eso piratas y ellos harán cosas fea conmigo
El señor JOAQUIEN miro a su esposa con rabia sabía que era ella la que se había encargado de que todos odiaran al niño,
–nadie decide como comienzas tu historias chico pero si puedes decidir cómo terminaran
JOAQUIEN llamo a su hija mayor este llego enseguida,
–tomaras mi lugar hijo mío dijo el hombres del sombrero
Concepto de obligación: Vínculo jurídico que existe entre un acreedor y un deudor, en donde este último debe cumplir una prestación de dar, hacer o no hacer
Elementos de la obligación
1. Sujetos
Sujeto activo (acreedor): Es quien exige el cumplimiento de la prestación Sujeto pasivo (deudor): Es quien debe cumplir la prestación
2. Vinculo jurídico
Herramienta que el Estado le da al acreedor para embargar o secuestrar los bienes del deudor para que haga cumplir la prestación
3. Prestación
Es a lo que esta obligado del deudor, puede ser de tres formas
DAR:
❖ Latín “dare”: Dar dinero o deber dinero
❖ Transferir del dominio (cuidar los bienes hasta el momento de la entrega) HACER: Realizar algo con un fin, es decir, la prestación de un servicio NO HACER: Abstenerse de hacer algo
Objeto de la prestación (Es sobre lo que recae el bien)}
Depende de la misma, ejemplo: Si la prestación es dar dinero, el objeto es el dinero
Requisitos para que se de el objeto de la prestación
-Debe ser posible: Posibilidad jurídica y material, nadie esta obligado a lo imposible
-Tiene que ser conforme a la moral y a las buenas costumbres: Esta moral es la moral social, elástica como un caucho, estira de acuerdo al interprete
-Que sea determinado o determinable: Ejemplo, 2 toneladas de yuca es lo determinado y la cantidad de yuca que entra al salón es determinable
-Debe ser susceptible de ser avaluable en dinero: Si no se cumple la prestación, puede utilizarse para la indemnización de perjuicios
-El objeto de la prestación debe exteriorizarse: Es decir, que debe ser susceptible de ser controlado por otra persona pero padre
–no discutas ya saben lo que tiene que hacer cuida a tus hermanos, yo volveré lo antes posible,
El señor JOAQUIEN monto al pequeño LEONARDO en su espadas y salió hacia la gran fortaleza, En su camino el horro y la destrucción estaban hasta mas no poder los gritos de los heridos hacía sentir miedo al pequeño LEONRADO, la candela que consumía las casa de los habitantes desprendía un fogaje tuvieron que coger el camino más largo toda la ciudad estaba bajo el dominio de la violencia el sonido de acero contra acero reinaba por todas partes,
–abuelito dijo el niño temeroso
–no tengas miedo pequeño yo no voy a dejar que te pase nada
–abuelito porque los humanos somos tan malos
–jajajaja no somos ni muy buenos ni muy malos pequeño a veces la vida no los dejas otras opciones que usar la violencia para defender lo que amamos
–pero porque eso hombres destruyen la ciudad donde hay amor en eso
–el amor al dinero niño.
Alas espadas de la gran fortaleza estaba ubicado el pantano, el lodo mal oliente y los reptiles se divisaban a lo lejos, los años ya pesaban al hombres del sombroso llego muy agotada a su objetivo la gran fortaleza era tan alta que las nubes coqueteaban con su limites, el pequeño niño miro hacia arriba , mientras su abuelo buscaba la entrada secreta, palpaba con su mano las piedras puntiagudas que estaba por docenas en todo el lugar hasta que por fin toco la correcta, una pequeña cueva se habría entre los murros, el niño y el viejo pasaron agallados, se adentraron ala gran fortaleza que estaba repletas de rostros temeros la influencia del viejo le hacía abrirse paso por todas la multitud, el hombres del sombrero pregunto por la orden del cóndor, un soldado le dijo que estaba en la sala del consejo del rey había dado órdenes de evacuar la fortaleza,
–no hagan eso protesto el señor JOAQUIEN dejen me hablar con la hermana del rey luego veremos qué pasa
Los soldados encargados de cuidar las escaleras dejaron pasar al hombre con su nieto
–espérame aquí dijo el hombre del sombroso a LEONRADO
Malena se encontraba observando una mapas con el más viejo de la orden
–el camino a seguir es claro dijo CHANO los caminos subterráneos no llevaran lejos del –combate tendremos el tiempo que ALVARO y SANTO THOMAS nos den
–que pasara luego que lo abandonemos todo a donde vamos a ir donde llevaremos a nuestra pueblo
El señor JOAQUIEN toco la puerta de la gran sala, luego entro lo primero que se diviso fue su gran sombrero, el más anciano puso un buen gesto apenas lo vio, la mujer morena lo observo como tratando de recordarlo
–detenga la huida fue lo primero que dijo a los dos que lo miraban
–que gusto verte dijo el más viejo
–no hay nada en gusto en verme CHANO dijo el señor JOAQUIEN, diles a las personas que detengas la evacuación
–de que hablas respondió la mujer morena, acaso estas ciego no ves la guerra que hay allá fuera,
–la veo claramente niña, por eso te dijo que vamos a sobrevivir a esta, tu hermano esta en las puertas de URUK con toda una legión de hombres del valle
–como lo sabes pregunto la mujer ingenuas
El pantano habla niña, las criaturas que habitan en el pronuncian la llegada de tu hermano con su miles de hombres
–te has vuelto loco anciano respondió la mujer morena
–escúchalo MALENA ese viejo nunca se ha equivocado porque crees que tu hermano lo valora tanto
–creaturas del pantano se mofo la mujer morena, no podemos dejar la vida de nuestra gente en solo susurros, incluso si mi hermano esta en las puerta de la ciudad abra sido tarde, todo lo han quemado nuestra gloriosas ciudad esta convirtiéndose en polvo
–nuestra reino no están en las edificaciones y en las enorme esculturas ni siquiera es esta gran fortaleza son las personas niña, son los guerreros que ahora mismo están dando su vida mientras nosotros hablamos, nuestro reino es tu hermano, tu, el mis hijos todos somos partes del reino no están edificaciones incluso los seres que habitan en el pantano son parte de este reino
–qué pasa si mi hermano llega tarde solo encontrara los cadáveres
El hombres del sombrero camino hacia una ventana miro desde lo alto la orgia de violencia que estaba en el camino que llegaba a la gran fortaleza
–ven acércate dijo el hombres del sombrero
La mujer confundida hizo lo que el hombre le pidió
–son hombres de URUK, guerreros por naturaleza, resistirán incluso se unirán ala venga que tu hermano desatara sobre los invasores.
ALVARO hay matado a tanto que hay perdido la cuenta su hermano SANTO THOMAS lo seguía de cerca, los piratas no dejan de atacar el BLANCO con su gran arma destrozaba los cuerpos de los hombres que se le acercaban, SANTO THOMAS lo miraba con odio, para llegar hasta el hombre negro tuvo que liquidar a dos piratas que estaba en su camino, quería tomar por sombrosa, al BLANCO extendió un fuerte golpe con su espada, pero el hombre negro lo detuvo con facilidad, se miraron frete a frete SANTO THOMAS luchaba por mantener la presión de su arma, mientras el pirata de sonreía
–donde está tu rey pregunto el pirata, liberándose del asedio del hombre de URUK
SANTO THOMAS continuo atacando y atacando, el blanco esquivaba sus ataques y cuando tuvo la oportunidad clavo la punta del Mazón en un costado del ombligo de santo Thomas
–donde está tu rey pregunto de nuevo el pirata,
Mientras impostaba más la punta hacia dentro el hombre de URUK luchaba por mantenerse de pie, un ataque feroz hizo que el pirata retrocediera, santo Thomas puso una rodilla en el suelo,
–estas bien pregunto ALVARO sin míralo, tenía la vista clavada en el pirata
–esto no es nada respondió SANTO THOMAS levantándose poniendo una mano en la herida
Los dos hermano estaba dispuesta atacar al pirata cuando avanzaron el sonido de un cuerno los detuvo, el sonido no cesaba luego hubo un breve silencio, los piratas y los hombres de Uruk contemplaron al noreste, como un rayo de sol que penetras las nubes nubladas, el rey LIAM salto sobre el fuego tras de el venían tanto hombres que era imposibles contarlos, los piratas sin formación trataron de frenarlo pero fue inútil, los hombres del valle atravesaban los cuerpos de sus enemigos con lanza,
–mantengas la posición ordenaba el BLANCO, miro al rey con una emoción siniestra, los ciento de piratas que llegaban desde las playas tomaron posición, los hombres de URUK continuaron con su lucha con la moral hasta el cielo, ALVARO tomo a SANTO THOMAS y lo llevo adentro de la gran fortaleza, dejando todo un infierno atrás, al atravesar las puerta el sonido se acero contra acero no se detuvo, uno soldados llegaron para ayudar a carga a su hermano,
–donde esta MALENA pregunto ALVARO
–se encuentra en una reunión con el viejo brujo
ALVARO le importo las palabras que le dijo el soldado subió a ver a la mujer morena, miraba desde la ventana como los piratas seguían amontonándose casi en la entra de la fortaleza, los hombres que hay estaba para defender el paso resistieron lo más que pidieron, pero los piratas los asesinada, ALVARO acelero su paso, muchos soldados bajaban las escalera que el subía
–bloquen la entrada ordeno ALVARO uno de los soldados que paso a su lado
Los hombres que estaban dentro de la fortaleza con todas sus fuerza bloqueaban la entrada, los piratas la golpeaban con agitación, luego se escuchó un fuerte disparo, que destrozo pedazos de la puerta
–debemos tomar ese castillo ordeno el BLANCO mirando como los hombres del valle arrasaban a sus piratas, otros disparo callo sobre la gran puerta, haciendo un ha bujero en ella, el primer pirata que entro fue recibido con una fecha en su cráneo, pero eso no detuvo el avance de los demás que venían tras el, pronto la gran fortaleza estuvo invadida por estos malos hombres la guerra se estaba llevando a cabo en todas partes la de la destruida ciudad de URUK
–han entrado dijo unos de los soldado con espada en mano, protejan las escaleras no debe subir,
Los piratas habían de los hombres de valle y todos iban a la gran fortaleza, su número era tanto en momentos claves, el rey y sus hombres los estaba masacrando en las calle pero ellos estaba masacrando a sus gente en el templo de su poder, los piratas pasaron por el filo a muchos inocentes que estaba refugiados, pero no eran tanto las mujer y los niños estaba escondidos en las partes subterráneas, los últimos soldados que protegían la escalera cayeron antes los piratas pronto un buen número de estos hombre subía
–entra niño dijo unas de los mejores espadachines del reino al pequeño LEONARDO que hay ido a cuidar de la princesa , los piratas miraron a los doces hombres eran tan altos y musculosos que esperaron que llegaran más piratas para hacerles frente,
LEONARDO buscaba con su mirada a CAMELIA, la princesa estaba atrás del gigantesco cofre, parecía una maquina pensó el niño sin saber que significaba esa palabra
–princesa dijo el niño temeroso
CAMELIA salió de su escondite tenía los ojos muy rojo de tanto llorar,
–viniste dijo la niña con voz soñolienta
–soy un caballero jure protegerte mi princesa dijo el niño acercándose a ella,
–donde está mi papa pregunto la niña
–esta allá fuera avenido con los hombres del valle, respondió LEONARDO
–estamos a salvo
–aun no los piratas han tomado el castillo
Derrápeme se escuchó unos gritos hay matado a alguien, LEONARDO se puso al frete de la princesa, apretó su cuchillo y contemplo la puerta, sonidos indeseables se escuchas
–quedaste tras de mi dijo LEONARDO a CAMELIA
Los sonidos de violencias no cesaban aumentaba a cada momento, se escuchó como una pesada arma destrozo el cuerpo de alguien, paso un breve tiempo cuando golpearon al puerta luego la derivaron con un fuerte golpe, LEONARDO apretaba su arma con todas su fuerza vio a un hombre negro con una gran Mazón miro a los niños y luego al cofre lo contemplo con dulzura, era tan bello adornado con todo tipos de piedras preciosas y cubierto de oro solido tan grande que era imposible que solo hombre pudiera ponerlo entre sus hombro, el señor JOAQUIEN llego con MALENA Y ALVARO a la habitación de camelia, miraron al BLANCO, la mortandad de cadáveres que estaba en la entrada de aquella habitación le revolvió el estómago a la mujer morena el suelo estaba manchado de sangre,
–LEONARDO ven aquí dijo el hombre del sombrero pero el niño no presto atención a sus palabras seguía empuchando la daga con camelia tras el
ALVARO avanzo como si el pirata fuera una serpiente venenosa, el señor joaquien lo siguió la tención era tanta que cualquier movimiento desataría el enfrentamiento
–ya basta de muerte dijo la mujer morena vete de aquí le dijo al BLANCO
–me voy con lo que es mío dijo el pirata mirando a la niña y al cofre
–no, lo podemos permitir respondió ALVARO
–entonces han elegido la muerte respondió el pirata, lanzo un monstruoso ataque al más joven de la orden este lo esquivo como podo pero más golpes seguían dirigidos hacia él, el señor Joaquín saco a los niños de ahí mientras ALVARO entretenía al pirata, uno de estos golpe fue dar al gran cofre fue tan fuerte que le arranco pedazos de oro del gigantesco objeto , el valioso metal que do tirado por el suelo, ALVARO aduras penas atacaban, MALENA cubrió los ojo de los niños mientras el señor Joaquín se unió al combate, el pirata era muy ágil con su arma, para él era tan ligera que la movía a una velocidad agramadora, el señor Joaquín dio unos cuantos golpe en la cara del blanco pero no eran suficiente para derivarlos, el BLANCO le dio una pasada cuando estuvo muy cerca del hombre del sombre que retrocedió, el pirata se concentró en acabar con ALVARO, la espadas del más joven freno un ataque pero lo tiro al suelo el pirata estaba sobre el tiro, un golpe mortal sobre el chico pero JOAQUIN lo freno con su cuerpo, tirándolo a un costado tenía el camino libre para matar al más joven de la orden pero dos piratas llegaron y avisaron los hombres del valle estaban muy cerca y tenía que salir
–los veremos pronto dijo el BLANCO a ALVARO,
Los piratas salieron a toda prisa
–LEONARDO se lanzó sobre el cuerpo moribundo de su abuelo que tenía todo el estómago destrozado
–abuelito, abuelito dijo el niño con lágrimas en sus ojos
–Porque hizo esto por mi señor dijo LAVARO acercándose al viejo del sombroso
–aun tienes un papel muy importante en esta historio chico dijo el señor JOAQUIN
–LEONARDO no llores por mí iré a un lugar mejor, mejor cuida mucho de ti aun te falta mucho mi niño
La sangra salió por la boca del hombre del sombrero y pronto cero los ojos.
El BLANCO y sus hombre bajaban las escaleras iban camino ala salida pero los hombres del valle estaban estrado buscaron otras salida buscaron por todo el lugar hasta que por fin vieron salida por la parte de atrás, uno de los piratas se cortó con las piedras puntiagudas, los tres hombres miraron el pantano, uno de ellos se susto mucho y desvió la mirada
–debemos llegar a nuestro barco hemos fallado dijo uno de los piratas que acompañaban al blanco,
La solo idea de huir lo llenaba de ira y odio Asia estas tierra, sus jefes lo llamarían cobarde por huir dos veces, pero no tuvo otras opción miro con sus hombres estaba siendo masacrados, por ultimo vio al rey
–te juro por dios que voy a matar a ese hombre dijo el BLANCO
El camino hacia sus barcos estaba de enemigos, no eran los únicos piratas que huian muchos de sus hombre escapando de la guerra que se había trasformado en masacre, gracias la destrucción de la ciudad pudieron mover , había tomado el camino más largo para llegar sus naves, pero grande fue su sombrosa al ver como los miles de barcos en su mayoría estaba siendo destruidos por los hijos del señor JOAQUIN,
–juro que volveré dijo el pirata esto no se va aquedar así,
De los miles de barcos invasores que habían llegado solo pocos regresaron y para la mala suerte del reino costeño la guerra apenas empezaba
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