Un pequeño paseando por una playa,
oía extasiado el eco del sonido marino de una caracola,
y en sus profundos recuerdos,
oía su llanto al nacer,
sentía la sonoridad del ímpetu del mar,
lo embelesaba la suave golpe de una ola llegando a la orilla,
y un grito en la lejanìa sin dueño.
Veía a lo lejos a dos enamorados tumbados en la arena,
él con la caracola al oído cual altavoz,
les escuchaba decirse te quiero.
Percibía el sonido del lento caer de un hoja en el agua,
sentía la suave brisa mover su pelo
percibiendo los sonidos del silencio,
recostado en la arena,
a él llegaba el rugido del mar…reclamando su caracola.
🖌Arturo Ezquerro
Caminar, sentir y escribir
Agosto/2022
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