Astuta sensibilidad
Afilada percepción,
mal augurio y austeridad
mi condena y mi bendición.
Sentimientos que emanan
de las rocas inertes,
lloran las flores sin razón
entre el bullicio de la gente.
Y yo, presa del vaivén de mis latidos,
esclava de la sentencia dictada
por este corazón afligido,
dueña de un destino que no es mío
y que nunca fue mío,
sólo puedo cantar
siempre al ritmo de sus quejíos:
canciones tristes que nadie quiere escuchar,
poemas de amor sobre gente que sólo sabe odiar,
cánticos de paz y libertad
que sin remedio precederán
al anunciado fin de la humanidad.
Y yo, que sólo soy una mortal más
con ansias de utópica armonía
sufro por todos aquellos
que como a mí esta vida les dolía.
Cada lágrima que cae en el mundo,
cada rosa que crece con sus espinas,
ese beso de amarga despedida,
la sonrisa de una triste niña;
La belleza de lo horrible,
la crueldad de lo admirable,
la vida y sus perfiles
que al gusto nunca pueden perfilarse.
Todo lo que habita en mí
es sentido
y todo lo que siento
sólo puede existir en mí,
porque sólo siente así
el que de verdad ha vivido.
OPINIONES Y COMENTARIOS