Escritos de una tristeza

Esta obra es un experimento que trato de hacer, no está editado, ni separado por capítulos, la obra no está terminada en lo absoluto y tampoco es el trabajo final de este episodio. 

En una noche de truenos y lluvia torrencial Charlotte una pequeña de nueve años estaba en su habitación sentada en el borde de su cama con los dientes rechinando entre sí, la mirada abierta y fija al suelo, cada tejido de su piel temblando de ira y dolor, se sentía nerviosa, frustrada e iba perdiendo de a poco la razón, estaba asustada en ese momento, tanto que sus lágrimas desbordaron de sus ojos aún cuando ella hacía lo posible para impedirlo, el nudo en su garganta era asfixiante y le era imposible hablar, su mirada se tornó borrosa, sus pupilas comenzaron a dilatarse y sus ojos andaban irritados. Se levantó en dirección al balcón, abrió la puerta y dejó ingresar la bestial brisa que arrastraba sus lágrimas saladas, sintió con claridad el golpe de las gotas de lluvia manipuladas con la fuerza del viento helado que comenzaron a golpear como cuchillas el pequeño, pálido y blando cuerpo de Charlotte, ignoró el dolor físico y se agarró de la barandilla con todas sus fuerzas, tomó tanto aire como pudo y exhaló un grito que dejó escapar su alma y pena pero, a pesar de ese aullido de dolor, el sonido de la lluvia y los trueno pudieron vencer la desesperación de aquella niña afligida. Entró a su habitación toda empapada y observó con detenimiento que sobre su escritorio había un estilete, en su mente retorcidos pensamientos la atacaban «si muero ya no volveré a sentirme así jamás« y sin pensar dos veces cogió el estilete y con lágrimas en sus ojos y una sonrisa en su rostro exclamó ´´perdóname Ana´´. Charlotte se derrumbó en unos instantes y podía observar su sangre recorrer el suelo hasta que su vista empezó a nublarse, en ese instante la puerta de la habitación se abrió dándole acceso a unos pies borrosos era una persona que ella no alcanzaba a distinguir, pero alcanzó a escuchar una dulce voz llena de pena ´´ ¿qué has hechohasta que todo oscureció y la nada invadió el escenario.

Cuando la pequeña Charlotte abrió los ojos se dio cuenta que estaba en un lugar distinto al que se encontraba hace cinco minutos; acostada en una cama de sábanas blancas y conectada a un suero con medicamentos que llegaban directo a sus venas lastimadas disolviéndose así en su sangre, se percató que a un lado dormitaba su hermano mayor, Mauro de dieciséis años. Delicadamente Charlotte intentó sentarse pero su cuerpo se tornó pesado, Mauro volvió en sí y al ver a su hermana despierta inmediatamente fue a buscar a la enfermera.

__ ¿se encuentra mejor señorita?__ dijo la enfermera ni tan emocionada ni tan desinteresada, vestía una bata blanca del mismo color que el gorrito blanco sobre su cabeza, el cabello bien recogido con una rosca, uñas largas y pintadas de rojo, tenía un excesivo maquillaje, y unas cuantas arrugas que aún con tanta base y rubor sobresalían de su rostro.

_ ¿Cuánto tiempo llevo aquí?__ preguntó Charlotte con la voz aun adormilada e ignorando la pregunta de la enfermera. Un ligero dolor recorrió su lado izquierdo de la cabeza causándole mareo.

_ Llevas dos semanas en este hospital _ respondió Mauro con una voz tan dulce y seria a la vez, tenía unas ojeras marcadas en sus hermosos ojos verde esmeralda por pasar mala noche en el hospital.

_ ¿¡dos semanas!?__ reaccionó la pequeña incrédula por las palabras de su querido hermano mayor. Mantuvo la mirada en esos ojos esmeralda mientras la enfermera hacía el chequeo del estado de salud

_ Bueno, me retiro ya que veo que se encuentra mejor, hare que le traigan la comida ya mismo, si necesitan algo más me avisan _ dijo la enfermera una vez terminada la inspección 

_ Muchas gracias _ le dijo Mauro a la enfermera, ésta lo miró de arriba a abajo sonrojándose como si le hubiese dicho un cumplido, exclamó con una voz sutil __ jajá, no hay de que, después de todo es mi trabajo _ la enfermera toda coqueta mostró una sonrisa en su rostro que le asentaba más las arrugas mientras se retiraba de la habitación toda excitada.

Mauro volteó hacia su hermanita y vio que estaba con la cabeza gacha y la mirada perdida.

Charlotte inconscientemente dejó escapar un susurro ´´cómo es posible se supone que yo debería estar…´´ Mauro al ver a qué se refería interrumpió abruptamente y sobresaltado dijo:

__ ¿muerta? ¿¡Eso es lo que querías!?¿Por qué haces algo así?__ su mirada se entristeció y se fijó en Charlotte muy apenado por lo que ese inocente ángel había llegado a hacer, ella alzó la mirada y percató a su hermano con un semblante arrepentido, pero de inmediato bajó la mirada y neciamente reaccionó diciendo:

_ Tú qué sabes si hubieras estado en mi lugar también hubieras hecho lo mismo además, ni siquiera estabas aquí para ayudarme cuando más te necesitaba.

_ sabes que estudio en el extranjero y que solo salgo los feriados _ desconcertadamente le recalcó Mauro a su querida hermana, sintiéndose en parte culpable por no haber podido detenerla y no estar presente en esos momentos que más lo necesitaba.

__ ¿y por qué estás aquí?__ cuestionó Charlotte con un puchero en su boquita pálida a causa del incidente anterior, mirando de reojo a su hermano, arrepintiéndose con la mirada por haberle alzado la voz.

Mauro sencillamente respondió de manera sutil, directa y muy gentil para no alterarla más de lo que ya estaba __ Porque recibí un mensaje indicándome que estabas en el hospital internada por haber perdido mucha sangre, hice lo imposible para poder coger un avión y venir a verte, después de todo eres mi pequeña hermanita y haría cualquier cosa por ti.

La pequeña al oír esas palabras desvió la mirada sintiéndose avergonzada y culpable porque es posible que expulsen a su querido hermanito por su gran estupidez; sin embargo un pasajero recuerdo invadió su mente traumatizada __ hermano, ¿crees que soy una molestia?__

Él Impactado por lo que dijo ese ángel se quedó sin palabras, sus labios temblaron, sus verdes ojos ilustraron todo su esplendor al quedar bien abiertos pero, luego sus dientes se golpearon fuertemente entre sí por el coraje, su mirada cambió y agachando la cabeza preguntó ´´ ¿Por qué me preguntas algo así?´´

La inocencia de Charlotte se demostró una vez más después de explicarle a su hermano la situación por la que había atravesado __ porque la otra vez mamá y papá estaban discutiendo y dijeron que yo traía muchos problemas para quien estaba conmigo, que nunca debí haber nacido, también dijeron que fue mi culpa que Ana…__ sin poder terminar su frase Charlotte sintió en la garganta esa piedra que nuevamente le impedía continuar, retuvo sus lágrimas su cara perdió expresión alguna e incluso hasta en sus radiantes ojos se fugó la luminosidad, aquel brillo que le daba alegría a todos los que la miraban ya no estaba.

__ ¡Basta ya! No digas más, esos dos no han cambiado nada desde que me fui__ dijo Mauro ardiendo en furia cual demonio__ Escucha bien Charlotte (Continuo pero con calma) tú no eres una molestia, eres una niña muy linda e inocente, sé que cuando te decides en hacer algo lo haces y mejor de lo que tú misma te lo esperas, eres súper inteligente y muy buena con todos, todos los que te conocen bien te quieren demasiado, así que no tienes que dejarte llevar por lo que nuestros padres digan de ti ya verás que algún día se darán cuenta de la increíble niña que eres.

Despojada de su nudo en la garganta y su corto pero intenso trauma Charlotte concibió el habla __gracias hermano pero no sé cómo lidiar con lo de Ana, la verdad es que si siento que es mi culpa lo que le ocurrió ya que si yo no…

Mauro la detuvo __escucha ya te dije que no es eso cierto, no fue tu culpa, la culpa fue de aquel conductor que no se fijó por donde iba.

__pero aun siento un cargo de consciencia__ todavía queriendo que su hermano la consuele.

__no te preocupes te ayudare con los problemas que tengas__ respondió él intentando aminorar la tristeza de su hermana y hacer que olvide aunque sea temporalmente ese tema.

la puerta se abrió y un señor con un charol lleno de comida entro y lo dejo sobre una pequeña mesa con ruedas que se encontraba en la habitación, una vez soltó el charol, miro a ambos, dijo gentilmente ´´Buen provecho´´ y se retiró, Mauro llevo la comida hasta Charlotte, se sentó a su lado, tomó la cuchara y le dio de comer, ella miro a su hermano y sonrió, abrió la boca y dejo que su hermano la alimente.

Mientras la pequeña veía un poco de tele su hermano fue a hacer el papeleo para poder darle de alta y llevarla a casa, después de unos minutos el mismo señor que había ido a dejar las bandejas fue para recogerlas y así entró y se llevó el charol con los platos sucios.

Con el pasar de unas cuantas horas entró al cuarto Mauro, se acercó contento a su hermanita y le sobó la cabeza.

__ ¿ahora si te sientes mejor ya que comiste?__ dijo alegremente.

__sí, casi me desmayaba__ respondió Charlotte en son de broma, contagiada de la alegría de su hermano empezó a reír por todo lo que él le decía, y así fue como la felicidad de su mirada regreso.

__jajaja me alegro porque tengo buenas noticias para ti__ dijo tan alegre como siempre Mauro.

__ ¿¡eh!? ¿¡Enserio!? ¿Y cuáles son? dime, por favor__ curiosamente respondió Charlotte.

__a las cuatro ya puedes salir del hospital e ir a casa__ dijo Mauro con una sonrisa, pero dudoso de cómo saldrían las cosas.

__ ¿a casa?, pero… ¿y mamá y papá?__ dijo Charlotte preocupadamente

__ellos están en casa esperándote, no te preocupes yo hablare con ellos__ dijo Mauro tratando de persuadir a su hermanita.

__ ¿esperándome?__ dijo la pequeña Charlotte dudosa pero impactada. Mauro le pregunto ´´sí ¿por?´´ para ver si había acaso un problema peor de lo que creía; ´´por nada´´ fue lo que respondió Charlotte

Pasaron tres horas y ya eran las cuatro, sacaron a Charlotte en una silla de ruedas y la ubicaron en el auto. Mientras Mauro y Charlotte estaban en el vehículo no dijeron ni una sola palabra. Al llegar a casa salen del carro y abren la puerta de la casa, Mauro alza la voz y les indica a sus padres que ya llegaron su mamá se acerca y le indica a Mauro que su comida estaba en el microondas, también le recalcó que su padre no se encontraba en casa que se había ido a trabajar Mauro le dijo a su mamá que necesitaba hablar con ella y con su padre, la mamá lo miro fijamente y desvió la mirada hacia ella viéndola fijamente con los ojos entre cerrados .

_Ya traje a Charlotte se encuentra bien pero aún está débil, será mejor que descanse un poco _le dijo Mauro a su madre llevando a Charlotte tras de él. la Mamá se irguió, se volteó y dijo ´´está bien pero tu padre llega a las ocho, así que tendrás que esperar´´. Mauro simplemente dijo que no importaba, que iba a esperar lo necesario, mientras tanto iría con Charlotte para que descansase; subieron hacia la habitación, entraron Mauro ayudo a su pequeña hermanita a cambiarse de ropa, se acostó junto con ella en la cama y le conto un cuento, una vez que vio que Charlotte estaba dormida se levantó cuidadosamente, abrió la puerta y bajo, mientras esperaba a su padre se puso a leer uno de los libros de ficción que se quedaron en su antiguo cuarto. Mientras él leía su madre terminaba de arreglar la casa y así sin darse cuenta Llegaron las ocho y el padre llego el papá abrió la puerta y alzó la voz indicándole a su mujer que ya había llegado mientras se volteaba para dejar su saco en el perchero la Mamá se dirigió hacia el diciéndole que ya lo había oído y que su comida estaba servida Mauro se acercó a sus padres diciéndoles muy serio que necesitaba hablar con ambos, sus padres se sentaron en la mesa y se voltearon hacia donde estaba Mauro, el papá le pregunto impaciente qué es lo que quería decirles. Mauro los miro y empezó a decirles muy serio y directo que deberían tratar mejor a Charlotte les dijo y recalcó que ella no tenía la culpa de lo que le había ocurrido a Ana. Su madre alterada le dijo _ ¿¡cómo que no tiene la culpa!? Fue por ella que atropellaron a Ana, pobrecita tu hermanita apenas tenía 5 años y Charlotte le quita la vida como si nada.

Por qué defiendes tanto a Charlotte si después de todo Ana también era tu hermana_ dijo su padre mirándolo tan enojado y sin una pisca de arrepentimiento.

Aquellas palabras de ambos sin duda llenaron a Mauro de enojo impulsivo, la sangre le hirvió, sin embargo se tranquilizó la defiendo porque Charlotte apenas tiene nueve años y ustedes fueron quienes dejaron a ambas andar solas por la calle, solo le quieren echar la culpa Charlotte porque saben que los verdaderos culpables son ustedes dos dijo Mauro intentado suavizar su voz para no sonar tan grosero. ¡Eso no es cierto!
_Grito su madre tapándose los oídos al mismo tiempo.

_Saben que lo es, y tienen tanto cargo de conciencia que buscan acusar a otro para evitar sentirse tan culpables, pero lo que más me da coraje es que eligieron culpar a Charlotte aprovechándose de que ella estaba con Ana; no saben lo mal que la hacen sentir tratándola de esa manera, tuvieron que esperar hasta este punto para darse cuenta que se sentía mal; la pobre Charlotte se siente insegura incluso hasta en su propia casa, su autoestima ha bajado demasiado ya no es la misma niñita alegre de antes, ya que todos los días después del accidente le recuerdan lo que ocurrió con Ana y le mienten diciendo que todo fue su culpa, no voy a permitir más esto, así que le pondré un alto. Dijo Mauro explotando de la ira por la hipocresía que emanaba de sus padres.

Con qué permiso, yo que sepa tú no tienes autoridad sobre esta casa, así que si no paras de hablar te tendré que pedir que te marches respondió su padre neciamente sin querer reconocer su error.

_si no recapacitan de lo que han hecho tendré que alejar a Charlotte de ustedes y perderán a la única hija pequeña que les queda _dijo Mauro con un tono elevado, se marchó de la cocina donde estaban hablando y subió al cuarto de la hermana y al abrir la puerta la ve sentada en la cama llorando, preocupado de que se haya levantado por los grito y los haya escuchado se sentó junto a ella en la cama y le pregunta ´´ ¿Qué te ocurre?´´ ella observa a su hermano y le responde que tuvo una pesadilla, Mauro la abraza para tranquilizarla y más aliviado le pregunta ´´¿Qué fue lo que soñaste?´´; Charlotte lo abraza aún más fuerte y le dice que recordó cuando estaba con Ana jugando en el parque y fue a ver la pelota que cayó muy atrás de ella dejándola sola, recordó cuando al voltearse Ana ya no estaba hay parada si no que estaba en media calle acariciando un gato, el gato se fue corriendo cuando se aceraba un auto y ella no tuvo ni tiempo de pestañar cuando se dio cuenta que el auto ya estaba del otro lado y Ana tirada en el suelo toda ensangrentada. Mauro quedo atónito ante las palabras de la pequeña Charlotte, la toma de los hombros y le dice mirándola fijamente _escucha Ana se encuentra en un lugar mejor en estos momentos, las cosas ocurren por una razón, y tú tienes que descubrir cuál es esa razón.

_Hermano ¿puedes quedarte con migo esta noche? Así ya no tendré más pesadillas _le responde Charlotte a su querido hermano mientras se limpia las lágrimas con su pequeña mano. Mauro asintió con la cabeza y con una sonrisa en su rostro le dice que sí; le subió algo de comer a su hermana y la baño, le puso una pijama y Aquella noche Mauro durmió con Charlotte para que descansara bien, ambos durmieron abrazados y tranquilos. Al siguiente día Mauro se levanta, va al baño para lavarse la cara, se seca, abre la puerta y sale, baja las escaleras para dirigirse a la cocina y preparar el desayuno ya que ni su mamá ni su padre se encontraban al parecer fueron a trabajar. Una vez hecho el desayuno Mauro subió con un charol el desayuno de su hermana y el de él para acompañarla, después de todo ella no podía hacer mucho movimiento por aquel antecedente. Mauro ayudo a su hermana a comer mientras veían juntos televisión, ambos se reían por lo que comentaban y veían, pero una vez terminaron de desayunar Mauro ubico el charol con los platos sucios a un lado, y su expresión alegre cambio por completo por una de decepción, tomo las manos de Charlotte y la miro con unos ojos de tristeza, Charlotte confundida mira a su hermano y le pregunta ´´ ¿Qué ocurre hermano? ¿Estás bien?´´. Mauro la mira y muy directo le responde _No, Charlotte lamento comunicarte que hoy tengo que ir al aeropuerto para irme al instituto, después de todo, lamentablemente estuviste inconsciente durante dos semanas y con hoy ya sería un día más que no voy a estudiar, y aunque tengo permiso igual pierdo puntos. Charlotte no sabía cómo reaccionar sus ojos estaban fijos en la mirada de su hermano sin embargo su mente estaba en blanco, no sabía si rogarle que se quedara un tiempo más o fingir que estaba bien y dejarlo ir, así que aunque en realidad le doliera saber que su hermano se volvería a marchar de su lado saco su mejor sonrisa fingida y le deseo un buen viaje pensando que lo hacía por el bien de su querido hermano. Pero descuida según tengo entendido es la vecina quien te cuida cuando te quedas sola ¿cierto? dijo Mauro cambiando su decepcionante rostro con la misma actitud alegre de siempre, Charlotte simplemente asintió con la cabeza y aun con esa sonrisa que le costaba mantener intacta bien perfecto yo ya me encargue de ello y le explique que pastillas eran las que te tenías que tomar y a qué hora, le pedí que te ayudara a vestirte y a bañarte debido a que te encuentras débil ya le explique todo lo que necesitara saber si se me olvido algo tú se lo dices ¿de acuerdo? continúo Mauro, mientras Charlotte seguía asintiendo tristemente, ´´De acuerdo´´ dijo Charlotte resistiéndose a las lágrimas que querían desbordar. Ambos se ducharon y se alistaron fueron a donde la vecina quien los acompaño al aeropuerto para que Charlotte se pueda despedir de su único y más querido hermano mayor, en los últimos momentos lo máximo que pudo hacer fue darle un abrazo tan fuerte como ella podía en ese momento a pesar de su debilidad, no pudo evitar sonar destrozada cuando le dijo ´´Adiós hermano´´. Él la abrazo no tan fuerte por el miedo de poder lastimarla sin embargo sus últimas palabras fueron tan profundas que fue la gota que derramo las lágrimas de Charlotte, las cuales empaparon la camisa azul de su hermano, ambos se soltaron, Mauro expulso su última sonrisa de aliento para animar a la desamparada Charlotte quien al verlo se limpió rápidamente las lágrimas necias que salían sin permiso. Mauro se dirigió hacia el pasillo donde una vez atraviese la puerta de salida volverían a estar separados por muchas y muchas millas de distancia, ese momento paso tan rápido que en tan solo un abrir y cerrar de ojos Charlotte ya se encontraba en el taxi con la señora que la estaba cuidando, ella sentía que necesitaba un momento sola para poder gritar lo más fuerte posible y desahogarse en un grito de horror, desesperación y pena, sentía a su alma gritar y llorar de decepción y angustia; se quedó todo el camino viendo hacia el cielo esperando un milagro que le regresara a su hermano tan pronto como pueda, una vez llegaron a casa la señora Deníse preparo la comida, Charlotte estaba acostada en el sofá haciendo como si viera televisión cuando en realidad ni siquiera recordaba en ese momento cuál era su nombre, su mente estaba en la nada, ya ni sabía que pensar, no sabía si llorar, gritar, reír no hacía nada más que pestañar. Pasaron las horas y la pobre Charlotte no se había movido para nada desde el lugar en que se quedó cuando su hermano se marchó. Eso de la una y media de la tarde la señora Deníse llama a Charlotte para almorzar, al darse cuenta que no se movía se acercó y le pregunto que le ocurría Charlotte reaccionó y volteo el rostro con una sonrisa en él y dijo ´´no es nada, solo tengo hambre, ‘’gracias´´ Charlotte se levantó suavemente del sofá la señora la quedo observando con preocupación, trato de animarla pero las sonrisas de aquella delicada y frágil niña no eran nada mas que lágrimas de cocodrilo, esa escena era como ver a una nieta que finge asombrarse del mismo truco viejo de su abuelo, y claro el abuelo lo notaba, en este caso la señora Deníse pero sin embargo no se le ocurría algo mejor que hacer. Las horas pasaron, llego la noche y la pequeña niña subió a su recamara a descansar, la vecina ya se había marchado a su casa la hora de cuidarla ya había pasado, esa noche sus padres nunca regresaron Charlotte paso la noche sola en su casa, mientras duraba la luna en el cielo la mente de tan tierna criatura no descanso y paso llorando sobre las almohadas que acomodaban su cabeza, su rostro se humedeció de tanto llorar, sus labios se secaron, sus ojos se hincharon y la almohada quedo totalmente mojada de dolor, tristeza y desesperación, a unos minutos de salir el sol los rojos ojos de Charlotte se cerraron como almejas tratando de defender su más preciada pertenencia.

_ ¡despierte señorita! ¿Está bien?_ Se escuchó una dulce voz que llamaba a su nombre pidiendo que reaccionara, Charlotte trato ver de quien era esa melodiosa voz; al abrir sus ojos vio frente a ella a la preocupada señora Deníse.

_Señorita que alegría ver que se encuentra bien, no sabría qué hacer si algo le terminaba pasando, su hermano hubiera estado preocupado como la última vez _Dijo Denise sin parar de temblar y suspirar.

_Estoy bien, no tienes de qué preocuparte _dijo Charlotte más para callarla que para tranquilizarla. Deníse guardo silencio y dijo que bajara a comer, Charlotte le preguntó la hora y ella le respondió que eran las tres y media de la tarde, Denise se retiró y la pequeña Charlotte quedo sentada en su cama del mismo lado que aquella noche en que se cortó sus finas venas, Charlotte se levantó y antes de bajar a comer decidió tomarse una relajante ducha para quitarse algo de la pesadumbre de anoche, una vez salió del baño se quedó mirándose en el espejo y vio su rostro pálido, sus labios morados y sus ojos opacos y oscuros, se tocó cada parte de su rostro con sus suaves yemas de los dedos, su expresión no cambiaba seguía tan fría y despistada, bajo su mano y se retiró del cuarto, se dirigió a comer lo que la vecina le había preparado y una vez termino se fue a su habitación y se volvió a encerrar quedándose ahí durante el resto del día, a pesar de que la llamaron a comer tanto para el almuerzo como para la merienda ella no salió ni respondió, al tratar de escuchar a través de la puerta se oía un preocupante vacío en el cuarto sin embargo no había nada que hacer más que esperar.

Sus padres llegaron en la noche, ya la señora Deníse se había marchado y Charlotte seguía encerrada en su habitación sin decir palabra alguna, sus padres ni siquiera preguntaban por ella simplemente siguieron su camino, fueron a su habitación y se quedaron ahí, ya en la madrugada Charlotte salió a comer debido al hambre que tenía, al abrir la puerta de su cuarto escucha ruiditos que provenían del cuarto de sus padres, la última vez que la inocente chiquilla había escuchado aquellos sonidos raros fue hace cinco años, en ese entonces tenía cuatro años y se levantó de noche para ir al baño y así mismo al abrir la puerta de su recamara escucho gritos que pegaba su mamá en su habitación, ella preocupada fue a abrir la puerta del cuarto de sus padres para ver qué era lo que pasaba, al ver tal escena, cerró la puerta sigilosamente sin que ellos notaran que estuvo allí y fue corriendo enseguida al cuarto de su hermano a llorar, Mauro se levantó sorprendido al ver a su pequeña hermana tan asustada él creyó que la sensible Charlotte había tenido una pesadilla y a pesar de la hora se puso a consolar a su hermanita hasta que quedara totalmente dormida. En esta ocasión optó por seguir su camino y no toparse con lo mismo de nuevo bajó hacia la cocina y calentó su comida, una vez termino lavo sus trastos y fue de nuevo a su habitación hasta que amanezca, se quedó fijamente mirando hacia el cielo a través de la ventana de su habitación esperando una señal de salvación, se quedó pensando en su eterna soledad y su supuesta libertad, quedo detenidamente observando las luminosas estrellas que estaban muy lejos de ella y el cielo que mientras más oscuro se tornaba significaba que más cerca estaba el amanecer, llegaron las seis de la mañana en tan solo un pestañar, sus padres se retiraron a trabajar como siempre, Charlotte quedaba sola en la casa durante tres horas hasta las nueve que es cuando llegaba la señora de al lado a cuidarla, pasaron las horas y llegaron las diez y media del día y la señora Deníse aún no llegaba Charlotte tomo una ducha y se vistió para salir un rato de casa e ir a ver por qué no iba la vecina, una vez llego a su puerta toco el timbre unas tres veces detenidas y en casi seis minutos se escucharon pasos que se acercaban a la puerta para atender a quien estará afuera, una muchacha alta y blanca de cabello claro y largo, con unos ojos grandes y claros que parecían mirar a través de uno abrió la puerta, estaba llorando y con la voz entrecortada pregunto ´´¿qué desea?´´ _¿se encuentra la señora Deníse?_ respondió la pequeña Charlotte con una voz de inocencia. La muchacha comenzó a llorar con más impulso hasta caer de rodillas al suelo.

_ ¿quién la busca?_ dijo la chica con lágrimas incontrolables y la voz rota.

Me llamo Charlotte soy su vecina respondió la chiquilla con una voz bajita y tratando de comprender la situación. La muchacha abrió aún más sus grandes ojos y miro fijamente a Charlotte, abrió su boca y emitió un pequeño grito seguido del nombre de la pequeña.

_tú tú eres… _ dijo la chica agarrando muy fuerte de los hombros a la indefensa criatura, Charlotte aguantó el dolor que le provocaban las uñas de aquella extraña penetrándose en su carne.

_ ¿Quién es Anastasia?_ dijo una voz masculina que se acercaba hacia ambas, Charlotte quedo viendo a la muchacha que no paraba de llorar y ver el suelo con sus ojos bien abiertos, una vez esa persona llego a la puerta, noto tal escena se acercó rápidamente a la chica y la levanto, miro a Charlotte y le pidió disculpas por las acciones de su hermana, la pequeña solo acentuó con la cabeza y quedo paralizada sin decir nada.

_ ¿qué se te ofrece?_ dijo el muchacho de cabello oscuro piel blanca tersada y ojos claros que animaban a cualquiera. Busco a la señora Deníse repitió inconscientemente Charlotte. Los ojos superficiales del muchacho se volvieron penetrantes y la miro detenidamente con los ojos entrecerrados ella es Charlotte dijo su hermana Anastasia volteándola a ver con una mirada depresiva, su hermano cerró los ojos y al abrirlos le pidió que pasara y lo siguiera, ella cruzo el dintel y lo siguió hasta llegar a un cuarto cubierto de sábanas blancas tanto en los sofás como en la cómoda, el televisor y sobre todo en la cama, Charlotte quedo viendo el bulto que estaba debajo de la sábana sobre la cama y luego miro a los dos hermanos, el muchacho se acercó hacia la sábana y le pidió a Charlotte que se acercara la inocencia y curiosidad de aquella niñita hicieron que sus pies se muevan uno tras otro hasta llegar a ver qué era aquel misterio que la tenía en duda, una vez estuvo frente a la cama el chico destapo el gran misterio debajo, Anastasia comenzó a llorar de nuevo y Charlotte abrió los ojos y sus pupilas se encogieron al ver el cadáver de la señora Deníse.

_ ¡Gustavo ya cúbrela! _dijo Anastasia en un grito desesperado. Su hermano obedeció y tapo el frio rostro de su madre, miro a la pequeña niña que se había quedado congelada al saciar su curiosidad y dijo de manera muy directa y sin ningún pretexto

_ murió hoy a las ocho de la mañana de cáncer al corazón, ayer nos contactó diciendo que quería ver a todos sus hijos pero como vez solo estamos nosotros dos debido a que nuestros otros hermanos están en otros países; ella ya sabía de su enfermedad hace mucho y no nos lo dijo hasta ayer en la noche, dijo que la primera vez que fue al hospital se hizo los exámenes y el resultado salió positivo, el doctor le dijo que no había una cura para ello que lo único que podía hacer era estar en reposo y evitar exponerse a crisis que alteren la enfermedad eso era si quería mantenerse más tiempo con vida. Ayer dijo que se sentía muy mal así que contactamos a nuestros hermanos y estuvieron por video chat ella comenzó a despedirse de todos incluso hasta de una niña que no era parte de la familia su nombre es Charlotte y esa eres tú_ Gustavo quedo mirando a la pequeña quien se lo estaba viendo impactada ante lo que dijo.

_mi madre dijo que lamentaba mucho tener que dejarte sola a pesar de lo mucho que has pasado, dijo que eras una niña muy fuerte y podías afrontar esos problemas con el tiempo, sin embargo seguía preocupada porque no había nadie que te cuide, no sabía que ibas a comer o si al entrar al colegio de nuevo no tendrías quien te ayude, estuvo hablando de ti hasta su último aliento lo último que menciono fue que a pesar de que ayer no te vio mucho estuvo feliz de estar contigo más que sea un momento y que el no estar contigo todo el día fue lo mejor debido a que no la viste sufrir de dolor _comento Anastasia con una voz que delataban sus celos.

Charlotte por otro lado no sabía qué responder su mente estaba perdida en los recuerdos, al reaccionar pestaño dos veces miro al suelo y dijo en voz alta con permiso me retiro, _perdonen mi intromisión _salió del cuarto sin ver a ninguno de los dos a los ojos, se dirigió a la salida y nadie la detuvo, una vez estuvo fuera de la casa corrió lo más que pudo sin siquiera saber a dónde ir, mientras corría iba dejando en el camino como para recordar por donde regresar lágrimas saladas que poco a poco perdían la compostura, cuando se cansó se detuvo y coloco sus manos en sus rodillas y comenzó a respirar con dificultad al enderezarse noto que había llegado hasta el parque, ingreso en él y se sentó en una banca, coloco sus manitas en su rostro para que nadie notara sus lágrimas y sin darse cuenta los pensamientos de soledad comenzaron a fluir en su mente, las imágenes de recuerdos pasados, presentes y futuros sucesos la invadían eran cosas muy perturbadoras que pasaban en su cabeza como una película de terror, sus ojos no miraban a un lugar fijo, se movían como moscas revoloteando en el aire, sus lágrimas se volvieron más espesas sus uñas se incrustaban más en sus brazos a tal punto en que comenzó a expulsar sangre de ellos, el pecho le dolía con locura como si estuvieran enterrando alfileres en él, una señora la vio y se le acerco en el momento que iba a poner su mano en su hombro para tranquilizarla y preguntarle que le pasaba Charlotte tiro un chillido de dolor tan profundo que provoco que la señora cayese de rodillas en el suelo y se tape los oídos debido al dolor que el grito le producía, cuando Charlotte se quedó sin aire el aullido de depresión paro y en su lugar fluyo una inhalación profunda, hubo un minuto de silencio la señora que se encontraba en el suelo abrió los ojos y alzo la mirada hacia la pequeña niña todo el parque se la quedó mirando, ella solo se levantó de la banca en donde estaba sentada y se fue caminando tranquilamente a su casa, su mirada perdida, sus pies andaban por si solos, al llegar a su casa entro y se fue directo a su habitación donde cerró la puerta, se tiro en su cama y ahí se quedó completamente dormida hasta el día siguiente.

En la mañana se levanta, toma una larga ducha y al salir se observa en el espejo donde nota que su cara de niña tierna se ha ido y en su lugar están ojeras, ojos opacos y oscuros, piel fría, pálida y tosca, labios que ya no son rojos si no que son un color morado cenizo, su cabello también estaba sin brillo, sus uñas quebradas y frágiles y sobre todo su corazón y su alma estaban hechos pedazos, fragmentos que al parecer jamás se unirán, estaba sola su hermano se encontraba muy lejos de ella, la señora de al lado ya no la iba a cuidar y no tenía con quien pasar el rato, su hermana pequeña la había dejado ya hace mucho y sus padres no la querían. Pasaron ya quince días y Charlotte aprendió por si sola a hacer su comida, ella arreglaba la casa y mantenía todo en orden, ese sábado sus padres se habían quedado en casa, mientras ellos estaban arriba en su habitación la pequeña lavaba, cocinaba, barría y trapeaba; mientras ella hacía todos los quehaceres del hogar se escuchó sonar el timbre, al abrir la puerta Charlotte nota a dos muchachos jóvenes mayores de edad muy apuestos uno de cabello claro y ojos oscuros pero hermosos y penetrantes y el otro de cabello oscuro y ojos claros que parecían aguas cristalinas.

_ ¿esta es la casa de los Smith?_ dijo el chico de cabello claro y ojos oscuros. Charlotte acento con la cabeza y pregunto ´´¿qué se les ofrece?´´, ambos muchacho se vieron el uno al otro para ver quién era el próximo en hablar _me llamo Dylan y él es mi mejor amigo Edgar_ respondió el muchacho de cabello oscuro y ojos claros, ambos cerraron sus ojos y le preguntaron a Charlotte si se encontraban sus padres a lo que ella respondió ´´sí´, la dulce niña subió las escaleras toco la puerta de la habitación de sus padres y les dijo que habían dos muchachos que querían hablar con ellos. Los padres de Charlotte bajaron y les preguntaron ´´ ¿qué se les ofrece?´´ _somos de la universidad UAEF conocimos a su hijo fue nuestro mejor amigo y tenemos que darles una noticia muy importante_ respondió Edgar mirando fijamente a los padres de Charlotte, se podía ver el nudo de su garganta al pronunciar cada palabra. Los padres hicieron pasar a ambos muchachos y los invitaron a sentarse, le pidieron a la pequeña criatura que se marchara, pero sin embargo se escondió tras de la pared y aunque no vea quería escuchar todo acerca de su hermanito querido, quería escuchar que tan bien le iba en la universidad. _hemos venido personalmente para darles la dura noticia de que su hijo murió en el incendio que hubo en la universidad la semana pasada_ anunció Dylan con una mirada en que se veía el dolor que retenía con todas sus fuerzas. Al escuchar tal noticia la madre comenzó a llorar y su esposo la abrazo con todas sus fuerzas para tranquilizarla tanto a ella como a él mismo, por otro lado Charlotte al escuchar sobre la muerte de su hermano quedo arrimada en la pared con los ojos que parecían salirse de su rostro, sus lágrimas ácido cítrico que rodaban por sus mejillas pálidas, sus manos temblaban, su corazón lloraba y su alma gritaba, afuera empezó a lloviznar, Charlotte salió por la puerta trasera y corrió tan veloz que sus pies parecían no tocar el suelo, la lluvia cada vez se hacía más brusca y comenzaba a golpear con más fuerza el indefenso cuerpo de la pequeña y adolorida niña, con la velocidad a la que iba y la cantidad de gotas que caían eran como espadas que cortaba la fina piel de su cuerpo, al correr y al llorar lo único que veían sus ojos humedecidos era esa horrible película de recuerdos, recuerdos de dolor, angustias, gritos, mentiras, sangre, oscuridad, soledad y sueños que ahora jamás se harán realidad, si antes su alma estaba rota ahora estaba quemándose con todos esos recuerdos, a pesar de estar bajo gotas de lluvia, ella sentía su cuerpo hervir, sus manos quemarse. La debilidad y el dolor la cegaban esa espantosa película se repetía una y otra vez y con ella los gritos y reclamos de sus padres, la dulce voz de su hermano, la sonrisa de su hermana menor y el maullido del gato junto a Ana. Un pito de un auto que casi la arroya hizo reaccionar a Charlotte y ayudo a liberarla de aquella inmunda pesadilla, una vez despierta vio el cielo quien se estaba alistando para el anochecer, las personas que se encontraban en la calle corrían para sus casas o se ubicaban en un pequeño lugar para no mojarse, las luces de los faros iluminaban l calle al igual que las luces de los autos, Charlotte cayó al suelo de rodillas apretó con fuerza su pecho para intentar tranquilizar su corazón herido, alzo su mirada y exclamo su dolor en llantos de sufrimiento, las gotas de lluvia limpiaban sus lágrimas y escurrían su pena, la niña tan devastada quedo acostada en el suelo mirando hacia el cielo sin esperanzas ni anhelos ni sueños ni deseos ni nada más que el infortunio. La lluvia duro toda la noche hasta la madrugada, las calles estaban totalmente vacías, no abundaba ni un alma absolutamente nadie estaba cerca a excepción de Charlotte que no se había movido del mismo lugar desde hace tres horas, la pequeña estaba destrozada psicológicamente y no existía nadie quien la pudiera consolar Aunque Charlotte este devastada nada se podía hacer para ayudarla, el único capaz de reanimarla es su hermano pero lamentablemente él ya no estaba ahí… las horas fueron volando la niña regreso a su casa a la una de la madrugada, trato de ingresar pero las puertas se encontraban cerradas las ventanas selladas y sus padres de seguro estaban dormidos sin siquiera recordar que tienen otra hija, una hija que aún seguía viva pero que todos preferían muerta. Esa noche Charlotte durmió afuera de su casa, en el césped del jardín con la lluvia que la seguía empapando, su vestimenta mojada, su cabello chorreando y el viento helado que recorría su cuerpo provocándole escalofríos. La lluvia cesó a las seis de la mañana, la pequeña niña se levantó y se enrollo con sus bracitos tratando de calentar sus congelados huesos, dentro de la casa aún nadie se levantaba mas los carros ya habían comenzado a andar por las calles, el estómago de la chiquilla comenzó a gruñir de hambre pero no tenía más opción que esperar que alguien le abriera la puerta, ni siquiera podía ir a donde la vecina porque no habría quien la reciba, no podría ir a otra de las casa vecinas porque nadie querría cuidar a la desgracia de la familia Smith como la llamaban, estaba sola sin nadie que la esperase o se preocupase por ella, caminó un rato por las frías calles del barrio recordando a su hermano que la amaba más que a su propia vida y ella a él de igual forma, ambos hubieran dado sus vidas por el otro, Mauro su querido hermano mayor que la cuidaba y la defendía de todo lo que la hacía sentir mal y la hacía reír cuando estaba triste, él que se quedaba con ella todo el tiempo para tranquilizarla, él quien dejaba a un lado sus estudios, sus citas, sus compromisos, sus romances sólo para pasar tiempo con su indefensa y auxiliada hermana menor quien debido a que no sabía defenderse tuvo que hacer pasar a su amado hermano por tantos problemas como por ejemplo el que se haya tenido que ir de la casa a temprana edad, el que no haya podido durar mucho en una relación debido a que sus novias se enojaban con su hermanita porque le prestaba más atención a ella y él les terminaba porque no aguantaba que alguien este criticando a su hermana, el que casi haya reprobado el examen de admisión a la universidad, y muchos otros problemas que le perjudicaron y estuvieron por perjudicarlo; recordó a su vecina Deníse que al igual que su hermano ella también se preocupaba por ella, esa señora que a pesar de su edad y enfermedad iba a la casa de Charlotte para cuidarla y atenderla, esa señora que todos los día mostraba una sonrisa para hacer sentir mejor a una niña que aunque solo era su vecina ella la veía como otra de sus hijas, esa señora que mostro perseverancia en hacer a Charlotte una niña fuerte y buena que siempre elija el buen camino y sepa que hacer en cualquier situación que se le presente, llego al parque donde fue a llorar después de que murió la señora Deníse, se sentó en uno de los columpios y comenzó a mecerse tan fuerte como podía creyendo que así saldrían sus penas, su mirada apagada y desorientada alcanzó a ver a un gatito negro que salía del tobogán del parque, sus ojos se abrieron tanto como pudieron y miraron fijamente al felino recién levantado, sus pies arrastraron la tierra alzando el polvo, el columpio se detuvo con violencia haciendo asustar al gato, este salto de un brinco y giro su rostro hacia Charlotte quien estaba temblando, su mirada seguía impregnada en los ojos de aquel gatito callejero quien dio un maullido que resonó en el aire suavemente y entro como flecha en el oído de ella agrietando una caja de recuerdos felices y dolorosos. Una vocal llego a la mente de Charlotte _´´A…NA´´ _dijo entre cortado, sus pequeños dedos temblorosos se extendieron en dirección al gato y este se acercó con delicadeza, la pequeña bajo despacio del columpio y se agacho, una vez el gatito negro estuvo frente a ella le acaricio la cabeza temblorosa y melancólicamente, el gatuno volvió a emitir su suave sonido que eran flechas para la angustiada niña que agrietaban cada vez más esa caja de recuerdos; una lagrima salada y desorientada se asomó del ojo de la pequeña sin preguntar, rodo su suave mejilla y cayó al suelo estrellándose y salpicando a las pequeñas patitas del gatito, el minino alzo su mirada hacia la niña y esta estaba llena de lágrimas de dolor en su indefensa cara. La bocina de un auto estacionado en una casa que se encontraba frente al parque asusto al gato haciendo que este corra de vuelta a su escondite. Charlotte se puso en sus pies y alza la cabeza mirando hacia el triste cielo esperando una respuesta o ayuda; alza su brazo y abre su mano como para intentar alcanzar las grises nubes con tan solo un estirón, baja delicadamente su brazo y lo deja caer como si ya no hubiera ninguna esperanza, su cabeza dejo de ver al cielo deprimente que la hacía sentir libertad a cambio del suelo húmedo y pisoteado por todos; su mano izquierda apretó fuertemente su pecho donde ella sentía a su pobre corazón decir sus últimas palabras, tan golpeado y herido estaba que las heridas que en el yacían eran irremediables, el tiempo no las curaría sino que crearía nuevas. Su última lágrima fue la culminación de sus sentimientos, fue el último aliento de su afligido corazón.

Charlotte limpio sus lágrimas secándolas con sus manitas. Dio la vuelta y se dirigió a su casa. Sus padres estaban saliendo y en ese momento ella aprovechó para entrar sin que la noten, subió lentamente los escalones hasta llegar a su habitación de la cual no saldría para nada. El día pasó sin avisar, las horas se iban volando junto con las aves. El viento entraba por la ventana y chocaba con las cuatro paredes del cuarto soplando alicaído mientras la pequeña estaba acostada en su cama mirando desconcertadamente el blanco techo de su habitación; más tarde el estómago de la niña comenzó a rugir incontroladamente, salió del cuarto se dirigió a la cocina y se preparó algo de comer con lo poco que había. Sus padres no le dejaron hecha la cena ni lo harían por lo tanto ella tenía que mantenerse a sí misma. Se preparó un arroz con ensalada de verduras y un vaso de agua, al ser su primera vez cocinando tuvo unas cuantas cortadas de cuchillo al picar las verduras. Se dirigió a la enorme mesa del comedor puso su individual, servilleta, y porta vaso y se sentó a comer sola mientras que miraba la silla de la izquierda la cual era donde se sentaba la señora Deníse a hacerle compañía mientras ella comía. Una vez termino recogió sus trastos los lavo y se fue a dar una ducha con agua caliente, su mirada que antes era radiante y alegraba a todos con los que estaba se ha convertido en opaca y sombría que no muestra ninguna emoción mas ve todo con desinterés. ¿Quién podría ayudarla? ¿Quién sabría cómo ayudarla?; al parecer no había nadie la única capaz de poder ayudarla solo sería ella misma, mas no está en condiciones de poder hacerlo. En la casa abundaba la oscuridad y el único sonido audible que habitaba era el del silencio total que se oían como susurros de odio y dolor muy difíciles de callar, a pesar que fuera de la casa hacia frio por ser invierno dentro el viento era aún más helado que se respiraba con dificultad. Charlotte quedo dormida en su habitación llena de sombras que se roban su indefensa alma aprovechándose de las circunstancias. Más adelante la pequeña se levanta porque escucha unos peculiares ruidos, abre despacio la puerta y se dirige a ver de donde provienen esos ruidos raros, bajo las escaleras y en la sala ve a sus padres disfrutar de una manera muy egocéntrica. A pesar de la muerte de su preciado hijo ellos optan por emborracharse, reír impertinentemente y jugar de manera indecente entre la seda de tela de los cojines del sofá como si no les importara en lo absoluto los hechos que yacen en sus putrefactas vidas. La sangre de la criatura hirvió por la furia que sentía del momento, se acercó hacia ellos y una vez estuvo parada frente a sus padres les grito con todo el odio que había acumulado durante años de desprecio y de ser maltratada verbalmente y casi físicamente.

_son unos innatos, siempre son iguales para ustedes la muerte de Mauro no fue nada más que una carga menos, es como si el tener hijos solo fue un error que tuvieron que aguantar hasta hace poco, no me importa si solo es a mí que ignoren o no quieran pero que se comporten de manera tan imprudente cuando no hace mucho murió mi hermano el que tanto ame y fue el único al que le importe y me ayudaba cuando podía. Ustedes deberían morirse mas no él que era una buena persona. ¡Ojala se mueran ustedes!_ dijo Charlotte con impotencia sin pensar bien en lo que decía sus ojos parecían dos esferas de fuego ardiente que expulsaban humo por las lágrimas que querían apagarlo. Su madre se levanta dl sofá con su blusa en la mano intentando tapar algo de su cuerpo totalmente desnudo, cuando se paró frente a su pequeña hija y la única que le quedaba con vida la abofeteo con tanta fuerza que le viro el pequeño rostro hacia un lado haciendo que las gotas de llanto que tenía aun en los ojos se fueran volando y dejando atrás su lugar de partida, la niña quedo anonadada, casi en shock con los ojos bien abiertos y su mejilla roja e hinchada por el golpe.

_ ¡¿Quién te crees tú que eres para venir y hablarnos de esa forma!?. No sabes por todo lo que hemos pasado; desde que tu naciste todo se prestinó a estar mal, desde que estabas en mi barriga quise que desaparezcas, me golpeaba tan fuerte para que dejaras de existir, quise abortarte para que no nazcas pero no me lo permitieron quise asesinarte desde que eras pequeña una bebe pero mi hermanas te quitaban de mis manos, mas tu aún me querías y eso lo odiaba siempre te odie, te detesto tanto que incluso ni te considero mi hija. Tú mataste no solo a Ana, también asesinaste a mi hermana Heder que tanto te quería, asesinaste a mi madre que te cuidaba todos los fines de semana, aniquilabas poco a poco a cada integrante de mi familia que te quería o pasaba contigo internaste en el hospital por casi un año a Mauro cuando era un niño pequeño, ahora de grande lo asesinas ¿y aun así dices que lo amas?_ gritaba la madre con locura mientras Charlotte escuchaba tristemente esas palabras dolorosas que la apuñalaban de manera brutal y sin piedad. _Yo sabía que el golpearme no era suficiente _ya basta _dijo entre dientes la pequeña niña que no podía aguantar más cada palabra que salía por la boca de su madre. _me lo advirtieron, me lo predijeron y aun así no fue suficiente, creí que el tiempo se haría cargo de borrar de la faz de la tierra a un ser vil y despreciable como lo eres tú. _continuo la señora impertinentemente _Tan sólo desea…

_ ¡Ya cállate de una vez! _declaró la pequeña con un grito atroz que quedo rechinando por toda la casa, ingresando incluso hasta en los rincones más estrechos. Sus padres quedaron impactados porque jamás la habían escuchado gritar de esa forma. Charlotte subió corriendo a su cuarto y se quedó ahí despierta en un rincón mirando fijamente a un solo lugar hasta que dieron las tres de la mañana.

_si de verdad no les importo, entonces ellos tampoco deberían importarme, yo también los detesto no son nada para mí, porque yo ya no tengo familia…_se dijo a sí misma la pequeña niña que antes era tan buena y llena de esperanza se ha convertido en algo terrible que es totalmente imparable.

Charlotte se levantó de su rincón con la cabeza gacha y al alzar el rostro la luz de la luna resaltaba su mirada fría y psicópata. Salió del cuarto sin importarle si hacía o no ruido. Bajo las escaleras y se dirigió hacia la cocina, estando ahí cogió el encendedor y se lo guardo en el bolsillo del pantalón, también tomo un envase de plástico grande y salió de la casa. Camino hacia una gasolinera que quedaba cerca y robo un poco de gasolina llenando el envase de plástico que cargaba, volvió a casa y al entrar coge unos cuantos cigarros del papá que guardaba en el cajón izquierdo de la cómoda que estaba en la sala de visitas, en el cajón derecho se encontraba el arma de fuego la cual también tomo y lo guardo bajo sus prendas; con la caja de cigarros en mano y el envase con gasolina subió a la habitación de los señores desconocidos que dormían arriba frente al cuarto de ella. Tomo la percha y la giro suavemente entrando al dormitorio de los señores, dejo el envase en el suelo alzo la cajetilla y tiro los cigarros cerca de la cama y sobre ella, rego la gasolina alrededor de la cama y encendió el encendedor, las llamas salieron a flote del suelo alzándose hacia los cuerpos en reposo provocando que sus poros se abran con rapidez y comiencen a sudar, estos abrieron sus ojos con dificultad y una vez los abrieron totalmente vieron su cama, su alfombra incendiándose el humo que producía la incineración de los objetos no permitía que ambas personas respiraran bien, los señores se sentaron e intentaron apagar el fuego con las sábanas que los estaba cubriendo, estaban tan nerviosos al ver como se prolongaba este fenómeno que se produjo de la nada, detrás del fuego la señora logra ver una silueta pequeña, entrecierra la vista para intentar ver mejor, esparce un poco el humo con su mano y al volver a intentar logra ver a la pequeña desgracia de la familia Smith mirándolos detenidamente con esos ojos de inframundo que se veían como sangre que parece lava y en ellos se veía la muerte de cada una de las personas que murieron por su culpa inclusive las de ellos mismos. Una pequeña sonrisa se le escapó a la pequeña criatura, haciendo que su mirada se abriera y expulsara terror, sus pupilas se achicaron y su sonrisa daba de oreja a oreja. La señora que antes ella llamaba madre se echó para atrás en cuanto la vio, la niña libro una risa macabra que resonaba en las paredes y hacía temblar los cristales de las ventanas, ella dio pequeños pasos acercándose a la cama donde esos desconocidos estaban asustados con temor a morir o hacerse daño, aún con la botella en la mano la chiquilla se para frente al fuego como si este no le afectara en lo absoluto su mirada estaba penetrada en la escena frente sus ojos de demonio, la señora pega un grito por la desesperación lo que provoco que la pequeña reaccionara, cruzo las flamas sin dificultad de un solo brinco cayendo dentro de la cama tomo del cuello a la señora presionándola contra el colchón mientras esta tenía su boca abierta para intentar respirar Charlotte indujo el envase en su boca ingresando así la gasolina, le sello la boca con su mano y esta de la desesperación comenzó a arañarla, el esposo de la señora al voltear ve la escena y trata de defender a su señora de la bestia que la tenía presa, cuando él se acerca a intentar empujarla, la niña lo mira y lo patea haciendo que este caiga al fuego; sus prendas se comenzaron a incendiar y en segundo su piel se comenzaba a derretir como cera de una vela. Los gritos del hombre alertaron a los vecinos, las luces de las casas se comenzaron a encender, la señora que casi dejaba de respirar termino tragando el petróleo, la niña que ya no era tan indefensa quito su mano y la roció de petróleo elaborado se levantó y miro hacia los ojos de la madre por última vez mientras en la mano izquierda sostenía el encendedor que inicio todo el caos, sin piedad prendió de fuego el cuerpo de la mujer haciendo que esta al igual que su esposo se retorcieran de dolor, las carcajadas de la niña eran imparables con ganas le roció la gasolina a su antiguamente llamado padre, y este aun con la carne ampollada que tenía grito con más fuerza. Los vecinos comenzaron a llamar a la policía, a los paramédicos, comenzaron a salir de sus casas para ver lo que ocurría, Charlotte se retiró del cuarto regando la gasolina por todos lados haciendo que el fuego se expandiera con más facilidad, los aullidos de dolor que escuchaban en la habitación eran canticos de gloria para la pequeña psicópata quien salió por la puerta trasera de la cocina y se fue corriendo con el encendedor, el envase vacío y la pistola cargada. En el camino boto el envase, se guardó el encendedor y el arma la tenía bien escondida bajo sus prendas. La niña llego al parque donde se sentó en un columpio a esperar y a disfrutar del espectáculo a distancia. Los carros de policía pasaban con rapidez hacia el lugar del delito para capturar a quien causo todo el alboroto, pero lamentablemente para ellos jamás lo encontrarían. Paso el carro de los bomberos que tratarían de salvar a las personas antes de que el fuego las alcance o la casa se derrumbe; mas desgraciadamente ya para cuando lleguen será muy tarde; pasó el carro de la ambulancia que iría a salvar vidas, pero lástima que en esa casa ya no hay nada que salvar.

Las horas pasaron y los bomberos terminaron de extinguir el fuego a las cinco y media de la mañana, la casa tuvo ciertos rincones que quedaron intactos y los cadáveres quedaron totalmente irreconocibles, los policías no pudieron encontrar al causante de todo porque los bomberos dijeron que el incendio fue causado por un cigarro, que al parecer los señores estaban fumando en el cuarto y una de los cigarros cayo en la alfombra de lana lo que provoco que esta se quemara con facilidad y queme el resto de la casa. Los policías hicieron preguntas a los vecinos para ver si habían visto a alguien más a parte de los que allí Vivian a lo que la mayoría respondió que _NO_ decían que esa casa por lo general pasaba sola porque los dueños se iban a trabajar desde la mañana y llegaban tarde, decían que la casa era siempre un misterio. Solo hubo una persona que nombro una persona más aparte de los dos señores y fue el hijo de la señora Deníse, Gustavo que aún seguía en la casa de su madre, él les dijo a los policías que a pesar de que los dueños de la casa no pasaban mucho allí, su hija Charlotte se quedaba sola, les dijo que ellos no la trataban bien por eso su mamá se ofreció voluntariamente a encargarse de ella ya que después de todo ella solo tiene nueve años; el policía que recibió esa información fue hacia donde los bomberos y les pregunto si había otro cuerpo a parte del hombre y la mujer, la respuesta fue negativa por lo que se realizó una investigación; se hicieron investigaciones sobre la pequeña y se supieron todos sus datos dentro de una hora. Encontraron a la niña caminando sola diez cuadras mas allá de la gasolinera donde se cogió un poco de gasolina sin permiso. Llevaron a la pequeña a la estación donde le hicieron algunas preguntas.

_Charlotte ¿cierto? _Dijo un policía que se acercó a ella dándole a la vez una tasa caliente de chocolate.

_si _respondió la chiquilla con cara de inocencia

_veras yo soy policía me llamo Néstor y no tienes por qué temerme puedes preguntarme lo que sea considérame tu amigo_ dijo el señor con una sonrisa convincente y mirando a Charlotte con ternura como si fuera la criatura más hermosa que nunca antes había conocido.

_ ¿por qué me han traído aquí? _pregunto la pequeña de manera ingenua. Néstor la miro con una cara de tristeza entre mordiéndose los labios y haciendo rechinar sus dientes y pensando tantas veces pueda en si le dirá la verdad o seguirá con una plática tonta hasta que se le olvide lo que acababa de preguntar.

_al final Néstor termino cediendo y le dijo la verdad con dificultad_ pues veras no es algo fácil de decírselo a una persona adulta aun peor a una niña pequeña como tú. Tus padres… _ se quedó en silencio durante exactamente cinco minutos tratando de evitar dar la cara; al parecer a él le resultaba más difícil decirlo que a ella tener que aguantar el esperar a que el tipo ese se llene de valor en decir las cosas como son. _murieron en un incendio en la casa, al parecer lo que ocasiono el terrible accidente fue un cigarro que cayó en la alfombra e incendio todo a su paso incluyendo a tus padres_ termino diciendo el señor como si ya se estuviera rindiendo al haberle dicho a una pequeña de manera tan directa que sus padres había muerto de manera terrible.

_ ¿mis padres? _dijo la pequeña con casi lágrimas en los ojos cafeces claros que parecían penetrar el alma y la manejaban a su voluntad. Al parecer la niñita indefensa que asesino a sus padres era buena mintiéndole a la gente y haciendo que esta ceda a su merced.

_lo siento en serio… _dijo Néstor acariciándole la cabeza como si así de fácil se pudiera tranquilizar a una persona a la cual se le han muerto las personas más valiosas para sí. Las manos de la niña comenzaron a tambalear haciendo que pequeñas gotas de chocolate caigan al suelo blanco y reluciente de pronto surgió el llanto la cabeza estaba hacia abajo sus ojos estaba bien abierto su cabello castaño caía hacia los lados tapándole el rostro, mientras la cabeza la tenía abajo y no se le podía ver bien el rostro una sonrisa diabólica se asomaba en su rostro su mirada era de satisfacción no le interesaba lo que vendría después solo se sentía alegre porque ya no tendría que aguantar a esos dos que la han perturbado durante toda su vida. _descuida todo estará bien te lo aseguro _continuo el policía intentando consolarla las cámaras de la estación capturaban cada momento. Cuando Charlotte alzo la mirada su sonrisa había desaparecido y su rostro se veía realmente demacrado mas no era real todo era fingido a la perfección. Néstor llevo a la pequeña a donde se interroga a la gente y le comienza a hacer preguntas.

_bien comencemos _dijo Néstor sentándose frente a ella y con las manos cruzadas entre si sobre la mesa. _ ¿qué hacías sola a las cinco y cuarenta de la mañana caminando por la calle? _ pregunto seriamente el policía esperando respuestas que la liberen de ese cruel interrogatorio.

_A las diez Salí de casa corriendo porque mamá me había dicho cosas horrendas _dijo sínicamente Charlotte y limpiándose las falsas lágrimas que había liberado con facilidad.

_ Y que fue exactamente lo que te dijo tu mamá _continuo Néstor.

_ me dijo que no me quería, que fui lo peor que le pude haber pasado, ni siquiera me quería ver. _Respondió la indefensa criatura escondiendo la mentira tras la verdad con voz sutil y entrecortada para dar el efecto que le dolía el recordar palabras tan crudas.

_ ¿por qué te dijo eso tu madre? _curioso de por qué sus padres la trataban mal y ansioso por intentar ayudarla.

_creo que es porque hace poco murió mi hermano mayor en un incendio que hubo en su universidad y no pudieron soportar el dolor.

_ ¿y tú como tomaste la muerte de tu hermano mayor?

_me sentí mal incluso hasta creí que yo era la culpable porque eso fue lo que me dijo mi papá a parte yo en serio quería a mi hermano él siempre me ayudaba en todo lo que podía, me hacía sentir mejor

_según esta información que tengo sobre ti me indica que tuviste una hermana menor llamada Ana ¿cierto?

_sí _respondió la pequeña con un poco de temor. Al oír su nombre su cuerpo se estremeció y la desconcertó por aproximadamente siete segundos

_ ¿estás bien? _dijo Néstor dándose cuenta de la reacción de la niña

_si…

_ ¿quieres que continuemos? Podemos hacer una pausa de quince minutos _sugirió el buen hombre para poder dejar que la criatura se calme

La pequeña asintió con la cabeza y se quedó mirando el escritorio desorientadamente. El policía se retiró de la sala y fue a hablar con su gerente que lo estaba observando.

_ ¿no cree que estamos siendo muy duros con la pequeña?, apenas tiene nueve años _sugirió Néstor para intentar ayudar a la niñita inocente que yace en esa habitación sola y asustada, a la vista de las personas se la veía así mas todo a excepción de lo de Ana era fingido

_ tienes razón. Ya déjala salir, vamos a ver si tiene algún familiar con el que se pueda quedar y si está capacitado, si no habrá que llevarla a un orfanato. _dijo el jefe del caso intentando ayudar. Charlotte consiente de que la vigilaban mantuvo una buena actuación hasta el final. Néstor entro a la sala y delicadamente levanto a la pequeña de la silla y la llevo a fuera donde el jefe la esperaba para ver donde se la llevaba.

_mira Charlotte él es mi jefe y te quiere ayudar al igual que yo así que también puedes confiar en él al igual que en mi_ dijo Néstor inclinándose hacia la niña con una sonrisita que supuestamente la haría sentirse segura y relajada. La pequeña solo asintió la cabeza con una cara de inocencia pura.

_soy Armando y puedes considerarme tu amigo _dijo el jefe haciendo que por la mente de la criatura pasara que esa frase sea muy común en los policías cuando se dirigen hacia un niño _dime pequeña Charlotte ¿tienes algún pariente a donde puedas ir? _ continúo el jefe

_No, según tengo entendido todos mis familiares están muertos, no conozco a nadie que me pueda ayudar.

_pues bueno en ese caso yo te voy a llevar a un lugar donde ¿te puedan ayudar te parece? _dijo Armando dirigiéndose a la pequeña como si estuviera hablando con su perro consentido.

Le dieron otro chocolate caliente con pan a la niña y la llevaron al carro de policía que se dirigía hacia el orfanato RNV (reclutando nuevas vidas) el cual era un orfanato que los policías conocían muy bien. Allí se llevaban a los niños que quedaban huérfanos porque los padres han muerto por algún incidente y no tienen dónde ir.
Ya eran las seis de la mañana y la pequeña no pudo evitar el quedarse dormida en el auto.

Una vez Charlotte abrió los ojos vio la hora en el reloj del auto y se dio cuenta que estuvo viajando dormida durante seis horas, eran las once y veinte de la mañana. La pequeña niña se asoma por la ventana para refrescar su cara y a lo lejos pudo divisar el orfanato donde iría. Era un enorme orfanato que incluso hasta parecía palacio o castillo por su antigüedad en que se veía que estaba hecho. Ya después de unas horas el carro se parqueo frente al gran portón de fierro el cual era una reja enorme con el título arriba que decía con claridad RNV. En el pilar derecho del cual estaba sujeta una de las enormes puertas de la entrada se encontraba un transmisor con una cámara y un micrófono con un parlante donde el jefe Armando quien conducía presiono el botoncito que yacía en esa pequeña cosita cuadrada.

_ ¿quién es? _pregunto una voz femenina que salía del pequeño transmisor

_soy el jefe Armando he venido con un nuevo miembro de la casa _dijo el jefe con una pequeña sonrisa y mirando por el retrovisor a la niña que se encontraba media dormida.

Las puertas se abrieron de manera automática y una vez estuvieron bien abiertas el carro paso y se parqueo en una esquina de la puerta de entrada que estaba debajo de dos grandes pilares que sostenían un enorme soportal, en ese momento las puertas de la entrada principal se abrieron saliendo consigo una señora mayor bien arreglada con un vestido negro y un poco ajustado a la cintura tenía el cabello blanco y cogido con una rosca alta.

_señores que agradable tenerlos por aquí _dijo la señora mayor con los brazos abiertos y una cálida sonrisa de bienvenida.

_Monserrate cuéntame ¿cómo has estado? ¿Cómo va todo por aquí? _dijo el jefe Armando con cortesía y amabilidad acercándose hacia la señora y devolviéndole el abrazo.

_pues gracias a Dios todo marcha bien, los niños aprenden rápido y cada vez hay más parejas dispuestas a adoptar a niños sean de cualquier edad. Pero valla ya hace mucho que no habías pasado por aquí todos te extrañan y hay unos que ya se fueron y tenían muchas ganas de verlos _respondió la señora Monserrate con una mirada de preocupación y tristeza que guardaba tras una sonrisa.

_Lamento no haber podido ni siquiera venir de visita pero es que últimamente el trabajo se ha puesto muy difícil, hay que incluso trabajar horas extras para regular el sueldo. Y en serio que yo también he tenido ganas de ver a esos niños y me hubiera encantado haberme despedido de ellos también _declaro el jefe entristeciéndose por pensar en lo que no pudo hacer y tampoco podrá porque el tiempo no retrocederá.

_bueno bueno ya no nos quedemos más tiempo aquí afuera porque no mejor entramos y conozco mejor a la nueva integrante de este bello y gran hogar _dijo en voz media la señora mayor con la mano en la frente y mirando a todos como ´´que descortés que soy´´ y a la vez observando a Charlotte con alegría.

Madame Monserrate los invitó a pasar y mientras caminaban le daba a la pequeña nueva integrante un tour por su parcialmente nuevo hogar para que se valla adaptando poco a poco cada palabra que salía por la boca de la señora sonaban tan dulces y elegantes era al parecer lo más cercano a una abuelita lo que le trajo leves recuerdos borrosos a Charlotte, donde se escuchaban llantos insoportables de un bebe dentro de una vieja cuna, no había nadie que la callara la niña lloraba y nadie se le acercaba sin embargo se ven dos brazos arrugados que se veían confortables y entraban a la pequeña cuna a tomar delicadamente al bebe que se sentía solo y abandonado, Charlotte logro ver a una señora bastante arrugada pero con una mirada demasiado amable que le logro sacar una gran sonrisa a la pequeña que se terminó quedando dormida en esos cómodos brazos de solidaridad. En cuanto termino el pequeño recuerdo fue como si la pequeña Charlotte volviera en si al reaccionar se puso a recapacitar sobre lo que había visto hace un momento y la única conclusión a la que pudo llegar fue que la bebe abandonada en la cuna era ella y quien la cogió en sus brazos era su abuelita ya difunta más esa o parecía ser una buena conclusión porque en ese entonces ella debió de haber tenido recién meses de nacida cuando su abuelita estaba con vida y recordar algo así es imposible y sería posible en la mayoría de los casos solo mediante la hipnosis más ella estaba normal. Y así sin darse cuenta ya habían llegado a la oficina de madame Monserrate.

_increíble veo que ha remodelado su oficina _menciono Néstor abriendo bien los ojos y mirando a todas partes con una sonrisa que decía ´´que recuerdos´´.

_Sí, me alegro que lo notarais me costó mucho al principio pero no lo hice sola tuve la ayuda de los niños y eso me ayudo a terminar con rapidez _dijo amablemente la señora con la mímicas de manos. La primera abrió en grande sus brazos señalando todo el lugar, la segunda apunto con el dedo como si estuviese corrigiendo a unos de los niños del orfanato que se comportó mal y la tercera coloco su mano izquierda sobre la derecha y ambas las coloco en su pecho.

_si que han hecho un gran trabajo _declaro el jefe Armando asintiendo la cabeza de manera seria y con una leve sonrisa

_pues gracias les agradezco sus cumplidos pero sin embargo ahora estoy interesada en conocer a la pequeña y su historia de por qué esta aquí _respondió Monserrate viendo a Charlotte como un cachorro que se acaba de extraviar y lo quiere mantener.

El jefe Armando le indico a la pequeña donde sentarse y Néstor le abrió cortésmente la silla para que se acomode. La chiquilla quedo mirando fijamente a la señora mayor que se encontraba frente a ella sentada en una silla de cuero negro con sus brazos puestos sobre el escritorio café de madera guayacán y sobre él sus pequeñas decoraciones rusticas.

_y bien; ¿cómo te llamas pequeña? _dijo madame Monserrate bien erguida y amable, en su mano derecha sostenía una pluma y en su mano izquierda sostenía el papel donde anotaría cada dato de la pequeña, sus cualidades, especialidades etcétera.

_me llamo Charlotte _dijo con voz inocente y tratando de asimilar ser la criatura más tierna que hay en el mundo siguiéndole la corriente a todos los que estaban allí presente.

_que bonito nombre ¿quién te lo puso? _pregunto ignorantemente la señora mayor queriendo saber cada detalle de una niña que está a punto de ser integrada en un orfanato debido a que sus padres murieron y no tiene otros familiares que la cuiden

_no lo sé, mis padres jamás me dirigían la palabra a no ser de que me ofendieran o hicieran sentir mal _dijo la pequeña con su dulce voz e intentando ocultar su rencor en una caja imaginaria

La señora Monserrate quedo atónita al oír tal atrocidad, miro de reojo a los policías mas ellos solo pusieron cara de que se lamentaban el no poder ayudarla.

_Charlotte dime… _ Monserrate guardo silencio por un momento entre mordiéndose los labios como si estuviese pensando en qué decirle a la pequeña niña atormentada _ ¿qué es lo que más te gusta? _continuo de manera natural

_el chocolate _dijo la pequeña imitando a lo usual que dicen la mayoría de los niños a su edad mas cuando madame le hizo la pregunta lo que ella pensó fue en su hermano, eso era lo que ella mas quería en el mundo pero ahora no está y no hay nada absolutamente nada que le pueda interesar a la pequeña niña llamada Charlotte.

Madame sonrió presiono un botón y se acercó al micrófono que estaba sobre el escritorio diciendo _Francesca diríjase a mi oficina por favor. _la rectora se levantó de su cómodo asiento indicándole a la pequeña criatura que también haga lo mismo, coloco su brazo detrás de ella y se dirigió hacia la puerta donde se escuchaba que tocaban, al abrirla se encontraba una niña que parecía tener la misma edad que Charlotte.

_ve y anda dale un recorrido más expandido a la nueva integrante de nuestro hogar _dijo seriamente la directora del orfanato

_si madame _respondió la niña con una voz finita y llena de vida

_anda ve con ella _le dijo Monserrate a la pequeña Charlotte empujándola hacia fuera de la habitación y cerrando la puerta una vez ambas estaban juntas.

_hola soy Francesca ¿y tú cómo te llamas? _dijo extendiendo su mano hacia Charlotte y sonriendo como si estuviera en el país de las maravillas. Su cabello dorado y crespo relucía como los primeros rayos del sol al atardecer, sus ojos mieles eran tan claros y llenos de vida y su sonrisa tan alegre se volvía contagiosa; era una niña muy alegre a pesar de ser huérfana.

_soy Charlotte _respondió y le devolvió el saludo así mismo con una sonrisa como si estuviera alegre de conocerla

_ ¿Charlotte? Valla que bonito nombre sin embargo ¿qué tal si te llamo Lotty?

_Sí, me gusta como suena –afirmo Charlotte sin siquiera importarle.

Francesca estuvo dándole el recorrido a la nueva integrante durante una hora aproximadamente. Le presente a sus amigas que resultaron ser menores a ambas por un año; una se llamaba Aurelia pero le decían Eli era de cabello largo y negro carbón con ojos café oscuro y la otra se llamaba Samantha pero le decían Samy era trigueñita con el cabello corto y crespo bien peinado sus ojos era incluso hasta más claros que los de Francesca y tenían un brillo propio al igual que las estrellas. Entre las cuatro se llevaron muy bien, Francesca le explico absolutamente todo incluyendo los horarios del almuerzo como los de clases entre otras actividades. Una vez terminó el recorrido Francesca llevó a Lotty donde la rectora quien aún seguía conversando con los policías que la llevaron allí, madame Monserrate le pidió a la nueva que pasara y se sentase. Le dio los horarios y le explicó cómo eran las cosas en el orfanato decía que todo tenía un orden y una hora específica, decía que todos eran amables y que no se aceptaban las malas actitudes; le dio inclusive hasta una hoja donde se podían apreciar las reglas del que tanto llamaban hogar. Salieron de la oficina de la directora a las doce y cincuenta. Ya el jefe Armando y Néstor se irían de ahí por lo tanto fueron a visitar a los chicos deseándoles a todos lo mejor y diciendo que tratarán de ir más seguido, hubo una pequeña reunión donde Armando y Néstor estuvieron conversando con todos los niños, hubieron risas, lágrimas y variedad de emociones que la pequeña Charlotte ya ni sentía, solo se la paso parada lejos de la multitud, lejos de lo que ella consideraba una tontería más estuvo fingiendo de igual manera la risa para seguir con el papel de niña tierna e inocente. Ambos señores se fueron del orfanato es entonces en ese momento donde Charlotte tiene una nueva historia.

Llegó la noche y todos los niños se dirigían a sus cuartos a dormir. Debido a que fue un día muy inesperado, madame no le había asignado un dormitorio a Charlotte por lo tanto ya en el último momento la llama y pidiéndole que la acompañara a su recamara. La guio por un pasillo muy extendido donde las puertas de cada dormitorio quedaban en hilera y paralelas unas de otras. Ambas Pararon frente la habitación A36 y con una de las llaves del montón que madame Monserrate guardaba bajo su manga logro abrir la puerta. La distinguió debido a que esta poseía el nombre sobre ella al igual que todas las que obtenía a excepción de unas cuantas. Al entrar al dormitorio se encontraba una niña de cabellos largos y lacios color rubio oscuro, su piel parecía porcelana y era tan blanca como la nieve; Se estaba peinando mientras se miraba detenidamente en el espejo de marco dorado con diseños abstractos que se encontraba frente una enorme litera. Dentro del cuarto había dos literas y una cama adicional, Lotty al echar un vistazo al dormitorio se da cuenta que solo una de las cinco camas se encontraba deshabitada, madame con un empujoncito en la espalda de Lotty la hizo entrar al cuarto llamando con su voz aguda y de autoridad a la pequeña de cabellos claros.

_Sharon ven un momento

_sí madame dígame _dijo la pequeña de rubios cabellos con una voz dulce que parecía un ángel extraviado en este mundo de dolor y horror donde la muerte se ve placentera

_ella se llama Charlotte y va a ser vuestra nueva compañera por lo tanto espero se lleven bien, tú te harás cargo de ella en casos de que tenga alguna duda o algo por el estilo _dijo madame mirándola fijamente a los ojos y luego enderezándose e inspeccionando con la vista la gran habitación como viendo si faltaba algo o había algo en desorden mas parecía que todo estaba bien.

Madame Monserrate se retiró dejando a las dos pequeñas dentro de la habitación.

_bienvenida Charlotte es un gusto conocerte _dijo el ángel con su dulce voz que venía acompañada de la suave melodía de lirios y un olor severo a flores recién florecidas de verano.

_igualmente… _dijo Charlotte intentando acordarse de su nombre anteriormente mencionado

_Sharon _respondió el ángel con una pequeña sonrisa de gracia en su fino rostro.

La pequeña Lotty la quedo observando y sonrió junto con ella. Fuera del dormitorio, en el pasillo se oían pequeños pasos que se dirigían hacia ambas los pasos se detuvieron justo frente a la puerta donde quedaba el dormitorio del dulce ángel y la pequeña Lotty; se escuchaban sonrisitas de niñas fuera que querían abrir la puerta para ingresar al cuarto.

_ jajajajajaja ¿vieron su cara? _entro una niña de cabello corto negro y dos más atrás una castaña con dos coletas y otra con cabello largo y negro, cirquillo y lacia

Las tres chicas parecían ser las dueñas de las camas ocupadas, después de todo era un orfanato enorme y la variedad de niños que había era obvio que ambas no iban a ser las únicas en aquella habitación.

_veo que ya llegaron ¿no las pillaron? _dijo la voz dulce del pequeño Ángel dirigiéndose a las niñas que habían ingresado en el cuarto riendo

_descuida angelito de la guarda no ocurrirá nada siempre y cuando mantenga tu boquita cerrada ¿okey? _dijo la niña de cabello cortó con una mirada amenazadora hacia la indefensa criatura de ojos celestinos

_ ¿acaso la estas amenazando? _ dijo Charlotte con una pizca de furia que se podía resaltar en sus ojos mieles. Las tres niñas se quedaron asombradas ya que no habían notado la presencia de aquel ser de mirada infernal.

_ ¿quién eres tú?_ pregunto tímidamente la niña del cabello corto y bien arreglado quien parecía ser la cabeza de ese grupito de tres que creían ser la gran cosa.

_ ella es Charlotte y va a ser nuestra nueva compañera de cuarto así que trátala bien por favor _ dijo la tímida y llena de valor Sharon.

_ ¿nueva compañera, eh? En ese caso debes saber que aquí en esta habitación se hace todo lo que yo diga sin importar lo que sea y sin quejarse o si no pagaras las consecuencias ¿me entendiste? _dijo muy agresivamente para ocultar su timidez la cabecilla del grupo «me creo la gran cosa haciendo sentir mal a los demás«

La ira de Charlotte parecía no poder contenerse ni un segundo más, sin embargo tenía que darse cuenta que si reaccionaba distinto a como la tenían vista los superiores podría ocasionar que la acusen como la asesina y la encierren en una correccional de menores. Mientras Charlotte rechinaba sus dientes intentando no cometer ningún error, la chiquilla de cabello corto se acercaba a ella para darle una lección ya que no debió haberle contestado de la manera en la que lo hizo anteriormente.

_ ¡Detente! _exclamo el pequeño ángel de la guarda interponiéndose en el camino de la «señorita soy la mejor« y mirándola con impotencia para proteger a su nueva compañera de cuarto

Lotty quedo asombrada del acto tan valiente que realizó la pequeña Sharon era como ver a un cachorrito con las orejas caídas y el rabo entre las patas pero con la mirada firme al abusador que quiere golpear a su amado dueño

_ ¿Qué rayos crees que estás haciendo? preguntó con una voz chillona y furiosa la niña del cabello cortó

_escucha Cinthia las cosas no se arreglan con abusos, para empezar no está bien que nos trates como te da la gana, intentemos llevarnos bien ¿te parece? _declaro el ángel cambiando su mirada amenazadora por una compasiva y comprensiva para poder lograr ablandar un poco el ambiente y resolver las cosas de manera pacífica.

_ ¿quién te crees que soy? Idiota, apártate de mi camino estorbas _renegó Cinthia empujando a la pequeña Sharon y tirándola al suelo sin compasión alguna

La niñita ingerida y vanidosa se acercó a Charlotte y la tumbo contra la pared haciéndole golpear su cabeza contra la misma

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