Estoy agotado. He pasado tantos dolores que ya ni siquiera duelen, que son ahora una cicatriz borrosa atrapada en un tatuaje que no costó nada, pero que dolió todo.

Mi cabeza no para de girar en torno a un pasado tan doloroso que es momento de que quede atrás. Enterrado está el inocente Luca, y consumido en marihuana quedaron

estos pedazos a quien nadie le encuentra por ahora una forma clara. Había un niño que tenia sueños y un adulto que entendió que los sueños cuestan guita. Y que la estadía

en este mundo, en este cuerpo, en esta alma, no son gratuitas. Nunca somos libres cuando hay tanto que pagar. Estamos endeudados en un mundo donde la plata ya no vale nada.

Me fui esperando encontrar paz, pero la paz no está en un lugar donde no hay robos, no está en un lugar donde nadie te va a lastimar. No hay paz si no tenes paz en tu corazón.

¿Y cómo hago ahora, tanto tiempo después, para encontrar un poco de paz?

¿Cómo borro todas las heridas que me dejaron? ¿Cómo empiezo de nuevo si me convertí en un monstruo, si soy el raro, si la gente no me toma en serio? ¿Cómo ser aceptado cuando en tu

corazón todavía no te aceptaste? ¿Todavía sentis que podes volver atrás a cuando la gente te quería? ¿Y veía más alla de ese cuerpo que ahora es errante y equivocado?

¿Cómo hace la gente para no ver el dolor y seguir de largo? ¿Cómo pueden no sentirse en la obligación de colgarse las banderas y salir? ¿De dónde sale tanto egoismo?

Me vine esperando que un lugar casi mágico, casi paradisiaco, se lleve todas mis tristezas. Pero mis tristezas no están acá, no están en Boedo, no están en Laferrere. Mis tristezas están en mí.

Están en un cuerpo que no vale, en una cabeza que ya no piensa, en un corazón que ahora apenas late, están en un talento desperdiciado, están en un alma quebrada, rota, hecha pedazos.

Mis partes rotas nunca se fueron, están ahí, clavadas en cada parte de mi cuerpo. Recordandome que nunca voy a poder ser más de lo que conocí. Que jamás van a llegar a mis palabras a nadie que no me esté

rodeando. Mis partes rotas fueron quebradas, y se me pegan en la piel, la lastiman, la tiran al suelo, me hacen quedarme sin aire, me hacen no poder caminar.

La noche debe ser muy hermosa, pero nunca lo sabré porque estoy acalambrado por el miedo. Porque el miedo no te deja salir. No te deja respirar. No te deja vivir.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS