Capitulo.- 01
Objeto
Mientras miraba hacia el techo Pamela sentía una punzada en el pecho, estando en aquella habitación enorme seguía sintiéndose extraña aunque ya llevaba dos años viviendo en ella… Extendió su mano y vio en ella el gran anillo que se encontraba en uno de sus dedos aquel anillo que le recordó que era una mujer casada, se rio de sí misma… pues que mujer seguía siendo virgen tras dos años de matrimonio.
Su cuerpo le pesaba pero aun así hiso un esfuerzo levantándose de aquella cama lentamente, luego se dirigió al baño hacer su limpieza matutina y de belleza. Mientras miraba en el espejo su reflejo triste y cansado. No quería salir de su habitación pero tenía que hacerlo hoy la visitaría su adorada suegra, de manera que se dirigió a desayunar para luego preparar la casa para la vista.
Al bajar una anciana de uno 60 años le dirigió la palabra, buenos días señora el desayuno ya está listo, el señor Félix dijo que llegaría tarde.
Para Pamela no le era extraño escuchar ello ya que desde que se casó nunca a desayunado al lado de su esposo Félix, solo pensó que quizá podría estar con una de sus amantes. Así que se dedicó a comer, aunque en el fondo sentía amargura de ser tan infeliz.
Al terminar de comer le indico a los sirvientes que preparan la casa como le gustaba a su suegra, una vez hecho ello subió a su habitación pues tenía que estar presentable, se puso un vestido largo y holgado color pastel, el cual hacia resaltar su piel de porcelana, cabello negro y largo con sus ojos color océano. Nunca le importo su físico aunque era consiente que era portadora de una gran belleza. Estaba ahí frente al espejo, cuando se escuchó el sonido del timbre… sin esperar más decidió bajar.
Estando ya en la enorme sala se encontró con Gretel, una mujer de mediana edad, buenos días señora dijo.
Gretel sin devolverle el saludo le dice, valla al parecer tus modales han cambiado un poco desde la última vez que te vi.
Pamela: trato de hacer lo mejor posible señora.
Gretel: eso es lo menos que puedes hacer, no olvides de donde te saco mi Félix, no olvides lo que eres… Gretel miro de arriba abajo a Pamela y puso una cara de molestia, cuantas veces de he dicho que cambies esa forma de vestir, con razón mi Félix prefiere a esas mujerzuelas, seguro le resultan más interesantes que tú.
Pamela: lo siento para la próxima vez me vestiré mucho mas mejor… una fuerte bofetada se escuchó resonar en el rostro de Pamela.
Gretel: la próxima vez!!!… cuanto odio tu cara de mosca muerta, de yo no hice nada… pues tu sola presencia me fastidia, si no fuera por ti mi querido hijos Félix no estuviera así, saliendo a buscar mujerzuelas, el seguiría siendo atento con su madre, pero desde que se casó contigo se ha vuelto totalmente diferente.
Pamela: lo siento señora pero yo no tengo la culpa que su hijo… antes de que terminara de hablar nuevamente se volvió a escuchar una bofetada.
Gretel: no sé porque vine a perder mi valioso tiempo contigo, mejor me voy antes de que me dé un ataque y salga de mis cabales.
La mujer cogió su bolso de mano y salió echa un demonio.
Pamela estaba inmóvil en la sala, cuando vio salir a la mujer no tardo en desplomarse al suelo, luchando porque no salieran sus lágrimas. Toda su vida había sido un objeto.
Desde muy temprana edad sus padres al percatarse de su belleza no dudaron en querer aprovecharla, así se propusieron a educarla muy rigurosamente e inhumanamente posible para que el mejor postor pudiera llevársela y sacarlos de la miseria. Tantas noches en vela que paso para poder obtener el mejor puntaje de sus tutores, pues si no sacaba las notas que esperaban sus padres. Estos la dejaban días sin comer bien pues ellos decían que aparte de ser un castigo le ayudaba a no engordar, lo le golpeaban físicamente pues tenían que conservar su belleza, es ahí cuando el maltrato psicológico se hacía presente, este era aún peor que cualquier golpiza.
Pamela aguantaba todo pues pensaba que cuando se casara viviría tranquila lejos de ellos, y cuando al fin pudo contraer matrimonio fue todo lo contrario, ahora también seguía siendo un objeto más, un arma para su esposo y solo eso nada mas, nunca nadie se dignó a preguntar cómo estaba o que sentía, solo le decían que debería estar agradecida por la gran belleza que cargaba consigo, esa belleza que para ella es una maldición más que una bendición.
Después de tanto llorar se levantó de aquel piso frio y se dirigió a su habitación, al estar ya en ella ingreso a los servicios higiénicos, se miró en el espejo y vio su cara roja e hinchada a raíz de las fuertes cachetadas ocasionadas por su suegra, sus ojos también estaban hinchados de lo mucho que había llorado. Pamela se desvisto y se sumergió en la bañera perdiendo la noción del tiempo, de pronto pudo escuchar el sonido del timbre. Así que salió rápidamente pues su esposo Félix ya había llegado. Se cambió rápidamente y se colocó un poco de maquillaje tratando de ocultar los rastros de las lágrimas, estando ya lista se propuso a ir a recibirlo.
Capitulo.- 02
Cruel
Pamela al estar ya en la sala y no ver ningún rastro de Félix se dirigió al gran comedor, Félix le indico que se sentara junto a él, ella un copo extrañada dudo en si debería sentarse cosa que termino haciendo.
Félix: como estuvo tu día?
Pamela: estuvo bien, mejor que lo normal.
Félix: mi madre me llamo hoy a me dijo que hoy te visto.
Pamela: si, ella estuvo hoy aquí en la mañana.
Félix: también me dijo entre lágrimas que la recibiste y la trataste muy mal!!
Pamela: tú sabes cómo es tu madre, dice cosas cuando la realidad es otra.
Félix: entonces dices que mi madre es una loca y se lo invento todo maldita sea!!!… sabías que estaba en una reunión importante de negocios cuando mi celular sonó en plena reunión, me hiso quedar en ridículo ente todos, y todo por tu maldita culpa!!!.
Pamela: yo, yo, lo siento mucho.
Félix: jajaja, que idiotez la tuya pensar que con simple lo siento solucionas todo… solo eres una carga para mí y mi familia, agradece a tu belleza que aun sigues aquí de lo contrario tu destino habría sido otro, deberías de estar haciendo tu mejor esfuerzo por ser la mejor esposa ya que saque a tu familia de la miseria y a ti te convertí en mi esposa, sin embargo en vez de hacer algo bueno terminas empeorando las cosas.
En fin no quiero escuchar mas escusas, más bien ve a alistarte que hoy tengo una cena de negocio y mis posibles socios quieren conocerte a y por cierto te compre un vestido se encuentra sobre tu cama, a ver si así te quitas eso que llevas puesto.
Pamela que ya no quería estar a su lado no dijo ninguna objeción y se dirijo a su recamara, al ingresar en ella, como él lo había dicho el vestido se encontraba sobre la cama era muy hermoso, al colocárselo, el vestido de color blanco encajaban perfectamente en sus hermosas curvas y grandes pechos, se miró ante el espejo se veía imponente e inalcanzable, al poco tiempo llego una sirvienta para ayudarle a peinarse y maquillarse. Al terminar esta dijo.
Sirvienta: se completamente radiante, si yo tuviera su belleza mi vida sería totalmente distinta valla que debe estar orgullosa de ser así de bonita.
Pamela: hizo caso omiso al comentario de la sirvienta ya estaba cansada que todos le digieran lo hermosa que es y que era afortunada por ello, al llegar a la sala Félix la estaba esperando.
Félix: por favor compórtate como una buena esposa y no me hagas quedar en ridículo.
Pamela no dijo nada y se dirigió al auto.
Al llegar al lugar donde se llevaría a cabo la cena de negocios, todos miraban la pareja de esposos que llegaba y sobre todo a la hermosa esposa, todos los ejecutivos miraban con envidia a Félix ya que era el poseedor de tal belleza, era la mujer perfecta y a medida que iba avanzando se robaba el corazón de cada ejecutivos de aquel lugar, por otra parte había esposas y chicas solteras con una cara de molestia hacia Pamela ante su innegable belleza.
Pamela: aquí vas lo mismo de siempre, me siento como Elena de trolla, con todos los ojos de aquellos hombres puestos en mí, siento que me desnudan con la mirada, siento un ligero escalofrió envolver mi cuerpo… porque tengo que ser así, estoy sola ante estos lobos y no hay en quien apoyarme.
Al llegar a la gran mesa la pareja tomo asiento, todos los ejecutivos posaban su mirada en la aparente feliz pareja, Félix como siempre estaba contento de haber descubierto a tal belleza si que le favorecía bastante en los negocios.
Pamela estaba sentada a lado de un viejo, que dijo como es que el pudo conseguir una belleza como tu sin duda alguna una joya, por tu rostro puedo notar que no estas nada feliz junto a el pero si te bienes con migo nada te faltara.
Pamela miro aquel hombre decrepito y dio un rotundo no, estoy bien con mi esposo, el anciano se rio y dijo si que eres inusual pequeña, el viejo puso su mano en la pierna de ella. Pamela ya no soporto más así que cogió la copa de vino que tenía más cerca y se la arrojo encima.
Perra infeliz que crees que haces aso no sabes quién soy, pamela dijo no sé, ni me interesa saber viejo asqueroso ni bien termino de hablar y salió disparada del lugar. Estaba acercándose a la salida cuando es detenida abruptamente por unas manos.
Félix: que crees que haces, acaso estás loca y no sabes quién es ese hombre al que acabas en dejar en ridículo maldita sea contigo.
Pamela: que querías que hiciera, que me regalara a el y sus asquerosas manos me tocaran y no me amabas porque te casaste conmigo??
Félix: que no te lo e dejado en claro ya muchas veces, pues te lo vuelvo a decir solo porque tu belleza me favorece nada más, esta noche are algo que te lo dejara muy en claro. Dicho eso Félix metió a Pamela en el auto y se dirigió a un hotel.
Pamela: espera que vas hacerme..
Félix: imagínatelo.
Al ingresar a la habitación Pamela se llevó una compresa en la cama se encontraba una mujer semi desnuda. Félix coloco cerradura la puerta y dijo a Pamela siéntate y observa.
Pamela: que harás.
Félix: ja, que no te e dado suficientes pistas ya, veras como se divierte tu esposo.
La mujer en la cama miraba a Pamela con una sonrisa descarada, Félix subió a cama y empezó a besar a la mujer, mientras tocaba sus formidables pechos.
Pamela: para por favor.
Félix: ni se te ocurra cerrar los ojos, aunque si lo hicieras igual escucharías el sonido del placer. Saco sus pantalones y sus prendas interiores y miro a la mujer, aquella mujer sin esperar más comenzó a succionar. Sonidos de placer se escuchaban en toda la habitación.
Para Pamela aquellos sonidos eran una tortura aunque cerrara los ojos era inútil, podía escucharlos lentamente llegar al orgasmos. Cuando ya no hubo más ruido abrió los ojos, estaba totalmente devastada y pudo lo cruel que puede ser Félix, entendió que era un hombre despiadado. Ya en casa Félix te gusto todo lo que prepare.
Pamela: eres un idiota, ser despiadado porque a mí que te hice porque me hacer la vida aún más miserable.
Félix: hay por favor, no me digas que te afecto, si ni siquiera hemos consumado nuestro matrimonio aun te voy diciendo que puedo con un aún más si te animas subes a mi habitación. Sin decir más Félix subió.
Pamela: que cruel eres Félix dijo entre lágrimas, no hemos consumado nuestro matrimonio pero esto es lo peor que podías haber hecho, tanto me odias, porque siempre tengo que salir lastimada yo, porque siempre soy yo. Se acabó ya estoy harta de hacer lo que los demás me dicen, estoy harta de no tomar mis propias decisiones, estoy harta de ser solo un instrumento. Nunca más permitiré que me humilles, me voy a rebelar contra ti ya los veras solo espera y veras.
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