¿Y ahora, a donde ir? no hay caminos, todos se han cerrado
y el rumbo se ha diluido como polvo bajo la lluvia.
El trazo original ha perdido la ruta,
la luz se torna nula,
y desespero ante la falta de rumbo.
La calma huye,
la ansiedad me aborda,
la emoción duerme ante el deseo perdido.
Busco, pero no encuentro,
las respuestas se convierten en más preguntas
que nunca encuentran solución.
Paciencia, ¡llega!
dame tu cobijo para saber que tan solo es un capítulo
de esta larga caminata.
OPINIONES Y COMENTARIOS