Las musas nunca lloran

Va riendo.

Riendo y mirando un punto rasgado sobre una pared 

“Todo lo que escribo es un asco“ como si alguna vez sobre la superficie de la tierra, algún poeta hubiera dicho lo contrario.

Piensa, piensa, nunca podría acercarse a tocar la moral distinta de los seres, y sigue riendo. 
porque ahora el purgatorio se está cerrando y está quedando dentro, sobre esas calles que no se acortan 

Hasta pena me da por esa pobre alma, no verla resurgir en lírica estrecha, como si alguna vez, alguien de su especie lo hubiera hecho algún día, sin acabar en la eterna maldición de los corazones sin coraza.

Sigue riendo, y su boca se abre tanto que eriza mis vellos, toda su boca, abierta, enseñando los dientes, y ahora está llorando, como si estuviera atrapada en su cabeza, como si el monstruo no fuera ahora su mejor amigo.

Como si no le susurrara todo el tiempo, a todas horas, que nos suplique, que nos ruegue ahora, 

¡Que ya todos los poetas abandonen sus cuadernos! ¡Que ya todos los pintores se abstengan de sus lienzos,

Que ya  no corran, que todo es mentira, que las musas nunca lloran.