Jamás pensé que el día en que contestaría esa maldita llamada, sería el último día normal para mí. Era una noche como cualquier otra, me sentía bien, estaba relajado y no tenía preocupaciones de ningún tipo, pues mi vida era tranquila, tenía una novia hermosa que me amaba y yo la amaba a ella, me iba bien en la facultad y no sufría problemas económicos.
Pero todos sabemos que cuando todo sale demasiado bien, al menos una cosa debe estar mal, excepto que yo no sabía eso, la felicidad me cegaba hasta el momento en que recibí esa maldita llamada, ahora que lo pienso, no había ninguna razón como para que yo contestaste esa llamada, era demasiado noche como para que alguien normal marcase, de todas formas ignore esto y conteste con temor, pues no sabía quién podría ser, pero al momento de ponerme la bocina del teléfono fijo en la oreja, escuche la voz de alguien conocido.
Jorge: ¡Hola Alan! Yo sé que es demasiado tarde, pero aun así solo te llamaba para saber cómo estabas, ¿qué tal te trata la vida?
Alan: ¡Ey! Que tal, cuanto tiempo ha pasado Jorge, la verdad me ha ido muy bien últimamente, ¡en realidad demasiado bien como para ser normal!
Jorge: ¡Me alegra escucharlo!, la verdad es que a mí no me ha ido tan bien, pero sabes hace una semana llegue a la ciudad, y la verdad es que extraño esos momentos en la preparatoria, cuando estábamos todos juntos y quería ver si pondríamos reunirnos otra vez, ya sabes, cómo los viejos tiempos.
Me alegraba escuchar una voz conocida, pero a Jorge se le escuchaba con un tono bajo y medio nostálgico, él era mi amigo confiaba en el por lo que en ese momento no lo note, estaba feliz por hablar con él, habían pasado años desde que no estábamos todos, como siempre, la felicidad me volvió a cegar, aún recuerdo las palabras que le dije.
Alan: Claro que lo recuerdo yo también extraño esos momentos, pero ¿que han dicho los demás?
Jorge: Siendo honesto eres al primero que le digo.
Alan: Claro que los acompañaría solo díganme la hora y el lugar al que acudiremos.
Jorge: Como acabo de llegar todavía no sé qué lugar sería bueno.
Alan: Podríamos hacerlo en mi casa, mi casa es grande y silenciosa perfecta para la reunión, sería bueno volverlos a ver como en los viejos tiempos
Jorge: ¡Cierto!, grande y silenciosa… perfecta para la situación, aunque de jóvenes no era tan silenciosa jajá.
De verdad confiaba en él y estaba ansioso de verlos de nuevo a todos, pero por que tome esa maldita decisión, si tan solo la reunión hubiera sido en un café no hubiera pasado nada, pero todo por mi culpa y mi maldita amabilidad. Llego el día, prepare todo para recibirlos con un ambiente cálido y amable, limpie toda la casa, e incluso saque una vajilla lujosa, pues creía era una ocasión muy especial. para la tarde todo estaba listo solo me quedaba esperar a que llegaran todos, e incluso había preparado algunos juegos de mesa, llego la tarde y tocaron, abrir la puerta y eran ellos. ver la cara de Fernando, Carlos, Andy, Soto, mi hermosa novia Azul me traía tantos recuerdos, y por último detrás de todos ellos estaba Jorge, ESE MALDITO, aún recuerdo la pequeña sonrisa que tenía en su rostro como no pude darme cuenta.
Alan: Me alegra verlos a todos, hace mucho que no nos veíamos.
Azul: Aunque no es muy raro que te visite, apenas nos vimos ayer.
Carlos: Ah, así que al final se quedaron juntos
Andy: Ya me los imaginaba así
Soto: yo sabía que tarde o temprano terminarían así, pero, aunque nadie me lo haya preguntado, tengo sed, Alan me podrías servir un vaso de agua y de paso dejarnos entrar que el sol quema como el infierno.
Todo al principio era normal, el ambiente se notaba amistoso, tomamos algunos tragos entre amigos, aunque yo no tomara, pero ese día se sentía tan bien, bailamos, jugamos, cantamos, incluso le hicimos un poco de burla a Fernando por lo cayado que seguía siendo
Alan: Oye Soto, y ¿cómo sigues con tu salud? ¿Sigues haciendo ejercicio?
Soto: Después de lo que pasó en preparatoria decidí bajar la intensidad de mis ejercicios, no querría volver a exponer mi cuerpo de ese modo.
Soto: Además, Carlos me ha ayudado, de hecho, nos seguimos viendo de vez en cuando.
Carlos: Es verdad, el ya aprendió la lección, y no es para menos, durante el tiempo que estuvo así en la preparatoria, se quejaba mucho y se sentía mal.
Carlos: Me enojaría si volviese a llegar a esos extremos.
Alan: Entonces está bien
Jorge: Oye Alan, ¿dónde está tu baño?
Alan: Está subiendo la escalera, recto por el pasillo, es la ultima habitacion.
Jorge subió las escaleras, pero no fue al baño, solo quería estar a solas para husmear sin que nadie lo viera, solo su mente retorcida sabia realmente lo que quería hacer, Jorge entro a los cuartos de la segunda planta, abrió closets, reviso bajo mi cama, abrió cajones, esculco todo lo que pudo, y cuando se sintió satisfecho bajo como si nada hubiera pasado, pero en ese momento cuando platicaba con todos no me di cuenta.
Cuando el bajo nos encontró en un ambiente feliz, todos platicando y conviviendo, pero algo quebró el ambiente, una llamada, Soto había recibido una llamada y me dijo que tenía que salir a contestar.
Soto: Disculpen chicos tengo que contestar.
Alan: Si no te preocupes, contesta.
En ese momento salió de la casa, pero justo en el momento en que Soto cruzo la puerta, Jorge empezó a notarse nervioso y empezó a contestar muchos mensajes, unos minutos después, notamos de fondo el sonido de un auto que estaba pasando por la calle y freno de golpe, nos quedamos en silencio hasta que Andy soltó una broma sobre conductores ebrios, en ese instante todos comenzamos a reír y se nos olvidó completamente lo que había sucedido.
Andy: ¿Jajaja fue bueno no?
Azul: Si jaja demasiado.
Fernando serio como siempre solo soltó una leve sonrisa.
Alan: ¡No sé por qué la gente bebe y conduce, eso es una tontería!
Carlos: Estoy de acuerdo contigo sabes, anqué para empezar ni auto tengo jaja.
Lo que no sabíamos era que esa tarde sería la última vez que veríamos a soto.
Después de un rato Carlos exclamo “¿¡ya hace hambre no!?” y todos coincidimos con él, Azul dio la iniciativa y se levantó y se dirigió a la cocina justo ahí fue cuando Jorge la detuvo y en frente de todos nos dijo que en su tiempo fuera había tomado unas clases de cocina y le encantaría ponerlos a prueba con nosotros, todos aceptamos y dejamos a Jorge cocinar Junto a Carlos, y mientras ellos cocinaban, todos seguíamos platicando y bromeando en la sala de estar, que mala idea fue haber esperado algo bueno de eso, pero no miento al decir que en verdad confiábamos en él.
Todo iba bien, y cundo llego el momento de servir la comida, nos sentamos en el comedor, cada quien tomo su asiento, al principio todo fue normal pero rápidamente el ambiente empezó a ponerse serio cuando nos dimos cuenta que Carlos estaba asfixiándose y no sabíamos el porqué, intentamos varias cosas y afortunadamente dejo de ahogarse luego de unos instantes, pensamos que todo estaría bien, pero no fue el caso, cuando terminamos de comer Carlos se quejó de mareos y vomito.
Carlos: Rayos, esa comida estaba deliciosa, pero creo que me cayo mal.
Alan: ¿Estas bien? ¿quieres que te lleve al doctor?
Carlos: No, no, estoy bien, solo necesito recostarme un rato.
Azul: Puedes ir a la recamara de Alan, está subiendo las escaleras, es la tercera habitación de la derecha.
Carlos: Si creo que dormiré un rato.
Jamás me hubiera imaginado que esa sería la última siesta que Carlos tomaría ¿Cómo era posible que una reunión de 7 personas se redujera a 4? Pues tuvo que irse, su madre lo había llamado por problemas de la escuela de su hermano y nos dijo que tenía que irse de imprevisto. Y de esa manera ya solo quedábamos Andy, Azul, Jorge y yo, ese bastardo lo tenia todo planeado desde un principio.
Una reunión muy animada paso a tener un habiente lúgubre, aunque intentamos alegrar el habiente con preguntas y uno que otro chiste, aún que, por otro lado, aún estaba la duda de ¿En dónde estaba Soto? se suponía que solo había salido a tomar una llamada, pensábamos que había tenido que irse o que simplemente se había cansado, que ingenuos fuimos…
Después de un rato empezamos a recoger y limpiar todo, Azul dijo que iría a revisar a Carlos ya que se había tardado en bajar y cuando ella termino de subir las escaleras Jorge me dijo que iría al sanitario, pero no me había dado cuenta, que Jorge había tomado un cuchillo, y lo había escondió bajo su suéter, subió las escaleras, pero no entro al baño, en vez de eso entro a mi habitación, donde estaba azul dándose cuenta que Carlos estaba pálido y no respiraba.
Jorge entro fingiendo estar impactado por la situación, pero lentamente iba acercándose cada vez más a Azul, y con un movimiento rápido le taparía la boca y le provocaría una herida en la garganta, y cuando Azul pereció en el suelo, Jorge hizo algunos cortes más, solo para asegurarse, salió de la habitación y se metió en el baño, y mientras él hacia todo ello, Andy y yo recogíamos los juegos de mesa y subiríamos juntos a guardarlos.
Pise el primer escalón, y en cuanto iba a dar el segundo paso, Andy me dijo que había olvidado algo, y que en un momento me alcanzaría en la habitación, yo subí y recorrí el pasillo, mientras lo recorría me surgieron varias dudas ¿Por qué carlos se sintió mal? ¿Por qué azul no había vuelto aun? Mire mi habitación, y decidí entrar, en cuanto abrí la puerta pude ver el cuerpo inerte de mi amada en el suelo, sin pensarlo corrí y me arrodille, la abrace tratando de pensar que aún estaba viva, pero en ese momento Andy entraría al cuarto, viéndome tirado en el suelo junto a Azul que estaba muerta, también notaria a Carlos, el cual estaba pálido y sin signos de vida.
De un susto soltó los juegos de mesa que tenía en las manos y salió corriendo hacia el baño, donde Jorge apenas estaba saliendo, yo quise explicarle lo que estaba pasando, pero en cuanto salí del cuarto, ya era demasiado tarde, Jorge corrió hacia mí y me tomo de los brazos, Andy me puso el pie, y cuando ya me tenían inmovilizado Jorge me amarro a una silla de escritorio que tenía en mi cuarto.
Jorge: ¿¡Por qué lo hiciste Alan!? ¿¡Por qué los mataste!?
Andy: No puedo creer que todo esto este pasando, en verdad jamás pensé que esto pasaría.
Alan: ¡Yo no hice nada, cuando entré a la habitación, ellos ya estaban muertos!
Jorge: ¡Estas mintiendo! ¿¡También querías asesinarnos Alan!?
Andy: ¿Por qué lo hiciste Alan?
En ese momento yo estaba asustado, no sabia que estaba sucediendo, tenía a Jorge gritándome e interrogándome, y por otro lado estaba Andy, ella tenía miedo, eso se notaba en su cara, ni si quiera podía verme a los ojos y hablaba en un tono bajo. Todo había sucedido demasiado rápido, y no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando, pero estando en ello, algo había sucedido, Andy empezó a llorar, y se volteo para que no la viéramos, me sentía impotente y desesperado.
Pero esa desesperación solo aumento cuando me di cuenta que Jorge hacia sacado un cuchillo de debajo de su suéter, el sabia que lo estaba mirando y solo me dio una pequeña sonrisa, al ver que Jorge se empezó a acercar a Andy, grite lo mas alto que pude para alertarla, peo en cuanto Jorge se dio cuenta de mis intenciones, agarro a Andy por el cuello y rápidamente le hizo un corte en la garganta, Andy comenzó a desangrarse frente a mis ojos, y después de unos segundos, Jorge la soltó, y ella cayó al suelo.
Alan: ¡Eres un maldito bastardo! ¡Ya lo tenías todo planeado desde el principio! ¡¿Cierto?!
Alan: ¡La llamada, la reunión en mi casa, incluso la forma en la que nos matarías a todos!
Alan: ¡Incluso aprovechaste todas las oportunidades que viste para hacerlo!
Jorge: Pero, no crees que todo eso es ya obvio para este punto, claro que lo tenia planeado, al principio tuve miedo de ser descubierto, pero todo fue realmente bien.
Alan: ¡Eras nuestro amigo Jorge, confiábamos en ti!
Jorge: Y eso fue lo que termino por matarlos.
Justo cuando Jorge termino de decir esas palabras, mi teléfono empezó a sonar, no sabía quién demonios podría llamarme a esas horas, ya era muy tarde como para que alguien llamase, y al parecer Jorge también se sintió curioso, por lo que se acerco a mi para agarrar mi teléfono, intente moverme para que no lo consiguiese, pero lo único que conseguí fue caerme hacia atrás con la silla.
Jorge se rio por lo ridículo que le parecía que intentase resistirme aun estando atado, y mas gracioso le pareció que me cayera intentando algo que de todas maneras sucedería, se acerca mí y tomo mi teléfono, era Fernando me alegre de saber que el había podido salvarse, pero en cuanto Jorge vio mi cara de alivio por Fernando soltó una pequeña carcajada y me miro a los ojos.
Jorge: Vaya no pensé que Fernando llegaría a salvarse, aunque no me extraña, siempre supo como defenderse aun contra personas armadas.
Jorge: De todas formas, ya me encargare de él en otro momento.
Jorge: Ahora mismo, lo más importante para mí, eres tú “amigo”
Esas ultimas palabras me molestaron demasiado, estaba iracundo e impotente, ese bastardo había asesinado a mis amigos, lo había planeado todo desde el principio, y me sentía tan idiota por no haberme dado cuenta de todas las señales que hubo, ese nerviosismo cuando Soto salió de la casa, el que Carlos se sintiese mal sin motivo aparente, que Jorge subiese casi al mismo tiempo que Azul lo había hecho, pero sobre todo esa maldita llamada.
Jorge: Bueno, es hora de acabar esto ¿no crees?
Alan: ¡Eres un maldito bastardo! ¡Jamás debí haberte respondido esa noche!
Jorge: Tienes razón, jamás debiste haber respondido esa llamada. Hasta luego “amigo”
OPINIONES Y COMENTARIOS