Una noche tranquila, el 2 de Octubre del año 1999, me encontraba en el balcón de mi diminuto departamento, con una pequeña cigarrera en la mano derecha, cabizbajo como era de esperarse, todo tan rutinario, quizá lo único diferente que pude haber hecho aquel día fue salir al balcón… vaya cambio tan insignificante a una rutina de un artista derrotista en un ambiente totalmente monótono, uno podría darse cuenta de lo poco interesante de mi asunto (y del entorno en general) con tan solo observar alrededor desde las alturas, varios autos formados en fila estancados por algún estúpido sin sentido común o si quiera empatía por los conductores de atrás, dentro de los autos, en cada uno algún padre de familia estresado por una vida infeliz en un trabajo que más que dar de comer a la familia del hombre simplemente esclaviza al mismo. En cualquier bar que se pudiera ver, simplemente un montón de personas buscando embriagar su mente para distraerse de su triste realidad.. quizá divago mucho en mis pensamientos, esto solo me lleva a pensar en cómo un problema crea una serie de raíces de estupidez en cualquier patria , sociedad, no importa si eres negro, blanco, heterosexual, lesbiana, pobre, clase media, artista, militar, después de todo la sociedad simplemente termina volviendo te una pieza más del montón, sin nada que destaque de los demás, simplemente parte de algo a lo que llamo “El hombre masificado”… De igual forma esto no importara mañana, será el mismo día cíclico, debería ir a dormir.

La mañana siguiente, nada especial depara para mí, despierto cerca de las siete, realmente lo único que puedo hacer es dirigirme a dar clases.. doy clases de arte de manera particular, apenas puedo cubrir para la renta y la comida aunque realmente siempre compro cosas individuales, una lata de atún, botella de agua, pequeños sobres de shampo, barra pequeña de jabón, vaya, que diría mi madre ahora mismo. Suelen decir que las cosas que pinto son un tanto deprimentes, que muchas veces transmiten nostalgia, que suelen hacer extrañar al espectador épocas pasadas en las que si quiera han estado, parecido a aquel álbum musical con un tono bastante bizarro “The caretaker”. Regreso a casa en el transporte público después de largas horas de clase con un adolescente que no lograba ni siquiera comprender la teoría de color, a un lado mío se sienta un hombre, alrededor de 24 años de edad, cabello rubio con tonalidades oscuras, una figura esbelta, con una camiseta abierta de los primeros dos botones superiores y una chaqueta de piel roja que por alguna extraña razón lo hacía resaltar, el sujeto parecía ser agradable aunque un tanto despreocupado de las cosas que no le importaba, esto se notaba por su postura, me llamo la atención el hecho de que llevara puestos unos anteojos de cristal rojizo, con el armazón grande y rectangular, en un atardecer tan normal, siempre tomo la misma ruta, pero a el nunca lo llegue si quiera a ver de reojo por aquí… pero siento que ya lo conozco, este análisis a la persona del sujeto se desvanece rápidamente cuando me dirige la palabra, preguntando por uno de los cuadros que llevaba en la mano.

  • Llamativo, pero obviamente tiene matices que buscan deprimir al espectador ¿No lo hiciste con esa intención?

Titubeando un poco respondí a su pregunta, aunque el ya sabía la respuesta

  • Si, lo que una paleta de colores bien manejada puede llegar a hacer en las personas es sorprendente.

La expresión del hombre cambio a la de una confiada con una pequeña sonrisa, sin más solo se presentó, tenía un nombre peculiar, era “Alois Durden” debí haber sabido que ambos estábamos igual de locos antes de que nuestra vida se convirtiera en una fantasía que solo iría en picada, gracias a él. Mis pensamientos de nuevo fueron interrumpidos por él.

  • La sociedad no es amable con los artistas, en general, pero eso ya lo sabes, a las personas no les gustan las cosas que no pueden comprender y entonces las etiquetan de densas, sin sentido, desastre.

Completaba lo que Alois estaba a punto de decir de una manera tan sincronizada que pareciera que la conversación había sido leída por los dos del mismo guion, como si ambos compartiéramos la misma mente.

  • Y es por eso que el arte contemporáneo, abstracto, nuevas vanguardias, “jingles”, películas de basura Holiwoodiense comienzan a entrar dentro de la categoría de arte… son cosas tan banales que para las masas son fáciles de comprender.

Al terminar mi oración la sonrisa de Alois se hizo notablemente más grande, sus ojos expresaban cierto respeto y asombro.

  • Chico listo.

Decía, por un corto instante, solo un milisegundo detrás de Alois vislumbre como si todas las personas a nuestro alrededor tuviesen sobre la cabeza una clase de parasito, cada uno unido con cables a algo, alguna cosa o criatura que estuviese sobre nosotros, en ese pequeño instante, Alois desapareció, cuando todo volvió a la normalidad me encontré un tanto fuera de lugar, solo se lo atribuí a el cansancio, pero efectivamente Alois ya no estaba frente a mí, solo pude alcanzar a ver si silueta saliendo del autobús, como era costumbre, solo era un amigo de paso, pero al menos era con quien había tenido la charla más interesante que ambas partes comprendían que había tenido en mucho tiempo. Legue a casa, como era costumbre cansado, ni siquiera cene, solo deje mis cuadros en el sofá y me tumbe en la cama para quedarme dormido tras unos pocos minutos, segundos antes de dormir note que en uno de los bolsillos de mi chamarra estaba el número de alguien, es raro porque nunca guardo nada que no sea dinero en mis bolsillos así que asumí que era de Alois

Después de ese día mi rutina siguió como siempre, no hubieron más cosas destacables, la única excepción es que dos semanas después me desalojaron del departamento donde vivía, solo me lleve mis cuadros, algunos pinceles y algunos pocos pigmentos (azul, rojo, gris, azul índigo, gris aperlado y negro) era todo lo que realmente importaba, todo lo demás estaba en la calle pero realmente no me importaba, lo único que se me ocurrió para no sumarme a la fila de indigentes que ya había en la calle, fue llamar a Alois. Me acerque al teléfono público más cercano y tecle su número en los botones metálicos del teléfono, marque pero el teléfono sonó alrededor de 30 segundos, estaba claro que Alois no iba a responder, quizá ese ni siquiera era su número, solamente me resigne, estando a punto de salir de la cabina, el teléfono sonó de vuelta, quizá era el, quizá no, pero nada después de todo que más podía perder con tan solo unos segundos de darme la vuelta y responder el teléfono.

  • ¿Quién es?

Salió del micrófono en el teléfono, era la voz de Alois.

  • Soy yo, el chico listo del autobús
  • ¡Ah! Si, el artista incomprendido, disculpa me, nunca respondo el teléfono, ¿Qué necesitas?
  • Es solo que tengo un… un asunto ¿Puedes venir al bar Great Beer?
  • No se escucha bien, pero claro, ahí estaré

Ya estando en aquel bar, Alois se encontraba con la misma ropa de aquel día, el mismo peinado alborotado y su misma postura confiada, sin sus lentes su mirada se notaba más penetrante que aquella vez, Alois saco su cajetilla de cigarrillos y me los extendió

  • ¿Fumas?
  • Ah no no, gracias.

Respondí amablemente a la vez que me preparaba para pedirle aquel penoso favor.

  • Bueno, resulta que me echaron de aquel pequeño departamento en el que vivía, solo tengo los pigmentos que más uso, y algunos cuadros conmigo.
  • Bueno, me alegra que no estés destruido por dentro y que hayas renunciado a las cosas más materiales que tenías , después de todo, si analizas bien a las personas con poder y riqueza, te vas a dar cuenta de que ellos no son dueños de sus cosas, sus cosas se convierten en sus dueñas, eso no está nada bien, aun así creo que debiste haber traído contigo si quiera enjuague bucal.

Quizá Alois tenía razón en lo que decía, quizá el hecho de que me echaran del departamento no fue tan importante, aun así olvide porque estaba aquí con él y hubo un largo rato de silencio incomodo, hasta que Alois dijo algo.

  • Vamos, ¿Aun después de tres tarros de cerveza no lo puedes pedir?
  • ¿Eh? ¿a qué te refieres Alois?
  • Vamos solo dilo, me llamaste porque necesitabas donde quedarte.
  • Es cierto, es cierto, lo olvide por completo

Dije en un tono apenado, como pude haber sido tan tonto ¿cómo para olvidar porque estaba ahí?

  • Bien, vamos, no te prometo que sea un lugar demasiado comodo.

Llegamos a la casa de Alois, era grande, con un patio delantero descuidado, la madera estaba carcomida y desgastada por la humedad, aunque los pocos vestigios de color que tenía indicaban que era anaranjada rojiza, como el color de una papaya, al entrar las luces amarillas solo daban luz al centro de las habitaciones dejando esquinas oscuras donde no sabrías si encontrarías una rata muerta o un trozo de sándwich rancio, las escaleras que llevaban al primer piso no se veían tan seguras, aun así pudieron soportar el peso de ambos mientras subíamos, lo único que parecía estar relativamente conservado, era la cocina, era el único cuarto que no tenía las ventanas rotas, aunque la manera carcomida le daba un aspecto sucio, aun así, no parecía que Alois la utilizara principalmente para cocinar.

  • La cocina se usa para hacer jabón principalmente, o explosivos.

Alois tenía muchos trabajos de medio tiempo por la noche, yo realmente no sé cómo puede hacer eso, con el problema del insomnio no aguantaría el ritmo de vida nocturno que lleva, entre sus pasatiempos esta la química, hace jabón o cualquier otra cosa.

Por ultimo me mostro mi habitación, la cual estaba en el primer piso, directamente se podía ver por una ventana un patio trasero con un jardín bastante descuidado, había agujeros por todas partes, quien sabe porque, igualmente no me podía quejar, y no parecía que Alois fuese una mala persona, pero así fue como realmente conocí a Alois

Todo comenzó a irse en picada cuando, de vez en cuando, estando cerca de él, tenía aquellos episodios de alucinaciones donde el mundo parecía una fantasía salida de alguna película de terror, no sabía a qué se debía esto, tampoco se lo conté a nadie pero estos episodios comenzaron a ser cada vez más frecuentes, ni siquiera Alois, mi amigo más cercano sabia de esto después de haber vivido con el cinco meses, pero aun así él se daba cuenta, y yo me daba cuenta que el de vez en cuando hacia cosas un tanto extrañas, alguna vez lo vi combinando algo de ácido nítrico, con nitrato se sodio, sustancias que se usan para fabricar dinamita, esto lo sé, porque Alois lo sabe, cada vez comenzaron a hacerse más frecuentes las visitas de un grupo de hombres vestidos de color vino de la cabeza a los pies, que por alguna razón me trataban con cierto respeto, siguieron pasando los meses y esto se hizo cada vez más frecuente, yo solo seguía pintando, pero, desde que empecé a vivir con Alois el color rojo se hizo cada vez más presente en mis pinturas, comenzó con ciertos detalles, ahora pintaba un cielo completamente teñido de rojo, y comenzaba a pintar lo que veía en aquellas extrañas alucinaciones comencé a cambiar las composiciones de mis pinturas poco a poco, antes al espectador le transmitían tristeza, todo eso ahora solo transmitía dolor, violencia, peligro… y un miedo que en ocasiones se mezclaba con matices de fascinación, quizá mis pinturas ahora eran más llamativas… pero una obra sin importar si es un libro, una sinfonía, un dibujo, una pintura, proyecta la forma en que el artista percibe el mundo, el cambio radical al parecer no solo se producía en los lienzos, sino también en mí, cada vez tenía más comportamientos que Alois tenía, pero de eso nunca me di cuenta hasta entonces, quizá solo había sido el hecho de que llevaba ya varios meses viviendo en la misma casa que Alois, ya saben, un gato creciendo en una camada de perros puede llegar a comportarse como uno.

Todo lo que cada uno tenía que decirle al otro sobre las cosas que sospechábamos de ambos, explotaron fin, estaba pintando en mi recamara, Alois solamente entro y echo un vistazo a las pinturas que estaban colgadas en las paredes, después me miro a mí, directamente a los ojos, podía observar sus ojos analizando me tras aquellas gafas de cristales que casi siempre llevaba puestas, entonces fue cuando me lanzo las siguientes palabras, con cierto tono soberbio.

  • Tus pinturas, te causan miedo y odio, ¿Verdad?

Tarde unos segundos en reflexionar lo que me dijo, porque era verdad, no supe cómo es que él lo sabía, hasta que volvió a lanzar otra ráfaga de palabras con confianza en lo que decía.

  • Me doy cuenta de que lo que pintas, ni siquiera tú mismo lo terminas de comprender, más que las paletas de colores que usas, pero creo que esas composiciones, y esas situaciones surrealistas que hay en tus lienzos, no las imaginas, ¿No es así?

No estoy loco, que está tratando de decirme, se a lo que quiere llegar pero no voy a permitir que me lo diga, así que respondo molesto.

  • Yo me he dado cuenta de lo que has estado haciendo, haz estado fabricando dinamita junto con todas tus marionetas.
  • Nuestras marionetas.
  • ¿Qué? ¿De qué diablos hablas Alois?
  • Si, tu eres parte de todo esto, solo que estas tan inmerso en creer que sigues siendo una persona común y corriente que ni siquiera te has dado cuenta, de que eres parte de esto, o dime, porque aquellas marionetas te tratarían con respeto
  • No lo sé Alois, No lo sé, quizá es porque soy el amigo del líder de su estúpida organización criminal.
  • ¿Qué sabes de la amistad? ¿En especial de la nuestra

Qué demonios estaba queriendo decir Alois, en esos momentos no entendí a que se estaba refiriendo con aquella pregunta, me tomo del brazo y coloco sobre el un ácido, que comenzó a hacer una gran quemadura, me sostuvo con fuerza mientras me veía con un semblante desafiante en su mirada, fue en esos momentos que parecía que la realidad se rompia ¿Realmente puso algo de ácido? Si, lo había hecho, el ácido no hizo que comenzara a ver criaturas extrañas en casa, o fuera en las ventanas, Tyler simplemente había potenciado las alucinaciones que tenía subiendo mi nivel de adrenalina de golpe.

  • ¡Diablos Alois! ¡Esto duele!
  • ¡La vida entera duele¡ no puedes escapar del sufrimiento que contiene estar vivo, solo tienes dos certezas, ¡Vas a sufrir y vas a morir!
  • ¡Solo quítamelo!

Sostuvo con más fuerza hasta que con un movimiento brusco me aplico una llave dejándome con el mismo brazo que sostenía tras mi espalda para luego chocarme contra la venta de la habitación, de una manera estrepitosa dejando algunas pocas cortadas en un costado de mi rostro, tenía los ojos cerrados, así que Alois tomo mi cabeza y la recargo contra la ventana aplicando la fuerza suficiente como para dejarme inmovilizado ahí.

  • ¡Vamos! ¡Abre los malditos ojos y mira al mundo como realmente se rige!
  • ¡Alois por favor! ¡¿Qué estas tratando de probar?!.

El solo me repetía que abriera los ojos para poder ver algo que aparentemente estaba ahí, con los parpados con contracciones finalmente lo hice, lo que vi fue monstruoso, y me faltan las palabras para poder describir lo que mis ojos veían, la ciudad estaba llena de distintas criaturas, parecidas a las que podrías encontrar en los libros de fantasía, los anuncios de las grandes corporaciones distribuidos a lo largo de la ciudad que podía alcanzar a distinguir cobraban otro sentido, el verdadero sentido al que estaban dirigidos a la gente, los mensajes subliminales que hay en ellos para implantarte una idea se hacen mucho más claros y salen a flote como un cadáver en el agua, sabia de lo que las empresas hacían con sus anuncios pero nunca lo vi tan claro, la mayor parte de las personas parecían en palabras llanas zombis, sin un propósito vagando por las calles, buscando absolutamente nada, sus trabajos se han robado su esencia, sus rostros son manchas negras, o mascaras sin expresión alguna, no hay una sola persona que no tenga esta característica y fijando me bien, me doy cuenta, el mundo realmente está regido por simbolismos, costumbres antiguas que poco han cambiado, y ni siquiera sabemos el porqué de cada una de ellas , al parecer todo este tiempo he tenido los ojos cerrados a tal punto en el que no había podido ver esto.

Alois interrumpe mis pensamientos al ver un escenario tan desastroso en la ciudad.

  • ¿Ahora lo ves? Claro que lo haces, todo este tiempo has podido hacerlo pero simplemente te niegas, quieres controlar todo lo que está a tu alrededor y te frustras, simplemente no puedes hacer que el mundo gire en torno a ti, no eres tan importante.

Trato de calmar levemente mi dolor, trato de pensar en otra cosa para poder distraerme de lo que está pasando, dejo de soltar aquellos leves quejidos pero el dolor aun taladra.

  • ¿Por qué haces esto? ¿A qué quieres llegar con mostrarme todo esto?
  • ¿En serio aun no lo ves? Tienes todo el potencial para ser uno de los grandes pero solo no haces algo para poder serlo, el primer paso para poder cambiar, es tocar fondo, estas cerca, todo este tiempo que has estado aquí has estado avanzando, tan solo mírate dejaste de ser aquel artista deprimido que eras cuando nos conocimos, todo eso se proyecta en tus pinturas pero te resistes a dar el último paso para tocar fondo, solo resígnate, deja que el tu del pasado e hunda de una vez por todas, deja de querer controlarlo todo y de darte tanta importancia.

Y me doy cuenta de que también tratas de distraerte de este momento, tratas de evadir el dolor, simplemente deja que entre en ti, quédate en el maldito momento, no te sirve estar disperso en el mejor momento de toda tu estúpida vida, no eres tan especial para darte ese lujo, nadie lo es, considera que dios te odia y no es una figura de bondad.

Analice sus palabras, quizá Alois tenía razón, solamente me puse a vivir el momento como él lo había dicho instantes atrás, duele, puedo sentir el ácido quemando mi carne, las células muertas, la respiración de Alois, puedo escuchar como si susurros fueran llevados por el viento como peces en un rio, todo lo que hace momentos vi se intensifica más, tiene razón, nadie es especial.

Se dio cuenta de que por fin deje de resistirme, así que tomo una botella con algún líquido, no alcance a ver la etiqueta, lo vertió sobre la quemadura y por fin deje de sentir ese dolor tan horroroso, caí al suelo, trate de sobar mi mano pero solo dolía más, la deje así, en verdad todo se sentía distinto ¿había tocado fondo?

  • Muy bien hecho chico listo, ese es el último paso, y mañana será el gran día en el que por fin todo este circo acabe.

Alois cuido mi mano, la vendo para evitar que se fuera a infectar, después de esto lo único que hice fue tumbarme a dormir, pensando en todo lo que había visto, y como es que Alois lo sabía perfectamente, ¿Él también podía verlo?

Al día siguiente me levante, la casa estaba infestada por la gente de Alois, trate de buscarlo, para poder preguntarle sobre lo último que anoche me dijo, pero no logre encontrarlo en ningún lugar de la casa, volví a mi cuarto tratando de buscar algún indicio que pudiera decirme a donde se había dirigido , quizá mientras discutíamos anoche dejo algo, pero en vez de encontrar lo que buscaba, al cerrar la puerta ´para tratar de reflexionar mejor , estaba una pintura colgada detrás de la puerta, no se parecía a algo que yo pudiese pintar, tampoco a algo que antes hubiera pintado, no recuerdo haberla pintado anoche, sin embargo, podía distinguir que en ciertas partes demasiados trazos muy notorios eran idénticos a los míos, cada dibujante o pintor tiene su trazo propio, si prestas atención en las pinturas te podrás dar cuenta de que cada artista tiene su trazo propio, y este tenía parte de mi trazo.. y otro muy desastroso que no era mío, ver esto realmente me hizo preguntarme muchas cosas, me causo cierto temor, pero más que eso ahora tenía que encontrar a Alois si o si, por que adivinen, la pintura era un plano de cuerpo completo que mostraba a Alois, con un gran cielo rojo de fondo las calles de la ciudad desoladas pero aparte de estar Alois en el centro con una postura desafiante con los brazos abiertos y una expresión retadora, los detalles más destacables eran que justo en el cielo detrás de Alois se dibujaban caras entre las nubes del cielo de sangre, rostros que yo no podía reconocer, más que uno que estaba al centro, más grande que los otros, tan notable como Alois al centro, era mi rostro.

Salí tan rápido de la habitación como pude, en el pasillo me encontré con uno de los trabajadores de Alois.

  • ¿Dónde está el? ¿Dónde está Alois?
  • ¿Qué clase de pregunta es esa, señor?

La respuesta del tipo me confundió demasiado, solamente lo vi confundido y le pregunte a otro de sus empleados “¿Dónde está Alois?” Todo aquel al que preguntaba esto, me miraba raro, hasta que al final, pregunte a uno de ellos lo mismo., ya había preguntado a 20 tipos antes, pero la respuesta de este, simplemente me saco de onda, el estómago se me revolvió al instante, pude sentir tantas cosas a la vez que el único sentimiento que quedo presente al final, fue el miedo…. “¿Qué pregunta es esa señor?… Usted es..

Alois, y se encuentra aquí mismo”.

Me desmaye, cuando desperté estaba en mi habitación, en mi cama, la pintura donde estaba Alois ya no estaba, pero en ese momento muchas cosas a las que meses o días atrás no les había tomado importancia, ¿yo era Alois Durden?

Sil, tenía sentido, más del que en esos momentos quería creer, pero simplemente seguía queriendo tener fe en que eso no era cierto, no podía con esa verdad ¿estaba loco?

Quizá, tenía trastorno de personalidad múltiple, no lo sé, después de haber dejado la casa de mis padres nunca volví a acudir a un psiquiatra.

Alois por fin apareció frente a mí, como si fuera un truco de magia, realmente estaba molesto, se veía en su expresión.

  • ¿Tenía s que arruinarlo, no es así?

Podía escuchar su molesta voz en mi cabeza.

  • Qué demonios Alois… esto no puede ser posible, tú eres real, sé que lo eres, puedo verte.
  • No, tú te imaginas viéndome, me veo como quisieras verte, hago lo que tú en verdad has querido hacer, me visto como tu quisieras, soy libre, como tú no lo eras.
  • Pero tenías empleos, por las noches.
  • A veces te quedas despierto y haces jabón, o explosivos, trabajas de mesero o de cualquier otra cosa que aparezca.
  • Pero como es esto posible, ¡Cómo!
  • Realmente no es tan raro, la gente suele hacerlo todo el tiempo, se idealizan de la forma en que quisiesen ser, pero tu tuviste el valor que nadie tiene para llevarlo hasta este punto.
  • Tu verdadero problema empieza cuando comienzas a crear la organización criminal que ambos tenemos, porque ellos creen que eres yo, técnicamente es así, pero no, ¿Conoces lo que es una idea memetica? Básicamente hasta dios y toda la fantasía que puedes encontrarte por ahí, es una idea memetica, las personas comienzan a invertir tanta energía emocional en una idea colectica, que esta se vuelve real, ya sabes lo que dicen las personas construyen su realidad, cuando comenzamos a hacer todo esto, mucha gente comenzó a creer en mí, ahora no solo soy parte de tu inconsciente fuera de tu control, soy una idea colectiva, a veces simplemente te resistías naturalmente y eras tú de nuevo, pero ya no más. Estamos por volvernos una leyenda, seremos inmortales esta noche porque miles de personas invertirán toda su energía emocional, creerán en nosotros, en mí.

Por fin comprendo lo que este desgraciado estaba haciendo cuando me ponía ciertas pruebas, cuando me daba enseñanzas de la vida o hacia cosas muy extremas, ahora entiendo bien porque todos esos criminales me trataban con respeto, ahora entiendo en sentido de esas pinturas y sobre todo el de la última, Alois no quería que tocara fondo, quería destruir lo que soy ahora para poder guardar se un cuerpo en el que vivir sin tenerme a mí, su contraparte, todo este tiempo se ha estado asegurando un lugar y su inmortalidad, todo este tiempo a partir de que comenzó a hacer su organización, titulada “Proyecto Thunderbolt”.

Me abalance sobre Alois para darle un puñetazo, pero le di a la nada, eso había sido estúpido de mi parte, choque contra una pared de mi habitación, Alois comenzaba a golpear me con mis propias manos hasta llegar al punto del knock nout. Estando inconsciente el cuerpo es suyo, estoy expuesto.

Rabia es todo lo que puedo sentir ahora, por eso es que cada vez me comportaba más como él.

Durante todo el tiempo que viví con ese parasito, había estado causando destrozos en nuestro nombre, ahora mismo Alois Durden dejaba de ser un don nadie para convertirse en el héroe de muchos, nos entregaban su fe, y a la vez éramos un monstruo para otros, cualquiera de ambas cosas era un ganar para Alois, ambas cosas producían fuertes emociones dirigidas hacia él, si olvidamos a Dios, si olvidamos a una deidad, esta muere si seguimos lo anteriormente dicho, necesitaba hacer que dejaran de creer en Alois o de temerle.

Despierto en el último piso del edificio más alto de New York atado a una silla con solo una mano desatada, mano que me apuntaba directo a la cabeza… pero no era mi mano, era la mano de Alois quien sostenía el arma, con un silenciador puesto.

  • Mira todo lo que hemos logrado.

Frente a mi esta la ventana del edificio rota, estaba a 20 centímetros de caer al vacío, pero eso no era lo peor, en todos lados podía ver la pintura que Alois y yo hicimos después de que quemara mi mano. El panorama era enfermizo, las calles estaban hechas un desastre, los lacayos de mi contraparte amenazaban con volar todo el edificio si es que los policías o algún otro ciudadano se atrevía a entrar, Alois coloco barias cargas de dinamita en camiones de carga estacionados dentro del estacionamiento de varios edificios a lo largo de las manzanas, con ayuda de todos estos cientos de estúpidos que lo seguían con lealtad ciega.

Yo estaba perdido. Ahora sabía muy bien cuál era la propuesta que le queríamos vender al público con aquella pintura, todos los detalles minúsculos que contenía te indicaban que yo era Alois, y resaltaban su inmortalidad, vaya lavado de cerebro te pueden hacer con solo una pintura proyectada por todas las pantallas de la ciudad.

  • No podemos escapar de esta, por fi lograremos lo que tanto hemos querido, y aun si vuelan este edificio con todas sus manzanas, seremos inmortales.
  • No es así, solo tú lo serás.

Ahora se la respuesta, tengo que fundirme con Alois para poder frenar todo este desastre, quizá muera o quizá me vaya a prisión.

  • El arma que tienes en tus manos, no está en tus manos… esta en las mías.
  • Hmmm, muy bien pero eso no cambia nada… seré como el maldito dios.

Jalo el partillo de la pistola mientras la sostengo con firmeza. Veo de nuevo todo el alboroto y a los fanáticos de Alois haciendo un desastre de las calles, pero vuelvo a verlo todo tan monstruoso como cuando me queme la mano, pero no tengo miedo.

  • Alois, quiero que me escuches… TENGO LOS OJOS ABIERTOS.

Jalo el gatillo de la pistola haciendo que el martillo detone la pólvora, y la bala salga del cañón, directo a mi cabeza… de pronto nada, es una muerte simbólica puesto que yo, y Alois estamos muertos, Alois murió por el factor, que olvido, en el que aún sigue siendo parte de mí, mientras este atado puede morir.. Aun así, yo y mi inconsciente, que era la verdadera forma de Alois, nos fundimos por fin, hacemos una nueva y completa esencia, ya no existe Alois, ni existo yo, somos solo energía dejando todo atrás.

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