HURTADO MARTINEZ IVETTE JAQUELINE GRUPO: 401
COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE MÉXICO 03 CHIMALHUACÁN
“CORNEZ”
Era un miércoles por la tarde, lo recuerdo muy bien, pues a partir de ese día mi vida cambiaría totalmente.
Yo desde pequeña siempre me gustó todo lo relacionado a las motos, recuerdo asomarme por la noche en mi ventana en cuanto escuchaba el escape de una moto, no podría explicarlo pero la sensación de ver una moto a grandes velocidades hacía crecer algo en mi , que hasta la fecha no se que es .
Pasaron los años y día con día hacía lo mismo, veía por la ventana, y solo eso podía hacer, observar a esos hombres de cara ruda montando esas hermosas bestias de acero, era mi parte favorita en todo el día.
Un día tome la decisión de investigar sobre ellas, sus partes, como funcionaban, por qué fueron hechas y todo lo relacionado a ellas pues quería conocerlas a detalle.
Pasaron los años, si falta acudía a la escuela y por las tardes iba a visitar a mi mejor amigo, que sus padres eran mecánicos, les pedía permiso para que me dejarán ver cómo componían las motos y las dejaban como nuevas.
Un día, fui como siempre con mi amigo a su casa pues yo ya estaba en la preparatoria y estaba algo lejos de donde vivía el, al llegar sus padres me vieron con alegría, yo no sabía que era eso que les alegraba.
De pronto, mi amigo y su papá se acercaron y me dieron un volante, era una carrera en motocicleta, el ganador se llevaría una motocicleta negra con detalles grises cuyo motor era de última generación, era la mejor moto que podía existir.
Me dijeron que por que no participaba, mi sonrisa se borro de mi rostro al recordar que mis padres no me dejaban conducir una, pues sabían de lo riesgoso que era, esto se lo dije al papá de mi amigo.
Me sorprendió demasiado cuando escuché su respuesta, pues él me comentó que hablaría personalmente con mis padres, pues eran conocidos de hace mucho tiempo, y trataría de convencerlos.
Un par de días después, llegó el día, el papá de mi amigo hablaría con mis padres. La plática duro horas, hasta que me mandaron a llamar.
Resulto que tuve mucha suerte, mis padres habían aceptado, pero con la condición de que el papá de mi amigo me enseñará a conducir una, lo volteé a ver y el acepto, además me ofreció su moto para que pudiera practicar.
La carrera era dentro de una semana así que el tiempo era corto, todos los días después de la escuela iba a practicar, aprendí súper rápido , sabía tomar vueltas difíciles con mucha facilidad, podía acelerar de una manera increíble, estaba segura que iba a ganar, pero había un detalle, no tenía el equipo suficiente para competir.
Se llevó el día de la carrera, solo tenía la moto de mi amigo, unas rodilleras y coderas prestadas, pero faltaba el casco. Mis padres fueron a conseguir uno, me dijeron que esperara pero no hice caso, pues ya era mi turno, todo iba bien, yo iba en primer lugar, cuando de pronto escuche un tronido atrás de mí, había ocurrido un accidente, al querer voltear perdí el control de la moto, volé por los aires y caí con la cabeza, no supe que paso después.
Me desperté por el rugir de tanques de guerra, por los gritos de los soldados, y por el retumbar de las metralletas. No podía creerlo, estaba en medio de una guerra, en el campo de batalla.
De pronto una mano me jaló y me refugio, era un hombre de 4 ojos y un color gris. Me asuste de inmediato, y salí corriendo, otro hombre más joven me detuvo, me tranquilizó y me dijo.
- Estás en el planeta Ver-02, creo que no eres de por aquí, pero no está demás decirte que estás en un lugar peligroso, ya te habrás dado cuenta.
Respondí
- Y que paso con la carrera, mis papás, mi amigo …
Me contestó
- De que estás hablando, hemos estado en guerra los últimos 2 años, y hemos tenido muchas bajas, nos faltan soldados.
Yo no sabía que hacer, al ver mi confusión me llevaron a su campamento cercano y me explicaron lo mismo que me había dicho aquel hombre.
Trate de entender lo más que pude , pero el dolor de cabeza no me dejaba tranquila, me recosté un momento, de pronto, una niña llegó al campamento pidiendo ayuda, su mamá estaba atrapada bajo escombros , pues una bomba aterrizó cerca de su casa .
Varios soldados fueron a ver la situación pero era tarde, yo me quedé con la niña, el soldado que me había llevado al campamento me dijo que la madre de la niña había muerto, pues una enorme roca le aplastó la cabeza.
Yo no sabía que hacer, solo le pude decir a la niña.
- Yo te cuidaré, ¿Cómo te llamas?
A lo que me contestó
- Cornez
Pasaron los días y yo me recuperé, cuidaba a Cornez mientras tanto, el soldado que me refugio cuando llegue a ese lugar me dijo que hacía falta gente, en especial en el área de infantería, necesitaban soldados , yo lo medite y le dije que contará conmigo pues no quería que más gente pasará lo que le pasó a Cornez.
Entrene día y noche, durante medio año, ya me había acostumbrado a aquel extraño mundo, Cornez creció, ya tenía ocho años, forjamos un lazo muy bonito, pues ella me quería como una madre y yo a ella como una hija.
Un día mientras fui a una prueba de campo, me informaron que el bando enemigo asalto el campamento llevándose a todos los refugiados, entre ellos a Cornez.
No sabía que pensar, de pronto me invadió la rabia, le dije a mi superior que quería ir a rescatarlos en especial a Cornez, el acepto, yo encabezaba la misión, estaba dispuesta a dar lo que fuera por rescatar a Cornez.
El lugar era espantoso, se sentía solo muerte en él. Mi pelotón y yo pasamos días y días buscando donde tenían a los rehenes, no había señal alguna, de ellos, cuando todo parecía ser en vano, vimos al enemigo meterse en una cueva. Lo seguimos y lo asesinamos, resulto ser que en esa cueva estaba todos los rehenes.
Al entrar estaban esparcidos en diferentes lugares, nos dividimos, yo fui sola pues la única que faltaba era Cornez.
Fui a lo más profundo de la cueva, escuché un grito de Cornez y corrí lo más rápido que pude. Resulto que el líder del bando enemigo sabía de nuestro plan, sabía que yo iba a encabezar todo, por eso tenía a Cornez sosteniéndola del cabello, yo quise dialogar para que la soltará, solo se negó, me pidió que bajara mi arma o si no le dispararía, yo hice como que la baje pues pensaba dispararle de sorpresa, cuando lo intente el arma se me resbaló, el tiro fallo. El al ver esto disparó el arma, la munición había perforado el corazón de Cornez, yo lo único que pude hacer fue tomarla para que no callera al piso.
Ente mis brazos estaba ella, con su cabello cubriendo sus ojos llenos de lágrimas, ya no sentía su respiración, murió por mi culpa, lo último que vio fue a mi ocasionando su muerte, yo la abracé y llore desconsoladamente, cuando sentí como mi cabeza fue atravesada por una munición .
Desperté gritando y llorando, mis padres me tranquilizaron, mi amigo me abrazo, resulto que todo fue un sueño.
Entre lágrimas les pregunté qué había pasado, resultaba que me pegue muy fuerte la cabeza y me había desmayado. Yo no sabía que creer, todo fue un sueño, una pesadilla pero se siento tan real.
Había ganado la carrera antes de accidentarme, me gane la motocicleta, la usaba con melancolía pues me recordaba a mi querida Cornez. No había nada que pudiera hacer. Mentira, si había algo que podía hacer, era la única opción.
Fui corriendo a casa de mis padres, les platique mi idea y aceptaron.
Pasaron los meses, termine mis estudios, pase por duras pruebas, pero lo hice, me había enlistando en la marina, era la mejor de mi escuadrón, subí de rango, era siempre la capitana en la misiones de infantería como en aquel sueño, mi nombre clave era “Cornez”.
Eso era lo menos que podía hacer para llevarla conmigo siempre , esa decisión marco mi vida pues no iba a permitir que nadie pasará lo que pasó ella , así como no permitiría que nadie más muriera en mis brazos pues eso hubiera querido Cornez que hiciera.
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