–Teníamos planeado estar en camino a las 8:00am –le reprocha Renata a Victoria.
Un grupo de amigos van en camino a la casa de una de las chicas, situada en un lugar boscoso de Toluca. Este grupo se compone por tres chicos: Julián, Cristóbal y Felipe; y cuatro chicas: Renata, Victoria, Lola y Camila.
Julián está dispuesto a grabar todo el fin de semana, tiene el sueño de hacer al menos un buen documental en su vida.
–Llevábamos mucho tiempo planeando esto, ya era hora –dice Camila para romper la tensión.
– afortunados de que tu padre nos haya dado permiso de estar en su casa. –recalca Cristóbal dirigiéndose a Lola.
–Lo malo de la situación es tener que estar encerrado con estas fastidiosas por 3 horas de viaje. –se queja Julián.
–Puedes bajarte aquí mismo si quieres, aún no hemos avanzado mucho. –se exalta Lola.
–No lo dice enserio, saben que todos nos queremos mucho. –-lo defiende Felipe.
–Después de 3 horas de viaje tal vez no pensemos igual. –dice Victoria.
Pasan dos horas y ya la mitad de los pasajeros está harta, así que deciden bajar a comer algo antes de que los negocios comenzaran a desaparecer más adelante.
–¿No creen que la zona a la que vamos está muy sola? –pregunta Renata y luego muerde su hamburguesa
–Es mejor, así nadie nos molesta. -dice Lola mientras corta la pechuga de pollo que ordenó.
–Pero, no hay supermercados, ni vecinos, ni nada. –explica Cristóbal.
–No necesitamos nada de eso, traemos lo necesario. –dice Felipe.
Mientras los chicos hablan acerca del lugar al que se dirigen, una pareja joven que está sentada a un lado de ellos, alcanza a oír todo.
–Ellos son perfectos, Tomás. –le explica la chica a su novio. –Cuenta cuantos son.
–Son siete. -dice Tomás, después de contarlos discretamente.
–Mejor que sobren a que falten.
–¿Estás segura de esto, Sabrina? –duda Tomás inseguro.
Sabrina asiente y sigue comiendo en silencio para seguir escuchando la conversación del grupo de amigos. Siguen hablando y logran seguir nutriendo la opinión de Sabrina acerca de ser el objetivo perfecto. La pareja paga la cuenta y espera en el auto para seguir al grupo de amigos. Después de unos minutos salen y empieza la ejecución del plan de Sabrina. Los siguen por alrededor de una hora.
–Estoy harta de seguirlos, tal vez tengamos que buscar otra alternativa.
–No podemos asesinarlos en la carretera.
–No está concurrida, no importaría, tal vez los podamos adentrar al bosque.
–Son muchos, no podemos hacerlo tan fácil.
Mientras discuten pueden ver como los chicos empiezan a tomar camino a la cima de un pequeño monte con una casa. Se voltean a ver cómplices y sonrientes y empiezan a buscar un sitio escondido para estacionar el auto.
–¡Al fin! –se alegra Julián tirándose en el sofá de la sala.
–Esta casa es realmente hermosa, Lola.
–Tenemos que tomarnos una foto afuera. –propone Camila.
Todos se juntan frente a la casa y toman la foto con el trípode de Camila. Son un grupo de amigos sonrientes y realmente unidos. Las chicas vuelven a entrar a la casa mientras los chicos bajan el equipaje y lo meten a la sala. Después de una pelea al escoger en que cuarto dormiría cada uno, se preparan para nadar en la piscina. Pero todos están en sus teléfonos jugando o tomándose fotos.
–Chicos, denme sus celulares, los guardare todo el tiempo que estemos aquí. –-sentencia Lola.
–Está bien, de todos modos, no hay señal. –dice Victoria desanimada.
Lola recoge todos los celulares y los esconde en una cajonera de la cocina.
–Esta noche veremos una película con el proyector en la pared detrás de la casa y luego armaremos una fogata, ¿les parece? –informa Lola al llegar.
Sin pensarlo mucho todos aceptaron, pasan un gran rato en la piscina hasta que les da hambre y empiezan a sentir quemaduras de sol.
–Oye, nos quedamos dormidos. –despierta Tomás a Sabrina.
Siguen dentro del auto en el lugar donde se estacionaron al llegar, es un lugar completamente rodeado por arboles y a unos cuantos metros de la casa, desde donde están seguros de que no los pueden ver.
–Deberíamos ir a comer y volver al anochecer, los mataremos mientras duermen.
Después de que los chicos comieron ya estaba oscureciendo por lo que comenzaron a montar todo para ver la película.
–Tal vez antes de ver la película podamos ver los videos que lleva grabados Julián –propone Felipe mientras ve como Julián edita en su laptop.
Proyectan el video en la pared, es un video hermoso, se puede ver todas las risas, las caras largas con el hambre, los hermosos paisajes, las siestas durante el viaje, ellos en la alberca, ellos comiendo, discutiendo, simplemente disfrutando.
–Repítelo otra vez. –pide Renata con nostalgia. Todos protestan para que lo repita.
–Repítelo una vez más. –pide Cristóbal con voz seria.
Todos se quedan confundidos, pero les gustó tanto el video que no lo contradicen.
–Páusalo ahí. –pide Cristóbal durante una toma en la entrada del restaurante al que pasaron. –Vean ese auto negro. –pide a todos.
–¿Qué tiene? –pregunta Lola.
–Sigue el video. Cuando muestras al paisaje más adelante. Es el mismo auto y luego cuando estamos a punto de llegar, vuelve a aparecer.
Todos ven que es cierto.
–No es extraño, hay pocos caminos por aquí. –dice Victoria.
–Tiene razón –comienzan a calmarse todos con esta idea.
Sabrina y Tomás llegan decididos a seguir con el plan y buscar un lugar cerca en donde esperar, abren la cajuela del coche y sacan un par de cuchillos, un bate y una pistola. Tomás cierra la cajuela con mucha fuerza, lo que hace que se escuche en el perímetro.
–¡Tomás! ¿Eres tonto?
–¿Escucharon eso? –pregunta Felipe.
–No debe ser nada. -dice Camila intentando no entrar en pánico.
–¿Y si es el coche que nos seguía? –pregunta Cristóbal.
–No nos seguía, están paranoicos. –responde Julián.
Ignorando el ruido que escucharon se deciden por ver la película de una vez. Escogen “La masacre de Texas” para acabar de sembrar el miedo en ellos.
Mientras ven la película la pareja encuentra la oportunidad perfecta para entrar a esconderse en la casa. Se esconden dentro del armario de uno de los cuartos principales.
–Ya deberíamos ir a dormir, es tarde –dice Julián asustado.
–Sí, yo también lo creo –lo apoya Camila igual de asustada.
A estar todos muertos de miedo nadie reprocha.
–Lola ¿puedo dormir contigo? –pregunta Felipe.
Nadie quiere burlarse del miedo del otro porque todos están iguales.
–Deberíamos dormir dos en cada cama.
–Yo puedo dormir sola, no hace falta compañía. –dice Renata.
Felipe duerme con Lola, Victoria con Julián y Camila con Cristóbal, Renata duerme sola en una habitación de arriba.
Duermen al poco tiempo al sentirse protegidos con sus acompañantes.
–Creí que ocuparían está habitación. –dice Sabrina.
Mientras sale del armario con Tomás detrás.
Se dirigen a la primera habitación en donde están Camila y Cristóbal. Sabrina comienza a apuñalar a Camila en el pecho mientras se ríe como maniaca, solo logra a reacciona gritando unos segundos antes de morir.
Cristóbal despierta y presencia la horrible escena para después de unos segundos reaccionar y levantarse. Sabrina alcanza a darle una apuñalada en la espalda y otra en el brazo, pero Cristóbal no se detiene y trata de salir, aparece Tomás y cierra la puerta de la habitación con seguro.
Los cuatro restantes de las habitaciones de al lado salen al pasillo y escuchan los gritos de Cristóbal se miran y sin decir nada salen corriendo. Tomás golpea a Cristóbal con el bate hasta deshacerle la cabeza.
–Falta Renata. –se preocupa Lola mientras todos corren dentro del bosque.
–No podemos regresar por ella –razona Julián que está grabando con su cámara.
–¿Por qué estás grabando? –le grita Felipe.
–Corran y escóndanse o encuentren ayuda, voy a regresar por alguno de los celulares para llamar a emergencias. –dice Lola.
–Es una locura. –dice Victoria.
–Vamos a escondernos por aquí para que cuando regreses, solo encuentra algún celular y a Renata y vengan para acá. –le pide Felipe.
–Los amo a todos, cuídense.
–Eres estúpido, ¿Por qué no cuidaste las demás puertas? –reclama Sabrina cuando ve las demás habitaciones vacías.
–No puede hacer todo.
–Ahora vamos a buscarlos al maldito bosque.
–Tengo que hacer pipí, espérame.
–No te voy a esperar Tomás, alcánzame cuando termines. –sale Sabrina de la casa y comienza a adentrarse al bosque.
–Si hacemos esto seremos ricos y famosos. –se convence Tomás frente al espejo.
Escucha a alguien entrar a la casa y sonríe.
–Aquí están –se emociona Lola al encontrar los celulares. –¿Cuál es el número de emergencias? Maldita estúpida es tan fácil, recuérdalo. ¿Empieza con 8 o con 9?
–Con 9 estúpida. -le dice Tomás detrás de ella para después cortarle el cuello.
Desde la ventana de la habitación de arriba Renata ve a Tomás salir de la casa.
–Si me quedó aquí no me van a encontrar. –repetía una y otra vez desde que escuchó los gritos de Cristóbal.
–Son pésimos para esconderse -reclama Sabrina a los chicos.
Felipe sale de su escondite para atacar a Sabrina, pero esta reacciona antes y le dispara a la cabeza después de dos intentos.
Por el shock de ver la muerte de su amigo y tenerla grabada Julián se pone a gritar desde su escondite haciendo que Tomás lo encuentre y le atraviese el pecho con el machete.
Julián se tarda en morir por lo que Tomás le pide a Sabrina que le dispare.
Victoria sale corriendo en dirección a la casa para irse en su camioneta, pero Sabrina le dispara por la espalda haciéndola caer antes de poder llegar siquiera a la mitad del camino.
–¿A cuántos hemos matado? –pregunta Tomás.
–Creo que a todos.
–Pero yo conté 7 en el restaurante, solo hay 6 cuerpos.
–Tal vez contaste mal, pero revisemos la casa, aquí no hay nadie más.
Al repisar cada cuarto de la casa no logran encontrar a Renata, que está en el cuarto de servicio frente a la piscina.
–Has contado mal.
–Seguramente.
–Lo hemos logrado –celebran gritando, saltando y besándose.
–Debemos irnos antes de que alguien nos vea.
Subieron a su coche y se fueron, no había nada que pudiera delatarlos.
Renata salió de su escondite al escuchar al coche marcharse y vio como Victoria caminaba cojeando hacia la camioneta.
Cuando Victoria llego a recargarse en la camioneta llego Renata por detrás y la apuñalo con el cuchillo de cocina que cargaba.
–Te oído –fue lo último que escuchó Victoria.
Con todo despejado fue a la cocina por su celular para llamar a emergencias.
Cuando Renata hizo su declaración fue fácil encontrar a los culpables debido a que tenían grabaciones de su auto y su rostro en la cámara de Julián. Al arrestarlos se hizo el descubrimiento de que fueron usados como sacrificio para cumplir un trato satánico que había echo la pareja, al intentar resistirse fueron asesinados por un policía. Se creyó que el pacto no se había cumplido, aunque habían matado a las 6 personas que necesitaban, aunque lo cierto es que solo habían asesinado de cinco de ellos. Al final si fueron famosos, pero por ser conocidos como asesinos por las grabaciones de Julián que fueron publicadas y se volvieron virales.
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