Cae la tarde, suena un reggae, me fumo un tabaco y la luna casi llena directa en mi vista.
Veo como se va moviendo y a medida que se va haciendo mas de noche, como se va iluminando cada vez mas.
Le hablo y le cuento cosas, le pregunto cuanto faltara para que nos volvamos a ver.
Buscando en mi algunas respuestas de tantas preguntas que tengo.
La calma en este pueblito hace que las horas parezcan que nunca pasan.
Pero suenan las campanas anunciando una nueva hora.
Yo estoy frío por el rocio que va cayendo, pero mi fuego interno esta mas vivo que nunca.
Algunas personas caminan por la calle y otras van cerrando las ventanas de sus casas.
Mis ojos terminan de contemplar el paisaje que me rodea.
Los ultimos pajaros buscando su lugar para dormir, la montaña que cada vez se va oscureciendo más por la falta del sol y las luces del pueblo que se van encendiendo.
Llega la calma, la hora de descansar.
Yo tambien cierro mis ventanas, es hora de ponerle fin a este día.
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