Los animales tienen sus propios medios de comunicarse, fijémonos en el lenguaje de las abejas. Von Frisch, en 1965, publica un tratado acerca de la danza de las abejas, en el que descubría su sistema de comunicación. En su lenguaje se refieren a su localización y a la cantidad del polen de las flores. Las abejas utilizan dos danzas distintas: Si están cerca del panal (danza circular), si están lejos del panal (danza del vientre), o por ejemplo, la línea recta señala la dirección del alimento, y la oscilación del abdomen marca la riqueza, y el tiempo la distancia. Y aunque no se trate de un lenguaje escrito, también comunica.
Ahora contamos con muchas formas de contar una historia. Ya no solo existe una única forma de contar o de comunicar. A su vez, al igual que las abejas, dependiendo de lo que queramos comunicar y cómo queramos hacerlo, utilizaremos una forma u otra. Un mensaje puede transmitirse por medio de palabras (pero sin faltas de ortografía), solo con dibujos, también con emojis, aunque a veces pueden crear cierta ambigüedad en su interpretación si se hallan fuera de un contexto, o si no le añades alguna palabra que aclare ese doble sentido. También podemos transmitir por medio de imágenes, o mediante un formato audiovisual, siempre que se siga un hilo conductor coherente.

También se está hablando de un lenguaje adolescente por medio de nuevas abreviaturas para comunicarse por escrito. Hace unos años, estas abreviaturas podían estar justificadas, ya que, si recordamos, había que eludir la limitación de caracteres de los «sms» que los teléfonos permitían. En aquellos móviles con teclas y pantalla en blanco y negro tenías que comunicar con las menores letras posibles todo aquello que querías decir («xq si n s akbba lsaldo»). Se cree que ahora forma parte de una jerga que solo ellos pueden entender, que pueda ser con el fin de distraer a los adultos (vl?=¿vale?)

Sea como fuere: «El propio lenguaje crea una realidad y la transforma», como afirmó Searle. Y es así que mi padre, que es un hombre que luce un cabello color plata y que ha vivido la pobreza de la España rural de posguerra, me dijo una vez que las sandías se enfriaban al sol. Y mi padre, que es un hombre de campo, que ha pasado hambre, sed, frío y calor, me lo dijo mediante un audio de Whatsapp (cómo ha cambiado el asunto…).
El hecho de que mi padre me comunicase cierta información, hizo que, estando un día de verano, en los que el sol aprieta, (en mitad del campo y a falta de nevera) pudiésemos comer una sandía bien fresquita para el postre. Uno de los responsables de que eso fuese así fue el lenguaje, que creó una realidad para transformarla en ese mismo instante, y el otro responsable directo es el medio por el que se hizo, ya que traer una paloma mensajera con unas instrucciones en el pico, hubiese sido algo más costoso.
Es cierto que la infinidad de formas de comunicarnos pero, yo personalmente, no me imagino volver atrás y prescindir de todos estos maravillosos medios y diferentes lenguajes tan enriquecedores.
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