CATEGORÍA: Alumnos. Curso: 2ºESO
Pensé que era una pesadilla. En cuanto abrí los ojos y me desperté, me di cuenta de que era el mundo real. Me asomé por la ventana para comprobar si no estaba equivocada. En ese momento, descubrí que nadie se había percatado de lo que estaba pasando.
Era una simple esfera con pinchos la que nos estaba ganando. Resultaba extraño salir a la calle y no poder ver completamente el rostro de la gente. No poder darse abrazos, ni besos, ni cariños los unos con los otros. Era como si se nos impidiera querernos y AMAR a las personas. Era como si lo más bonito que tiene el ser humano, las emociones, no las pudiésemos expresar como lo hacíamos antes.
Desde luego, era una guerra en la que él estaba ganando y nosotros perdíamos cada vez más. Él tenía un poder muy grande que utilizaba rabioso contra nosotros. Lo más triste de todo era que no avanzábamos, no le ganábamos.
Era como si un caracol quisiera ganar a una liebre, pero que por más que quisiese y se esforzara, no podía.
Fue en ese momento, cuando nos desanimamos y el virus ya se daba por vencedor. Pero fue ahí, cuando tanto el virus como nosotrso nos sorprendimos. Parecía ser que habíamos creado un fuerte escudo contra sus malos poderes. Con una fuerte arma, conseguimos avanzar en la lucha.
Aunque no ocupemos todavía el puesto de ganador, estoy convencida de que lo conseguiremos algun día. Esto solo es una hormiga que lucha contra un gigante.
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