El caballero preguntó ¿qué era la bebida que le había ofrecido?
El mago sonriendo le dijo: es vida ¿vida? Sí, dijo el mago.
¿No te pareció amarga al principio y, luego, a medida que la degustabas no la encontrabas cada vez más apetecible? El caballero asintió, y los últimos sorbos resultaron deliciosos…
He estado luchando por mejorar mi vida para tener mejor suerte… Y esperando mi respuesta todos estos años. A veces ha sido difícil. Pero al final del día cuando he pensado que nada puede ser peor, siempre hay alguien que me llama con una gentil voz para sonreírme. Puede ser la voz de mi madre o la de mi familia, incluso la de un buen amigo, voces que me hacen comprender que no estoy sola en esta lucha, y he considerado que esa es mi respuesta para no rendirme y sucumbir ante el mero hecho de los tragos amargos que diariamente he tenido que afrontar.
A veces la miseria y la suerte vienen con la misma cara, yo sin embargo todavía no puedo distinguir las dos.
Los sorbos amargos de la vida a menudo producen el deseo de no tomarlo más, de simplemente dejar de buscar ese buen sabor del que habla el mago. Pero precisamente es ese camino de búsqueda y acción lo que hace que la vida se vuelva más dinámica, más interesante, más apabullante. Creo que de no ser así simplemente no sería vida.
Las dificultades, el caos, nos nublan haciéndonos ver solo el panorama oscuro; pero de pronto, cuando menos lo esperamos la tormenta cesa y el sol brilla, mostrándonos nuevos colores. Como dice la canción “tentar al futuro con el corazón”
Aunque pareciera que el invierno no cesa y se vuelve más largo y más frio… la primavera irrevocablemente hace su aparición.
No sé si ya has conseguido el buen sabor del que habla el mago, puede que ya hayas tenido unos cuantos sorbos del bueno… Solo sigue caminando hasta que logres saborear el delicioso sorbo del que habla el mago y cuando lo encuentres, recuerda compartirlo.
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