Voy a viajar, a recorrer la inmensidad para verte de nuevo,
y voy a tomar la mano que perdí.

Voy a verte padre si puedo, subir despacio hasta el cielo
porque tú sigues en mí.

Y voy a sentir muy cerca la brisa que mueve tus cabellos,
en tu bella edad senil.

Voy a correr para recibir las compras que mí madre te encargó,
y voy a abrazarte padre mio, como nadie nunca te abrazó.

Voy a llevarte el desayuno mientras de tus zapatos te despojas,
y voy a ponerte tus chanclas para que no pises del jardín sus
hojas.

Voy a verte padre si puedo, subir despacio hasta el cielo,
para entregarte los recuerdos que permanecen aquí.

Voy a verte padre si puedo, cuando Dios lo quiera así,
para que tomes tu café, mientras lavo yo tus pies.

Voy a verte padre si puedo, subir despacio hasta al cielo.
Cuando yo pueda hacerlo, subiré por un ciprés
y sus ramas que se extienden me llevarán hasta ti.

Voy a verte padre si puedo…
cuando Dios lo quiera así.

Lyda de Jericó

Colombia

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