Recordarás la primera palabra de amor que se humedecio en tu labios. Soñaras los vientos que entraran en tu ventana llevando en su vientre una estrella que jamás calla. Que sueño tan frágil envuelve tu figura celestial. Que sueño tan distante es aquel el que te nombra bajo un deseo. Bailabas al compás de tus sueños y el verbo amar se hacia carne. Subías las escaleras de tu casa con tu muñeca que jamás olvidaste en tu infancia y la guardas junto al espejo y los colores de tu maquillaje. Sueñas con los vestidos y colores que guardan en su raíz un arcoiris que iluminan la fuente de tu vida. No imaginabas que un poeta soñaba con enterrar en las hojas de tu sueño un poema que buscaba el sol fragante de tu sonrisa y que soñaba tal vez el verbo que sueño que es el de amar.
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